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Otra vez, “hacia adentro”

México vuelve a sustituir importaciones. Lo hizo Ávila Camacho. Aquél era otro mundo

13/01/2025 - 9:28 pm
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Era un mundo en tensión máxima: la Segunda Guerra Mundial estaba en su apogeo con la entrada de Estados Unidos al conflicto, y México se empeñó en promover una fuerte industrialización del país ante la ausencia de su vecino del norte. En esta ocasión, los alcances son diferentes: están enfocados solamente en el mercado asiático.

Ciudad de México, 13 de enero (SinEmbargo).– La sustitución de importaciones para países asiáticos que propuso este lunes la Presidenta Claudia Sheinbaum en la presentación del Plan México es un modelo económico que ya se había usado en el país hace varias décadas, bajo un contexto y época totalmente diferentes, en el marco de una Guerra Mundial: ¿qué pasó entonces?

El proceso de industrialización de nuestro país comenzó a gestarse en el periodo presidencial de Lázaro Cárdenas, sin embargo, el modelo económico que favoreció este proceso se adoptó hasta el mandato de Manuel Ávila Camacho, en 1940. El Estado puso en marcha acciones para garantizar que las industrias del país tengan el desarrollo esperado, por ejemplo, el modelo de sustitución de importaciones que consistió en poner límite a las importaciones y crear facilidades para la producción y venta de mercancía nacional al interior del país.

Además, se utilizaron medidas proteccionistas, es decir, que protegen a los productores nacionales de la competencia extranjera, como el cobro de aranceles en las importaciones y el encarecimiento de los productos extranjeros. Este modelo se caracterizó por la intervención del estado en la economía.

Pero su aplicación se dio sobre todo a partir de explícitamente la entrada de Estado Unidos a la Segunda Guerra Mundial, un evento que de por sí obstaculizó el comercio mundial. Al vecino del norte le urgía una infraestructura de producción ante el colapso por un lado de su mercado interno –millones de personas que tuvieron que sumarse al conflicto en Europa– y la ventaja de la cercanía, que por una vez funcionó entre ambas naciones, y que permitió abastecer a la Unión Americana de materias primas y armamento, reportando al país divisas internacionales que, por otro lado, no podía gastar.

Además, la propuesta realizada esta semana por la mandataria mexicana dista de aquella debido a que solamente es para los países asiáticos, sobre todo China, y no una política general de economía mexicana cerrada al extranjero, aclararon expertos como Mario Campa a SinEmbargo, pues el Plan México incluso pretende estar apoyado no sólo por el Estado sino por la Iniciativa Privada local y extranjera (sobre todo, de sus aliados comerciales, como Estados Unidos).

¿Qué pasó en los años 40 con la sustitución de importaciones?

"El gran objetivo de Ávila Camacho", escribe José Agustín en su ya clásica Tragicomedia Mexicana I, "consistía en aprovechar al máximo la coyuntura que ofrecía la guerra mundial para industrializar al país. De esa manera no sólo dejaría felices a los empresarios sino que México ya no sería un país atrasado, ni autárquico ni surtidor de materias primas sin procesar".

"La idea era que, sin rechazar en lo más mínimo el capital extranjero, había que desarrollar una infraestructura industrial para no tener que importar todo lo nuevo y bueno que ofrecía la alta tecnología, pues la industria mexicana se encargaría de tenernos bien surtidos y, dentro de lo posible, al día y con buena calidad", señala.

El Presidente "desechó toda retórica que pudiera parecer socialista, propició e incluso utilizó la nueva moda anticomunista y se empeñó en promover la industrialización del país. Destinó entre el 50 y el 60 por ciento de los gastos de Gobierno para apoyar a la empresa privada".

Al término de la Segunda Guerra Mundial, México contaba con una importante cantidad de divisas, gracias a lo que se propuso una política industrial de sustitución de importaciones.

El poderío asiático busca ser frenado en conjunto por los países de Norteamérica. Foto: Cuartoscuro

"La Segunda Guerra Mundial propició una mayor demanda externa sobre la economía mexicana y con ello la oportunidad de ampliar y diversificar la producción nacional", explica Roberto Rives Sánchez en su libro 200 años de administración pública en México, publicado por la UNAM. "De manera conjunta y complementaria los sectores público y privado encauzan esfuerzos para el logro del objetivo señalado y que irá consolidando un régimen de economía mixta".

