Ciudad de México, 6 feb (SinEmbargo).- “Estos pelotudos defienden la fiesta de los toros”, reza sin ambages el titular de un sitio de procedencia argentina que “denuncia” la adscripción de figuras muy conocidas al también llamado “arte de los toros”, una práctica en retirada merced a la lucha sin treguas de las organizaciones que defienden los derechos de los animales.
Frente al hecho irreversible de la crueldad que implica matar a un animal en plena faena, aun cuando el sentido común impide aceptar que el acto por medio del cual alguien quita la existencia a otro ser vivo, sea un hecho “cultural y artístico”, hay varios artistas que levantan una media verónica en defensa de la tauromaquia.
Precisamente, “Media verónica”, en alusión a un lance dado a dos manos, que se suele utilizar en quites y en remates durante una corrida taurina, es la canción que ha escrito el argentino Andrés Calamaro, uno de los más firmes defensores de esta práctica.
Se trata de una canción bellísima que han versionado, entre otros, el argentino Pedro Aznar y los españoles de Amaral.
El ex integrante de Los Rodríguez, dueño de una larga, fructífera y exitosa carrera en solitario, probablemente uno de los músicos más queridos y respetados por en nuestro continente, fue uno de los firmantes de un manifiesto que intentaba evitar la suspensión de las corridas en Colombia.
Mario Vargas Llosa, Fernando Botero, Carlos Fuentes, Fernando Savater, Fernando Sánchez Dragó, Rafael Santos, César Gaviria, Víctor Diusabá, Salud Hernández, Jaime Castro y Andrés Calamaro argumentaron que “las corridas de toros, como las conocemos hoy, datan en España y en la América española de la épocas de la Ilustración (1750-1850). Los señores de a caballo de las antiguas fiestas son sustituidos por los peones y se escriben los primeros reglamentos taurinos, que buscan tanto proteger la vida del torero como preservar la integridad del toro hasta el momento ritual de su muerte.
Son normas que al ser observadas permiten que el juego del torero se transforme en arte. Un arte específico que contiene los ideales de la cultura hispánica: el sentido trágico y heroico de la vida. El torero es así una gran metáfora sobre la vida y la muerte.
Como todo arte, el del toreo no es comprendido por todo el mundo. Pero esa no es una razón para atacarlo y pretender prohibirlo con el argumento de que es cruel, detrás del cual se esconde el simple afán de prohibir los gustos y aficiones de los demás”, precisaron los firmantes, quienes en otro tramo del manifiesto definieron a la fiesta brava como “una tradición pacífica”.
1. LA TAUROÉTICA DE FERNANDO SAVATER
El filósofo español Fernando Savater es uno de los más férreos defensores de las corridas de toros que supieron pintar artistas como Francisco Goya y Pablo Picasso y así lo ha dejado expresado en su libro Tauroética, que explora la relación del hombre con los animales y pone en tela de juicio la gestión de los defensores de los animales que ha logrado prohibir las corridas de toros en Cataluña
Savater es terminante en su convicción de que “una forma de defender los toros de lidia es defender la lidia, puesto que la prohibición condena a toda una especie animal al sacrificio”.
“Lo que se pierde con una prohibición es una forma de libertad. Dictar una moral obligatoria para todo el resto de la gente es volver a una dictadura. Como todas las consignas en defensa de algo, la exageración termina generando insignificancia de sentido y por tanto ineficacia en la lucha por imponer las ideas que uno considera beneficiosas para su entorno”.
Dice Fernando Savater que hace ya más de un lustro que no pisa una plaza de toros y que eso obedece a que sus artistas preferidos como Antonio Ordóñez o “Curro” Romero ya no forman parte de las fiestas taurinas.
“Torear es un arte y está relacionado con la gran carga simbólica que tiene la existencia humana. Los símbolos y arte forman parte de nuestras necesidades. ¿La fiesta es menos necesario que comer?”, se pregunta Savater en Tauroética.
En la visión del intelectual español, “los animales no tienen derechos porque tampoco tienen obligaciones. Las bestias están más allá de los derechos y por tanto más allá de las obligaciones”.
2. “¡TOROS SÍ!”, PREGONA ANDRÉS CALAMARO
La expresión más dura en defensa de la tauromaquia de Andrés Calamaro se llevó a cabo en 2011, cuando el argentino se presentó en el popular programa de Andreu Buenafuente, donde leyó un texto escrito a mano y que había compuesto en el taxi que lo llevaba al estudio televisivo.
Con esa “honestidad brutal” que lo caracteriza, Andrelo dijo “¡Toros sí!”, en una intervención que dio la vuelta al mundo y causó la previsible polémica. “A pesar de que siempre he sido un artista progre, con ideas de izquierda, este tema parece que me ha puesto en la vereda de enfrente. No sé, me gusta ser políticamente incorrecto en lo que a los toros se refiere”, explicó Calamaro.
