De 2018 a 2024, el número de detenciones de personas migrantes en la CDMX incrementó 267 por ciento, con un pico de 667 por ciento en 2022. En respuesta, el gobierno capitalino buscará albergar a más de 3 mil personas que habitan en albergues en la calle.
Ciudad de México, 15 de enero (SinEmbargo).- En los últimos años, ha sido evidente la mayor presencia de personas migrantes en la Ciudad de México y los problemas que enfrentan. En un escenario que podría complicarse ante la segunda presidencia de Donald Trump, el gobierno capitalino se prepara con “la institución más robusta en temas migratorios en la historia de la Ciudad de México”, a decir de Temístocles Villanueva.
Villanueva fue designado por la jefa de Gobierno, Clara Brugada, como responsable de Atención a Personas en Movilidad Humana, una nueva unidad adscrita a la Secretaría de Gobierno. Y como parte de sus primeros retos será darle albergue a las más de 3 mil personas que habitan en los tres campamentos ubicados en calles de La Merced, en la colonia Vallejo y afuera de la Central de Autobuses del Norte.
El nuevo funcionario tiene una trayectoria en defensa de los derechos humanos, especialmente de las poblaciones más discriminadas. Ahora atenderá a personas que provienen de contextos de pobreza, conflictos políticos e inseguridad y que, la mayoría, busca llegar a Estados Unidos. La xenofobia, el racismo y el clasismo de una parte de la ciudadanía capitalina será otro desafío.
Un primer encargo de la jefa de Gobierno, dice Temístocles Villanueva en entrevista, es “garantizar el albergue para personas que el día de hoy tienen que ubicarse en las calles”, en campamentos inseguros e insalubres para ellas. A más tardar en marzo, más 3 mil personas que habitan en esos alojamientos precarios serán reubicadas.
Muchas de ellas son “víctimas y rehenes de la delincuencia organizada, por eso también es muy importante que logremos disminuir la existencia de estos campamentos. Por supuesto, nosotros garantizaremos que existan espacios dignos, pero no se va a obligar a nadie a ocuparlos”.
Para ello, adelanta a Sin Embargo, realizarán un censo que les permita conocer cuántas niñas, niños y adolescentes se encuentran ahí, personas de la tercera edad, con discapacidad “que requieren un trato diferenciado. Si hay personas LGBT, que viven otro tipo de discriminación”.
Además, actualizarán las reglas de operación del Padrón de Huéspedes, un registro que contempla la Ley de Interculturalidad de la Ciudad de México y que actualmente existe, pero no responde a la realidad que viven las personas migrantes. Por ejemplo, exige que las personas registradas comprueben tener un domicilio o presentar una identificación oficial, que muchas personas perdieron o les robaron en el camino.
La ruta migrante del CBP One
De acuerdo con la Secretaría de Gobernación (Segob) federal, en 2018 se ocurrieron mil 829 “eventos de extranjeros presentados ante la autoridad migratoria” en la Ciudad de México. Estos eventos son casos en los que personas migrantes indocumentadas fueron interceptadas, detenidas o llevadas a instancias migratorias.
Las estadísticas más recientes muestran que en 2024 la cifra se elevó a 6 mil 713, es decir, un aumento de 267 por ciento respecto de 2018. Pero fue en 2022 cuando la cifra se disparó y llegó a 14 mil 28 “eventos”, lo que representa un incremento de 667 por ciento comparado con 2018.
Las rutas migrantes hacia Estados Unidos cambian constantemente. Las personas buscan protegerse de las autoridades migratorias, pero también del crimen organizado. Sin embargo, las políticas migratorias restrictivas del gobierno estadounidense también han modificado la trayectoria de miles de personas.
En octubre de 2020, el gobierno de Joe Biden lanzó una aplicación móvil de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) para gestionar las citas de quienes solicitan refugio en ese país. La app CBP One sólo abre desde el centro y el sur de México, con ello Estados Unidos se aseguraba de que no lleguen a su frontera. A la espera de que se abra un espacio para la cita, miles de migrantes se establecieron en la Ciudad de México.
En 2024, el gobierno capitalino, encabezado por la ahora presidenta Claudia Sheinbaum, habilitó dos albergues para esta población. Pero la mayoría de las personas son atendidas por organizaciones de la sociedad civil, quienes les brindan estancias temporales y otro tipo de servicios, reconoce Temístocles Villanueva.
“El encargo de la jefa de gobierno es colaborar con esas organizaciones para ampliar la capacidad de asistencia que tienen, ayudarles a mejorar las condiciones de los albergues”.
El racismo no es sólo de Trump
Temístocles Villanueva ha sido dos veces diputado local por Morena. En su agenda legislativa defendió a las mujeres y la población LGBTTIQ+. Intentó legislar para reconocer y proteger los derechos de las personas trabajadoras sexuales, así como las trabajadoras independientes y no asalariadas.
