El panorama canadiense ha cambiado por el creciente nacionalismo en Canadá. Pierre Poilievre ya no es favorito a ganar las elecciones por su cercanía con Washington.
Ciudad de México, 21 de marzo (SinEmbargo).– El 20 de enero de este año, cuando Donald Trump asumió la Presidencia, nadie habría pensado que los liberales podrían recuperarse del abismo. Justin Trudeau era un Primer Ministro en desgracia, con mínimos históricos de aceptación (hasta 17 por ciento), mientras la fuerza que lo respalda estaba en 21.9 por ciento de respaldo popular. En cambio, los conservadores, abiertos simpatizantes del Presidente de Estados Unidos, tenían en la bolsa un holgado 44.8 por ciento del electorado.
Pero todo ha cambiado de golpe en Canadá. Primero, porque Justin Trudeau ya no es Primer Ministro. Y segundo, porque los conservadores ya no son los favoritos. Sus simpatías con Trump no le hacen sentido a los canadienses, que se sienten humillados e injustamente atacados por su vecino del sur. El desplome conservador es tal que quizás se trate de uno de los cambios de tendencia electoral más poderosos no sólo en Canadá, sino en todo América del Norte.
Si las elecciones fueran hoy, el nuevo Primer Ministro Mark Carney derrotaría a Pierre Poilievre, el conservador. Carney tiene 37.7 por ciento de las preferencias y Poilievre 37.4 por ciento. Pero estas tendencias se están movimiento de manera acelerada en contra de los conservadores, por lo que este empate es realmente ilusorio si se considera que las elecciones son dentro de un mes.
Carney planea convocar a elecciones anticipadas en Canadá. Previsiblemente para el próximo 28 de abril. El Partido Liberal trata de tomar la iniciativa antes de verse forzado a llamar a las urnas por la falta de confianza del Parlamento. El panorama canadiense ha cambiado por el creciente nacionalismo en Canadá. Pierre Poilievre ya no es favorito a ganar las elecciones por las mismas razones por las que era: su cercanía con Washington.
El líder conservador no está parado en la nada. Apenas ayer anunció un plan para aumentar la capacitación y el empleo de trabajadores en oficios especializados. Poilievre afirmó que su plan “más botas, menos trajes” ampliará las salas de capacitación y proporcionará subvenciones directas y un seguro de empleo más rápido para los aprendices en oficios con licencia. Afirmó que el objetivo es ofrecer salarios más altos a los trabajadores y reducir la dependencia de Canadá respecto a Estados Unidos.
El problema es que sus planes suenan profundamente electorales, para conquistar a los obreros. Y nadie sabe si será realmente aceptado porque se abre la cartera frente a las amenazas sobre la economía: su plan ofrecería becas de aprendizaje de hasta 4 mil dólares canadienses, financiaría salas de capacitación para el desarrollo de habilidades de hasta 350 mil trabajadores durante cinco años y trabajaría con las provincias para armonizar las regulaciones de salud y seguridad para que los trabajadores puedan trabajar en cualquier lugar de Canadá.
Tne Globe and Mail dice hoy en un reportaje que las amenazas de Trump contra Canadá generaron mucha ansiedad, además de nacionalismo. Los consumidores están determinados a bloquear la compra de productos de Estados Unidos. Si alguien habla del “estado 51 de Estados Unidos”, inmediatamente provoca dolor de estómago; un “retortijón cada día que el Presidente Donald Trump blande la amenaza de aranceles como un matón traicionero que golpea a su mejor amigo”.
Y este rechazo a lo estadunidense impacta la política. Mark Carney dijo ayer que su país está abierto a una “negociación integral’ con Estados Unidos sobre comercio siempre y cuando Trump les “muestre respeto como nación soberana".
“Estamos dispuestos a comprometernos con Estados Unidos en una negociación integral, cuando a Canadá se le muestre respeto como nación soberana", dijo en su cuenta de la red social X, tras una reunión telemática con el Consejo de Relaciones Canadá-Estados Unidos. Durante el encuentro con este grupo de asesores formado por líderes del mundo empresarial, de la innovación y de la política, Carney y su gabinete han abordado estrategias para “mantener fuerte la economía” canadiense frente a unos aranceles que ha calificado de “injustos”.
“Al diablo con la amabilidad, que siempre fue una descripción floja del ethos de nuestro país. Es hora de encarnar la fortaleza del soldado de asalto canadiense, la serenidad del pacificador, la justicia compasiva de la Carta [Magna]. Esto requerirá, según la historia, un fuego bien cuidado en nuestras entrañas. Como Mike Myers señaló a los canadienses en el episodio del 1 de marzo de Saturday Night Live, con una frase de hockey que ahora se ha convertido en un grito de guerra en todo el país: Codos arriba”, dice Tne Globe and Mail.