“Con solemnidad y no sin cierto pesar, renuncio con el estado televidente español de testigo a mi status de progre, sospechado de rojo y libre pensador. Renuncio a la progresía porque quiero corridas en Cataluña, quiero correrme en una Fiesta de arte y muerte, verte correrte de buena suerte, y es más, quiero que vuelva José Tomás en Barcelona de nuevo y no me muevo de mi respeto a las tradiciones y que los papelones los haga mi compatriota que juntó 40 firmas por la derrota de esta fiesta que pintaron Goya y Picasso y por si acaso no quedó claro, le aclaro mi buen Andreu, que hago bulto por la libertad de culto y si prohibir es progresía y el progre es rabioso anti rojo, mi antojo es renunciar al progresismo ahora mismo. ¡Toros sí, toros sí!", leyó con fervor el artista argentino.
“La próxima vez que vayamos a comer carne, digamos que nos garanticen que este solomillo ha muerto de viejo, o de risa. ¿Murió de risa este solomillo?”, remató.
3. LOS TOROS, “FUENTE DE INSPIRACIÓN DE ARTES Y LETRAS”: VARGAS LLOSA
Para el escritor peruano Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, a la fiesta de los toros hay que defenderla “con claridad y sin complejos de inferioridad”.
Así lo dejó asentado en una entrevista otorgada a la agencia EFE, donde el autor de La ciudad y los perros calificó a la fiesta brava como “una fuente de inspiración de artes y letras”.
En octubre del año pasado, el escritor recibió en Toro (Zamora, noroeste de España) un homenaje por su apoyo a la tauromaquia, en cuyo marco destacó que la poesía se vería empobrecida si de ella se eliminan las referencias a los toros.
Tanto en España como en otros países de Iberoamérica como Colombia, Venezuela y México, los toros forman parte de “la tradición, la cultura y la costumbre” e integran una fiesta que “se mantiene absolutamente viva”, según el afamado autor peruano.
El gran amigo y colega de Calamaro, el madrileño Joaquín Sabina, ha manifestado en varias oportunidades su firme deseo de “ser un toro de lidia”.
“El que no quiera ir a los toros, que no vaya. Y que se dejen de tocarnos los cojones, que hay cosas más importantes. Pero que no hablen de ecología ni de amor a los animales, porque no conozco a nadie que los ame más que los ganaderos y los toreros. Si yo fuera animal, me gustaría ser toro de lidia: a ninguno se lo respeta más. Ninguno está mejor tratado. Y, además, tiene la posibilidad de que lo indulten y pasarse toda la vida follando”, ha dicho.
4. MIGUEL BOSÉ, EL HIJO DEL TORERO DOMINGUÍN
El cantautor español Miguel Bosé es, como se sabe, una persona muy ligada a la fiesta brava toda vez que su padre es el torero Luis Miguel Dominguín, quien falleció a los 69 años luego de una larga carrera como torero.
“Jamás he torturado a un toro. Qué tontería. Mi destino ha sido nacer en una familia de toreros pero como otros nacen en una familia de empresarios. Tengo afición a los toros. Si la campaña empieza en el Parlamento Catalán y la idea es decir públicamente basta a la tortura, seamos coherentes: prohibamos la caza, los caballos, el tiro al pichón”, dijo el intérprete “bandido” a un periódico de Mallorca.
En nuestro país, el cantante Emmanuel es, como se sabe, un gran aficionado a las corridas y él mismo fue torero en su juventud hasta que una lesión lo obligó al retiro.
En una entrevista que le hiciéramos para la revista GENTE, el intérprete de “La chica de humo” dijo que no había contradicción en su conocida militancia ecologista con su también proclamada afición a los toros.
“Mi preocupación es que el medioambiente no se contamine, que no nos falte el agua potable, que no tengamos que padecer este cambio climático porque los políticos no establecen medidas para frenar la deforestación. Ahora mismo estamos atravesando en México una de las peores sequías de la historia, a raíz de los cambios en el clima y es eso lo que me preocupa.
Nada de eso tiene que ver con los toros. En las corridas no acaba con ninguna especie, los toros no contaminan. Crecí en ese ambiente y aprendí a amar y a respetar el arte del toreo, donde hay gente que se juega la vida cada vez que sale al ruedo. A veces dicen que hay violencia en las plazas de toros, bueno, jamás he escuchado que luego de una corrida se agarran 2 mil tipos contra otros 2 mil y rompen una ciudad, queman todo a su paso, como sucede en el futbol a menudo. Por otro lado, si hablamos de amor a los animales, el día que desaparezcan las corridas, también desaparecerán con ella las razas de toro bravo, porque no tendrán ningún sentido para existir”, afirmó.