Washington, 11 oct.- La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y la Dirección Estadounidense Antidrogas (DEA) han frustrado una trama para cometer «un importante acto terrorista en Estados Unidos» vinculado a Irán, informaron hoy fuentes federales.
El atentado incluía el asesinato del embajador de Arabia Saudí en Estados Unidos, Adel Al-Jubeir, con una bomba y otros ataques posteriores con bomba contra las embajadas de Arabia Saudí y de Israel en Washington.
La investigación, llamada Operación Coalición Roja, se inició en mayo cuando un iraní-estadounidense de Corpus Christi, Texas, se acercó a un informante de la DEA en busca de ayuda de un cártel de la droga mexicano para asesinar al embajador de Arabia, de acuerdo a los funcionarios contra el terrorismo.
El iraní-estadounidense pensó que se trataba de un miembro de la temida organización Los Zetas, según agentes.
El iraní-estadounidense, identificado por las autoridades federales como Manssor Arbabsiar, de 56 años, al parecer afirmó que estaba «dirigido por miembros de alto rango del gobierno iraní», incluyendo a un primo que era «un miembro del ejército iraní, pero no usa un uniforme «, según una persona informada sobre los detalles del caso.
Los agentes creen que puede estar involucrada una unidad de operaciones especiales de la Guardia Revolucionaria, la fuerza Quds.
Arbabsiar y un segundo hombre, Gohlam Shakuri, un funcionario iraní, fueron nombrados en una demanda penal de cinco cargos presentados la tarde de este martes en una corte federal en Nueva York.Fueron acusados de conspiración para matar a un funcionario extranjero y de conspiración para usar armas de destrucción masiva, una bomba, entre otros cargos. Shakuri sigue en libertad en Irán, dijo Holder.
La denuncia también hace referencia a otro funcionario iraní, pero no se dio el nombre.
Las autoridades de Estados Unidos Arbabsiar se reunieron dos veces en julio con el informante de la DEA en la ciudad mexicana de Reynosa, fronteriza con McAllen, Texas, y se negoció un pago de $ 1.5 millones para el asesinato del embajador de Arabia.
El 24 de septiembre pasado, el Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos advirtió que Washington investigaba sobre la posibilidad de ataques de alto impacto en territorio estadounidense y en México, presuntamente por parte del cártel de Los Zetas, tras el hallazgo en Texas de lanzacohetes portátil, armas de alto poder, lanzagranadas, tres fusiles y tres paquetes de C4 con los que se pueden derribar construcciones.
El 13 de septiembre, luego de un patrullaje sobre el Río Grande, a la altura de Fronton, Texas, agentes de la Patrulla Fronteriza encontraron el armamento y los paquetes de C4 dentro de una bolsa negra.
“Estas armas mortíferas podrían tener un impacto devastador en las comunidades de ambos lados de la frontera y también para nuestros oficiales de la ley”, señaló Rosendo Hinojosa, jefe de la Patrulla Fronteriza en el valle de Río Grande.
De manera adicional, agentes de la Patrulla Fronteriza, sheriffs y miembros de otras agencias locales y federales han reportado, en el último año, haber recibido amenazas y ataques dentro de EU por parte de cárteles mexicanos.