Precisamente en esta época, con el fin de impulsar la industrialización en México, se crearon organismos como: el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS, en 1942); Cobre de México, S. A. (1943); y la reestructura de Nafin (Nacional Financiera) con el fin de apoyar al proceso de industrialización y revitalizar el aparato productivo del Estado.

"Para que el modelo funcionara era necesario que el Estado protegiera a la industria de la competencia externa y que el sistema económico fuera capaz de generar divisas para importar bienes de capital e intermedios, necesarios para la producción industrial", afirma Itzel Solís, economista de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en un ensayo publicado en la revista Tiempo Económico.

"En esta primera etapa ambas condiciones se dieron, la agricultura se modernizó y las divisas para la industrialización se obtuvieron mediante las exportaciones agrícolas. Se hicieron presentes los instrumentos de protección a la industria, tal es el caso de los aranceles a la importación y los subsidios a la exportaciones, las licencias de importación, programas de fabricación, política fiscal (incluyendo regímenes preferenciales a las empresas manufactureras), la Ley de Industrias Nuevas y Necesarias para promover la creación de empresas, y las ventas de insumos baratos producidos por las empresas estatales", ahondó.

Por su parte, José Agustín resume: "Para 1942, las exportaciones de materias primas aumentaron sustancialmente debido a la guerra, lo cual permitió, después, vender también textiles, productos químicos y otros más. Entraba mucho dinero, y con él se compraba maquinaria para desarrollar la industria".

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México experimentó, de forma muy diferente, con la sustitución de importaciones en la década del 40 del siglo pasado. Foto: Cuartoscuro.

Pero, advierte, "conforme muchos veían enormes beneficios económicos, las grandes mayorías seguían padeciendo para sobrevivir. Era difícil contener el descontento popular. Para esas alturas podía advertirse que la carestía, iniciada en 1941, aumentaba alarmantemente un año después".

Además la IP "había aprovechado alevosamente la renuncia al derecho de huelga por parte de los obreros y se dedicaba a hacer ‘reajustes de personal’, y a acaparar y ocultar los productos básicos a fin de aumentarles el precio. Además, los patrones nadaban alegremente en la corrupción del sistema para hacer negocios. Las principales fuerzas políticas del país (el presidente, el PRM y los suspirantes Maximino, Alemán y Padilla) los apoyaban en todo y los únicos adversarios (Cárdenas y los izquierdistas) eran contenidos firmemente por el mismo gobierno", completó.

El paso al "desarrollo estabilizador"

"Como Ávila Camacho, el Presidente Alemán se proponía el aumento de la producción en el campo para ampliar exportaciones y sustituir importaciones; el agro debería apoyar la industrialización", escribe José Agustín. "Alemán creía que un buen desarrollo del campo podía generarse a través de la inversión privada, pues para él sólo ‘los pequeños propietarios’ producían como debía ser. Durante el sexenio anterior, al ver que el Gobierno los consentía, los empresarios exigieron ‘seguridad en el campo’, que, llanamente, se traducía como la petición del amparo agrario para ‘los genuinos mexicanos’, pues así se autocalificaban los agricultores".

El fin de la guerra trajo la creación de un nuevo orden internacional, bipolaridad política, organismos internacionales, sistema de crédito mundial, así como Estados Unidos como el nuevo imperio dominante. "Los efectos estimulantes sobre la producción nacional propiciados por la II Guerra Mundial habían cesado, sin embargo el proyecto de industrialización seguía sus cauces al interior del país", detalla Rives Sánchez.

Para entonces ya se había definido que el régimen económico no seguiría el modelo socialista, sino uno de economía mixta, en la que los sectores público y privado complementarían sus esfuerzos para el desarrollo nacional, sólo que en adelante se le identificaría bajo el nombre del desarrollo estabilizador, y que se prolongaría hasta finales de los años sesenta, completa.

Manuel Gonzalez
Ciudad de México | 1993. Estudió periodismo. Actualmente trabaja como Editor en la redacción de SinEmbargo MX. Antes, fue corresponsal para Infobae México, la Agencia Alemana de Prensa (dpa) y El País América. Tiene un blog (Apuntes en la ciudad), un newsletter (Apuntes subrayados) y un podcast (Al otro lado del sueño) personales.
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