Ciudad de México, 18 ene (SinEmbargo).- Aunque el excesivo rigor histórico con que Steven Spielberg ha revestido su versión de Abraham Lincoln, uno de los presidentes estadounidenses más amados por su pueblo y sin duda uno de los líderes políticos más importantes en la historia del mundo, ha dado como resultado tal vez un filme un tanto aburrido y de ritmo lento, la película que llega este viernes a nuestras salas constituye sin duda un acontecimiento de enorme atractivo para los espectadores.
Se trata, por lo pronto, de ver en acción a quien probablemente sea, sin temor a exagerar, el actor más importante de la pantalla contemporánea, el inglés Daniel Day-Lewis, quien como sabemos se prodiga poco en el séptimo arte aunque cuando lo hace es para aspirar a un premio gordo como el Oscar y generar gran expectativa entre los cinéfilos de todas las latitudes.
Veamos los números del hijo del gran poeta Cecil Day-Lewis: ha participado en 20 películas, ha ganado dos Oscar y va rumbo seguro al tercero, en una quinta candidatura. Si el actor londinense de 55 años fuera un banco inversor, sus intereses estarían por encima del 25 %, lo que equivale a una rentabilidad más que ventajosa.
Sus métodos de trabajo son legendarios y se refieren a un hombre que suele llevarse el trabajo a casa, que para hacer Mi pie izquierdo (Jim Sheridan, 1989) vivió durante un buen tiempo atado a una silla de ruedas o que para encarnar al mujeriego Guido Contini en Nine (Rob Marshall, 2009) se la pasó mandándole cartas de amor a sus co-estrellas Penélope Cruz y Marion Cotillard.
“A lo mejor mi método de trabajo es universalmente conocido, pero no porque yo lo haya comentado. Al contrario, siempre evito hablar de eso, fundamentalmente porque nunca encuentro las palabras adecuadas para expresarlo”, declaró recientemente a la TVE.
“Me parece que Daniel entendió a Lincoln en un nivel subatómico, uno que va más allá de cualquier cosa que pueda articular. Nunca le pregunté a Daniel cómo fue su proceso, nunca lo cuestioné; a caballo regalado nunca se le ve el colmillo. Simplemente lo recibí con una tremenda gratitud”, dice a su vez Steven Spielberg en una entrevista de prensa.
El “Lincoln” de Day-Lewis muestra al decimosexto presidente de los Estados Unidos (1861-1865), durante los últimos cuatro meses de vida, antes de que cayera asesinado en el teatro Ford e inaugurara con ello una lamentable tradición de mandatarios y políticos acribillados en la gran potencia del norte.
La narrativa humanista que cuenta los últimos días del presidente es obra del afamado guionista Tony Kushner (1956), quien ganó el Pulitzer por Angels in America (llevada a la televisión con Al Pacino en el elenco) y quien trabajara con Spielberg en Munich, de 2005.
Kushner escribió los diálogos y la historia a partir del libro Team of Rivals: The Political Genius of Lincoln, de Doris Kearns Goodwin y la fotografía corresponde a un fiel colaborador del director de Tiburón, Janusz Kaminski, el artista polaco nacido en 1959.
“El Lincoln que emerge es un hombre de paradojas incautas: divertido y solemne, un narrador pícaro y un feroz cabildero, un comandante astuto y un padre vulnerable. En el momento más funesto de su nación, cuando los tiempos necesitan lo mejor de la gente, apela a su interior para extraer algo poderoso e imperecedero”, cuentan las notas de prensa distribuidas por la Twentieth Century Fox y DreamWorks Pictures, las empresas productoras.
No sólo está Day-Lewis: el elenco, tratándose de un filme de Spielberg, es de lujo y presenta trabajos formidables de David Strathairn, Joseph Gordon-Levitt, James Spader, Hal Holbrook, Sally Field y Tommy Lee Jones, estos dos últimos postulados al Oscar en la categoría de mejor actriz y mejor actor de reparto, respectivamente.
“Hizo todo a su propio ritmo y sólo lo pudo haber hecho a su propio ritmo. Necesitaba llegar a sus conclusiones decisivas a través de un proceso lógico en el que confiaba. Lo que para otros podía parecer inacción o parálisis, era solamente la impresión física que daba. En su propia mente estaba viajando como lo necesitaba hacer, a través de cada paso del proceso, después del cual podía ver las cosas claramente”, opina el protagonista del filme que veremos a partir de hoy en 250 salas mexicanas y que aspira a 12 premios Oscar, entre ellos, cómo no, el que seguramente obtendrá Daniel Day-Lewis.