VIEJOS RITUALES PARA ENFRENTAR UN NUEVO AÑO

03/01/2013 - 12:00 am

Sobrevivimos a la fecha marcada para el fin del mundo. No hay marcha atrás: otro año arrancó. Ante lo incierto del porvenir, nuestros rituales siguen intactos. Lo muestran así mercados, plazas comerciales y el centro capitalino

Capitalinos acuden a realizarse limpias. Foto: Cuartoscuro

En el zócalo es mediodía y el sol es intenso. A un lado de la Catedral se hacen limpias. Es larga la fila de los que esperan la atención del sanador Mario, “lobo”. Está integrada por más de 20 personas, la mayoría de las cuales afirman querer encontrar la suerte en este 2013, sobre todo en cuestiones pecuniarias y laborales.

Mario “lobo se aplica. El color de su piel, la larga melena, el vientre plano y atuendo azteca, lo hacen parecer una estatua de bronce. Atrapa la atención de los caminantes, especialmente de los extranjeros, quienes por momentos se detienen a mirar cómo ahuma, moja, toca y aprieta el cuerpo de los que se ponen en sus manos.

“Lobo” parece concentrado y utiliza ramas de pirul y crines de caballo para rociar a los “pacientes” con sus misteriosas pócimas. A algunos, les pasa por la espalda alas de halcón. Es prolongado el procedimiento, no se compara con el que ofrecen otros sanadores también al costado de la Catedral. Mario se tarda hasta 20 minutos con cada persona y cobra 50 pesos. Los otros ocupan cinco minutos y les das lo que sea tu voluntad.

“Lobo” nació con el don de la sanación, nos dice su compañera Nenki (viajera en náhuatl). Ella también hace limpias, pero reconoce no haber nacido con ese talento. En contraste, Mario es muy solicitado por pueblos indígenas del norte del país, afirma Nenki. Enseña, pero también aprende de ellos, asevera.  Dice que las demandas de sanación aumentan las semanas anteriores y posteriores a un nuevo año.

Liviandad, fue la sensación que refirieron varias de las personas tratadas por Mario. “Me siento como si pesara menos, muy ligera”, nos explica una muchacha de 15 años. ¿Y tú para qué querías hacerte una limpia?, le preguntamos. “Nada más, me llamó la atención. Me dijo que tenía abierto el tercer ojo”.

Un canadiense lleva esperando a Mario una hora. Él no menciona el Año nuevo, sino las ganas de “vivir la experiencia”. Viene de Montreal y tiene 40 años. “Que (“Lobo”) se ponga el penacho”, bromea, “así está incompleto”. Promete contarnos qué tal estuvo la experiencia.

Le toca su turno. “Lobo” ejecuta sus artes y cuando termina, al canadiense se le ve perturbado. Lo vemos tan desconcertado que decidimos no acercarnos. Se ve perplejo, anonadado. Cuando por fin consigue reincorporarse y calzarse los zapatos (la limpia es sin ellos) nos recuerda. Se acerca y nos cuenta que lo que le sucedió “es algo difícil de explicar ... Tengo un sentimiento especial (special feeling)”. Nos recomienda probar.

Nos formamos.

Desde hace 27 años, mientras escucha las doce campanadas, cambia sus calcetines por unos nuevos. Después, apila doce monedas y las nombra: enero, febrero, marzo…

Con lo primero “estás tirando la mala suerte”. Lo del dinero “es para la prosperidad”, dice ese hombre, profesor de secundaria, que se ve tranquilo, impasible.

Andaba  “muy mal, económicamente” y alguien le aconsejó hacer eso. “Funcionó. Ese año me compré un carro y el otro un departamento”, asegura.

Para ella, tomar las maletas y dar vuelta a la manzana es la costumbre en los primeros minutos del año. No obstante, reconoce que el año pasado, sólo salió a Toluca. Vive en el Distrito Federal.

Amuletos. Foto: Cuartoscuro

Visitamos el pasaje esotérico que está en Plaza Galerías y del que se hace mucha publicidad en los medios. Lo imaginamos más grande. Es en realidad, un rinconcito ocupado mayormente por lectores de cartas. Lo demás son puestos en donde se ha colocado todo el arsenal para atraer la fortuna este 2013: bolsas con doce tipos de semillas, velas multicolores, borregos de la abundancia, etcétera.

 “Pero lo último, son las velas de los siete arcángeles”, nos dice una vendedora. “Las velas están armonizadas para traer paz y armonía, para ayudarte en la consecución de tus metas  El primero de enero prendes la vela azul para Miguel; en febrero, la vela amarilla para Jofiel, en marzo… bueno,  las instrucciones están en el paquete”.

-Pero nos faltarían cinco arcángeles, ¿no?

No, los arcángeles son nada más siete. Cuando hayas prendido las siete, te regresas al arcángel San Miguel. Las velas no se acaban en un día.

Lo cierto es que la iglesia católica, únicamente reconoce a tres arcángeles, que son los mencionados en La Biblia: Miguel, Gabriel y Rafael.

Una señora  compra un borrego de la abundancia. La vendedora le explica que éste tiene que colgarse detrás de la puerta principal de la casa, con la cabeza siempre viendo al interior. “Si la cabeza mira afuera, entonces el dinero se irá”, sentencia. Antes de entregar el objeto a la cliente, se lo lleva para prepararlo. ¿Qué le hace?, preguntamos. “No le puedo decir”, nos responde.

En Le Fou, un lugar donde se lee el Tarot, ubicado en la colonia Cuauhtémoc, tuvo lugar un ritual de Año nuevo, propio de la santería.

