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Alejandro De la Garza

18/01/2025 - 12:02 am

Los señores tecnofeudales

"En el tecnofeudalismo de la era digital controlan los territorios cibernéticos vitales, a sus usuarios-siervos, plataformas y datos hasta manejar también la economía, la sociedad y la política contemporáneas".

Los señores tecnofeudales por Alejandro de la Garza.
"El alacrán se asoma entonces a XTwitter para observar el obsceno despliegue de los intereses y algoritmos de su dueño, Elon Musk, quien promueve al nuevo Rey-Presidente estadounidense con todo tipo de noticias falsas, invenciones y ofensivos mensajes". Foto: Especial

El sino del escorpión observa a los señores tecnofeudales ofrecer millones de dólares al nuevo Rey-Presidente de Estados Unidos con tal de que frene las muchas quejas y demandas en su contra por prácticas monopólicas, evasión de impuestos o por sostener relaciones laborales abusivas con sus empleados-esclavos en sus feudos tecnocráticos. Elon Musk, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Tim Cook, Bill Gates, Larry Page y toda esa banda de señores hoy reactualizados como los selfmade men del siglo XXI, muy “preocupados por el beneficio de la humanidad”, controlan las compañías Big Tech del mundo y conforman ya un “tecnofeudalismo”, según lo han definido teóricos como Cédric Durand y Yannis Varoufakis.

El sistema feudal histórico estructuraba con rigidez a la sociedad: en la cúspide estaba el señor feudal que controlaba la vida económica, social y política, era dueño de la tierra, sus recursos naturales y productos, de los campesinos, vasallos y siervos que ahí vivían y trabajaban para ellos, a los cuales protegía a cambio de su producción y, a veces, a cambio de sus hijas (derecho de pernada). Hoy, las Big Tech asumen el papel de los señores feudales.

En el tecnofeudalismo de la era digital controlan los territorios cibernéticos vitales, a sus usuarios-siervos, plataformas y datos hasta manejar también la economía, la sociedad y la política contemporáneas. Los usuarios-vasallos dependen de ellos para su comunicación, su trabajo, su entretenimiento. “Pasaron de señores feudales a señores digitales”, nos dice el periodista Guillermo Pujol en el portal lamarea.com, donde se da a la tarea de revisar los libros del economista francés Cédric Durand, Techno-Feud, y del economista griego Yannis Varoufakis Tecnofeudalismo.

El alacrán se asoma entonces a XTwitter para observar el obsceno despliegue de los intereses y algoritmos de su dueño, Elon Musk, quien promueve al nuevo Rey-Presidente estadounidense con todo tipo de noticias falsas, invenciones y ofensivos mensajes. Y observa también cómo el también dueño de la compañía aeroespacial SpaceX y del corporativo de automóviles eléctricos Tesla, convence a otro señor tecnofeudal, Mark Zuckerberg, dueño de Meta (Facebook. Instagram y Whatsapp), a cambiar sus políticas de moderación de contenidos y poner fin a su programa de verificación de datos (factchek), con lo que literalmente ofrece el campo libre a las fake news y al discurso de odio, pues suprimió también su programa de diversidad, equidad e inclusión junto con otras regulaciones de su contenido que había tomado años diseñar y poner a funcionar (al menos desde 2016). Todo ello ha provocado dudas en cuanto a la fiabilidad y el futuro de la información que se difunde a través de estas redes.

Este fenómeno en Estados Unidos, así como las medidas de regulaciones restrictivas implementadas en países de Europa, ofrecen una oportunidad a América Latina, y a México en particular, para explorar una vía regulatoria propia, diseñada aquí y atendiendo a los intereses mexicanos y Latinoamericanos. Esta posibilidad, que ya los especialistas comienzan a denominar “tercera vía”, puede proteger el debate público y los derechos comerciales, económicos y de expresión fundamentales sin caer en la permisividad total ni en la censura.

De igual forma ha sacudido a las redes sociales la prohibición de TikTok en Estados Unidos, avalada por el Tribunal Supremo mediante una ley que obliga a esta red a desvincularse de su matriz china, ByteDance, o enfrentar una prohibición total en el país con el argumento de la “seguridad nacional”. En realidad se intenta vender esa exitosa red a alguno de los señores tecnofeudales estadounidenses, pues 130 millones de ciudadanos de ese país la utilizan para el comercio, la comunicación, la educación o para enterarse de las noticias sin filtros ni censura, lo cual ha generado una narrativa distinta a la “oficial” en torno a fenómenos como el mismo nuevo Rey-Presidente, sus candidatos a puestos en el gabinete o el funcionamiento del gobierno de Estados Unidos, por no hablar de la narrativa sobre graves asuntos internacionales como el genocidio en Gaza o la transferencia de armas y dinero a Ucrania. Lo curioso es que la prevista prohibición de TikTok ha impulsado una migración a nuevas redes también chinas, como Red Note.

Otros asuntos graves son las demandas contra Apple por prácticas monopólicas en el ámbito de los derechos musicales, o la exigencia de pago de impuestos en Europa a Google y Microsoft, medidas contra las que se han defendido con toda la fuerza de su poder tecnofeudal. El caso de Amazon es también emblemático, cuando se ha probado una y otra vez que en sus instalaciones alrededor del mundo, desde Estados Unidos hasta el Reino Unido, las prácticas laborales indignas y casi esclavistas han llevado a huelgas, accidentes de trabajo y problemas de salud a sus empleados.

El venenoso destaca aquí el acuerdo de Amazon con el Gobierno Federal y con el Gobierno de Querétaro para instalar un centro de datos en ese estado mediante una inversión de miles de millones de pesos, cuando es de todos sabido (y el alacrán lo ha comentado aquí), que estos centros de datos consumen cantidades descomunales de energía eléctrica y cientos de millones de litros de agua. ¿Tiene la instalación eléctrica federal de ese Estado capacidad para satisfacer esa demanda? Y aún más ¿la cuenca hídrica de Querétaro tiene capacidad en sus acuíferos para abastecer tal cantidad del recurso? El alacrán no quiere ser de mal agüero, pero si se va a quitar agua a las comunidades (como siempre) para satisfacer a la industria, tendremos un nuevo conflicto hídrico en la zona, que se sumara a los más de un centenar que ya se padecen en el territorio nacional.

Varoufakis destaca en su ensayo cómo las tecnologías digitales llevan a una nueva forma de capitalismo distanciado del neoliberalismo, pues “la digitalización de la economía ha permitido a las Big Tech un control predominante a través de la acumulación de capital y el manejo de los flujos de información y datos”. Este tecnofeudalismo se convierte pronto en una amenaza para la democracia y la soberanía de los estados, ya que los gigantes tecnológicos buscan operar, y a menudo lo consiguen, más allá del alcance de cualquier regulación nacional.

Al parecer, las queridas utopías tecnológicas siguen desmoronándose ante nuestros ojos y llevándonos no al futuro, sino a un pasado feudal-tecnológico.

Alejandro De la Garza
Alejandro de la Garza. Periodista cultural, crítico literario y escritor. Autor del libro Espejo de agua. Ensayos de literatura mexicana (Cal y Arena, 2011). Desde los años ochenta ha escrito ensayos de crítica literaria y cultural en revistas (La Cultura en México, Nexos, Replicante) y en los suplementos culturales de los principales diarios (La Jornada, El Nacional, El Universal, Milenio, La Razón). En el suplemento El Cultural de La Razón publicó durante seis años la columna semanal de crítica cultural “El sino del escorpión”. A partir de mayo de 2021 esta columna es publicada por Sinembargo.mx

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