Belén, 24 Dic (Notimex).- La ciudad palestina de Belén, que ocupa un lugar preponderante en la tradición cristiana, abrió hoy su corazón y sus calles con motivo de la Nochebuena y la Navidad, tradición que los belenitas cumplen con orgullo entre hoy y mañana en un ambiente de fiesta y fervor religioso.
"Nos pasamos todo el año encerrados aquí, tenemos pocas posibilidades de salir, pero llega la Navidad y nos convertimos en el corazón del mundo", dijo Salim, vendedor en la Plaza del Pesebre, donde miles se congregaron para dar la bienvenida al patriarca latino de Jerusalén, Fouad Twal.
La recepción de quien encabeza la Iglesia católica en la región es una de las jornadas más simbólicas de la pequeña ciudad, donde residen unos 35 mil habitantes y el número de cristianos se redujo en las últimas décadas hasta quedar en minoría.
Por ello y por lo que significa para el espíritu de la fiesta en sí, les es tan importante la llegada de peregrinos en Navidad.
"Viene todo el año, pero el dinero que el turismo deja en Navidad sirve para mantenernos una buena parte del año", dijo recientemente a Notimex un guía de la ciudad.
La ministra palestina de Turismo, Rula Maaya, calculó en unos 15 mil los turistas que llegarán estas navidades a Belén para celebrar el nacimiento y adelantó que los hoteles están todos llenos y que para esta noche no quedarían plazas libres.
Son cifras inferiores a las de años pasados, pero que aún así reflejan el interés de los peregrinos cristianos por pasar la Navidad en la imponente basílica.
Se trata de un edificio histórico construido por primera vez en tiempos del imperio bizantino y reconstruido después varias veces, siempre sobre el lugar en el que se fijó el nacimiento, un lugar marcado desde hace siglos por una estrella de plata.
Dicha estrella puede ser visitada en el interior de la gruta en la que se cree que María alumbró a Jesús.
"No podemos renunciar a este lugar, acá comenzó toda nuestra fe", declaró Norman Lanx, un peregrino de Estados Unidos que reincide en sus visitas a Belén por esta época del año.
La jornada navideña comienza en Belén con un acto a mediodía en la Plaza del Pesebre para abrir la ciudad al Patriarca, que reside en Jerusalén y en el que participaron miles de personas del lugar y los peregrinos llegados de todos los confines.
Twal entró en la ciudad por una de las puertas que Israel abrió en el muro de separación que construyó entre Belén y Jerusalén, especialmente diseñada para que el jerarca religioso no tuviera que cambiar de ruta y cumplir con una costumbre de siglos.
Tras cruzar el muro fue recibido por las personalidades de la ciudad: la alcaldesa de Belén, Vera Baboun, el gobernador Abdul Hamayel y otros conocidos personajes del distrito cristiano.
Mientras, en la plaza, le esperaban miles de niños y adolescentes vestidos con sus uniformes de boyscouts, que amenizaban con su presencia la espera de peregrinos y de frailes para una ceremonia que, aunque corta, marca la vida de la ciudad año tras año.
"Para los que vivimos aquí este es uno de los momentos que esperamos todo el año, es el momento que nos muestra al mundo en nuestra mejor condición humana", señala Mariam, una joven palestina que no duda en trabar conversación con cada turista que encuentra.
Belén recibe a los peregrinos en un ambiente de celebración, con sus calles adornadas de árboles navideños, muñecos de papá noel, luces, y un gran árbol que encendió el primer ministro palestino, Salam Fayyad, el pasado 15 de diciembre.
En la oportunidad, el premier destacó que se trataba de la primera vez que los palestinos celebraban la Navidad siendo un "Estado", refiriéndose al reconocimiento que a finales de noviembre obtuvieron en Naciones Unidas (ONU).
Israel recibió la resolución con indignación y suspendió parte de la cooperación habitual con la ANP, aunque con motivo de la fiesta concedió permisos especiales a miles de cristianos para salir de Belén y desplazarse por el territorio israelí para ver a sus familiares.
También lo obtuvieron unos 550 cristianos de Gaza, 200 de los cuales ya habían cruzado por el paso de Erez esta mañana y llegado a Belén para estar presentes en la Misa de Gallo.
Otro destacado "peregrino" que se apersonará en Belén para la misa es el presidente palestino, Mahmoud Abbas, que siguiendo los pasos de su predecesor, Yaser Arafat, suele presidir el acto religioso todos los años.
También acudirá en esta ocasión, de forma extraordinaria, el canciller jordano Nasser Judah, quien representará al rey Abdullah II.