Dolores Corrales, su propietaria, invitó a la uruguaya Nahomí,  santera del candomblé, a dirigirlo. El candomblé es una religión que nació en África y que los esclavos negros llevaron a Brasil, donde es ampliamente practicada. En los últimos tiempos, se ha extendido a Argentina y Uruguay.

Esa práctica tiene como centro  la veneración de las fuerzas de la naturaleza, encarnadas en deidades.

“Con el ritual, que incluye limpias , pretendemos eliminar la mala vibra, la tristeza, y la huella de amores viejos. Empezar el nuevo año, sin mirar atrás”, nos dice Nahomí, con su voz aterciopelada. Cuando escuchamos hablar sobre santería, los primero que nos viene a la mente son animales sacrificados. Alguna vez conocimos una vivienda que, recién desocupada por santeros tenía, en las paredes, salpicaduras de sangre de pollos y gallinas. Los vecinos aseguraban que hasta un chivo habían matado allí.

“Esos son algunos yorubas (otra rama del candomblé) que exageran con lo de los animales. Te duele la cabeza y te recomiendan matar un pollo… (la idea es algo así como que el animal absorbe la energía causante del daño y al sacrificarlo este desaparece)”, cuenta.

Dice que ella no sacrifica animales, y que en la limpia se utilizan velas, granos, perfumes, miel y flores. “La flor hace que los deseos florezcan”, señala.

-En los rituales es fundamental la fe, ¿no?

- La gente casi nunca viene convencida. La fe la ponemos nosotras (los y las religiosas) que sabemos que esto existe, que la sensación, por ejemplo, de recibir un espíritu en el cuerpo, no es algo inventado. Ojalá y pudiéramos transmitir las sensaciones que nos brindan nuestros guías espirituales, pero lamentablemente eso no se puede hacer. Creo que cada uno tiene que vivir su propia experiencia y decir si es verdad o no.

Martha Elba Alarcón Armendáriz, maestra de Psicología en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), considera que los rituales son importantes por la confianza que se deposita en ellos. Es  programarse para que algo ocurra, dice. Y cuando pones las expectativas en algo que quieres que suceda, pues ya se dio un primer paso, porque por lo menos piensas que es posible, apunta.

Encuentro de Sabiduría Ancestral. Foto: Cuartoscuro

Hace unos días se realizó en el sitio arqueológico de Cantona, Puebla, el Segundo Encuentro de Sabiduría Ancestral . Los participantes, muchos de ellos representantes de pueblos indígenas mexicanos, nunca creyeron en el fin del mundo, pronosticado por teorías new age.

Más bien, según ellos, el 21 de diciembre pasado comenzó “la primavera cósmica”, un equinoccio que se abre y cierra, de acuerdo con una serie de alineaciones, cada 25 mil 290 años. En este nuevo ciclo, dicen, “los hombres limarán su egoísmo y se harán más conscientes de que deben cuidar la Tierra” .

A una de las concurrentes al encuentro, joven y muy bonita indígena del Valle de México,  le preguntamos su opinión sobre los rituales para un buen 2013.  “Es en el corazón donde está la magia, en el visualizar algo y hacerlo palpable, lo importante es la intención”.

Nos cuenta que ella también hace su ritual. Coloca en un altar, “una luz, una veladora”, así como agua, frutos, flores y semillas. “Agradezco lo que trajo el ciclo, tanto las cosas bonitas, como las enseñanzas fuertes, y solicito permiso y bendición para que la nueva cuenta que viene sea agradable, haya abundancia, salud, luz y amor, tanto para mí, como para los seres amados que me rodean, y también para la tierra, para la naturaleza”.

Del Distrito Federal, otro de los participantes en el encuentro de Puebla, Francisco Aguilar Rodríguez, Águila Real, tampoco hace escarnio de los ritos que se ejecutan para tener fortuna en un nuevo año.

Rituales en México Foto: Cuartoscuro

“En el libre albedrío y en toda costumbre, el tema es nuestra fe. Empezar con el pie derecho, es lo que orilla todos los rituales. Finalmente todos los ritos tienen la intención de alcanzar armonía en la vida”, dice.

Ha llegado la hora de que “Lobo” nos practique la limpia. Nos quitamos los zapatos. Mario nos coloca enfrente de él y nos pide que cerremos los ojos y extendamos los brazos en forma de cruz. Sentimos, entonces, el bienestar que proviene de lo que sea con lo que nos esté salpicando. Nos refresca, luego de haber estado casi una hora bajo los rayos del sol.

El bienestar se expande y sentimos alegría. De plano, siempre con los ojos cerrados, empezamos a reír. Se nos viene a la cabeza la extrañísima (y muy placentera) sensación de una mujer acunándonos, aunque no sabemos si esto es un recuerdo o un deseo.

Mario nos da apretones en la espalda alta y en la baja. Aprieta los mismos puntos que tocaría un masajista shiatsu. No podemos dejar de reír y sentir bienestar, cuando de repente, tenemos que abrir los ojos, ante el embate, cada vez más fuerte, de las pócimas de Mario. Cuando lo hacemos, Mario se ríe: “Siempre parece que acaban de despertar, ja, ja, ja”.

Pues nos avientas como baldes de agua fría, ¿qué querías?, pensamos, pero no lo decimos. Termina la limpia. Sí, también nos sentimos ligeros, ¿será que nos sugestionamos? Lo que nos parece raro es que “Lobo” nos agradece la oportunidad de habernos servido pero no, no nos recomienda nada.

A la muchacha de 15 años le aconsejó amarrar hilos de estambre a sus pantorrillas, durante tres días. A un chavo de Tijuana que, de plano, se soltó a llorar cuando Mario terminó de limpiarlo, le recomendó conseguir una imagen de “geometría sagrada” y  llevarla siempre consigo. A alguien más le dio un limón y le sugirió llevarlo en los bolsillos.

 

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