En 2024 logró que el Congreso de la Ciudad de México derogara del Código Penal local el delito de “peligro de contagio”, que criminalizaba a las personas que viven con VIH, pese a que con el tratamiento correcto quienes han adquirido el virus pueden vivir en las mejores condiciones y sin riesgo de transmitirlo.
Las poblaciones discriminadas han estado como eje de su trabajo. Ahora atenderá a personas que viven un cúmulo de discriminaciones en sus países de origen, los de tránsito y, por supuesto en la Ciudad de México.
En 2024, habitantes de la colonia Juárez lograron expulsar el campamento de familias migrantes y la oficina de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) ubicadas en esas calles. Ponían por delante siempre el argumento de que las condiciones de vivienda no eran dignas para los y las migrantes.
Luego de que agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) se llevaran a las más de 400 personas, incluyendo a niñas, niños y adolescentes, que pernoctaban en la Plaza Giordano Bruno, vecinas y los vecinos pegaron carteles en las calles pidiendo a la comunidad que si veía a un migrante, de inmediato llamara a la policía.
⎯No podemos omitir que en esa acción hubo clasismo, racismo. Lo vemos incluso en la forma en la que les nombramos: a quienes vienen del Norte global les llamamos “extranjeros”, pero quienes llegan de países del Sur global son “migrantes”. ¿De qué manera tu experiencia en derechos humanos, género y diversidad sexual influirá en la atención de la población migrante?
⎯ Primero, es necesario construir una nueva narrativa en torno a la migración, a la movilidad humana. La historia de la humanidad es la historia de la migración. Es decir, las civilizaciones contemporáneas no existirían si no fuera por la migración. Nuestro país ha sido beneficiado culturalmente por la migración.
Luego, hay que entender que la discriminación es un proceso multifactorial que tenemos que desmontar. Pero no se va a desmontar si no hay una intervención del Estado y primero hay que garantizar los derechos de las personas.
Aquí hay un asunto de emergencia humanitaria y es lo primero que tenemos que poner sobre la mesa. Una vez que garanticemos la atención por la emergencia humanitaria podemos pasar a la segunda etapa: tener acuerdos vecinales para la convivencia.
Acuerdos que generen reglas claras y que muestren a las vecinas y vecinos, donde están los albergues, que estas personas se encuentran en nuestra ciudad buscando cobijo, huyendo de violencia, del desplazamiento de gobiernos autoritarios, de los efectos del cambio climático.
La atención de este tema tendrá una perspectiva de género, de derechos humanos y de inclusión social. Con esas tres vertientes podemos garantizar derechos a las personas en movilidad humana y empatía de vecinas y vecinos de la ciudad de México.
⎯ Donald Trump volverá a la presidencia de Estados Unidos. Considerando las amenazas de deportación masiva de migrantes, ¿cómo se están preparando para afrontar los posibles cambios en la dinámica migratoria y garantizar la protección de los derechos de las personas migrantes en este contexto de alta tensión bilateral?
⎯ Por supuesto que no es casualidad que estemos buscando establecer la institución más robusta en temas migratorios en la historia de la Ciudad de México, tiene que ver con el contexto político que se está viviendo.
Esperamos que no ocurra, pero el escenario que ha planteado el próximo presidente de Estados Unidos es la expulsión total de su país de todas aquellas personas que no cuentan con una residencia legal, por decirlo de alguna forma. Porque migrar no debería ser nunca ilegal.
La Ciudad de México se prepara institucionalmente, generando vinculación con todos los actores. Llevo toda esta semana recorriendo la totalidad de los albergues establecidos en la Ciudad de México y es impresionante el nivel de compromiso de las organizaciones y las personas activistas con este tema. Dan la vida, se mueren en la raya por resolver las necesidades de las personas migrantes, trabajan 24 horas todos los días de la semana por la preocupación de dejarlas desprovistas de alimentación, de un lugar seguro para pernoctar.
La colaboración con sociedad civil, empresas privadas, agencias de cooperación internacional y gobierno que queremos generar puede convertirse en las más importantes en la historia. Es muy importante la sensibilidad y la voluntad política que ha demostrado la jefa de gobierno, Clara Brugada, porque tiene un entendimiento de los derechos de las personas migrantes.
Estamos frente a las circunstancias más complejas en la historia de nuestro país, en la relación con el gobierno de Estados Unidos. Pero también tenemos un gobierno que defiende su soberanía, que está encabezado por una mujer extraordinaria, Claudia Sheinbaum, que tiene un gran entendimiento sobre los derechos humanos, sobre el género y sobre las necesidades de las naciones latinoamericanas que hemos luchado mucho por conseguir una estabilidad social, política y económica. Estoy seguro que nuestro país está representado de manera muy digna.
Pero también la ciudadanía está preparada para asumir lo que le toca, y esto lo he visto muy presente en las organizaciones que que hacen frente a la migración.