México

Reyes de los escombros

#PuntosyComas ¬ Los líderes del PRI, PAN y PRD hundieron en 2024 a la oposición

31/12/2024 - 8:01 pm

Fue una combinación tóxica que llevó al hundimiento a los principales partidos de oposición en el 2024: tres dirigentes partidistas que cargaron sobre sus hombros un enorme desprestigio, incapaces de articular una estrategia electoral eficiente y sin una propuesta de gobierno consistente, sólida y atractiva para los ciudadanos.

Ciudad de México, 31 de diciembre (SinEmbargo).- Seis años bastaron, entre 2018 y 2024, para que se desmoronaran el PRI, en manos de Alejandro Moreno Cárdenas, mejor conocido con el apodo de “Alito”; el PAN, bajo el mando de Marko Cortés Mendoza y el PRD a quien Jesús Zambrano Grijalva llevó a la pérdida del registro.

Tres partidos que se les desmoronaron en las manos a dirigentes que se rodearon de camarilla de cómplices y favoritos, para controlar las estructuras de sus partidos en el país y también las principales postulaciones a cargos de elección popular, particularmente las que implicaban menos riesgo y menos trabajo, por la vía de la Representación Proporcional.

Los tres dirigentes partidistas se postularon para llegar al Senado de la República por la vía Plurinominal, inscritos en sus listas nacionales de candidatos, pero sólo Moreno Cárdenas y Cortés Mendoza llegaron a la cámara alta, pues Zambrano Grijalva desapareció junto con su partido.

Marko Cortés, "Alito" Moreno y Jesús Zambrano juntos y en una conferencia del Frente Amplio por México. Foto: Daniel Augusto, Cuartoscuro.

Otro rasgo característico del PRI, PAN y PRD en los años recientes fue su falta de trabajo para aumentar y fortalecer sus militancias, que se fueron diluyendo paulatinamente por la migración permanente de sus simpatizantes.

En el caso del tricolor, una amplia legión de sus militantes se fue a Morena; en el caso del PAN, su destino casi natural fue Movimiento Ciudfadano; y la mayoría de quienes dejaron el partido del Sol Azteca encontraron refugio con sus viejos amigos que ahora están en las filas de Morena.

Alejandro Moreno Cárdenas ha sido el personaje más pernicioso y destructivo en la historia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y será, seguramente, quien termine por sepultarlo, si logra su propósito de quedarse en la presidencia del tricolor ocho años más, hasta el 2032. Tiempo suficiente para hundir la nave tricolor en las profundidades del abismo.

Hasta la fecha, durante su gestión, del 2019 al 2024, su partido ha perdido 11 gubernaturas y ha sido factor determinante para que por lo menos 4 millones 956 mil 874 militantes, el 77.83 por ciento de la membresía, haya abandonado las filas del Partido Revolucionario Institucional durante los más recientes cinco años. Todo un ejemplo de destructiva tenacidad.

"Alito" ha visto reducir la presencia del PRI. Foto: Facebook, Alejandro Moreno

Tan solo en los más recientes tres años, desde septiembre del 2020 a agosto del 2023, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) tuvo un fuerte desplome en su padrón de militantes, al perder 653 mil 272 afiliados, que le representaron una merma del 31.63 por ciento, la más grandes entre las siete organizaciones políticas que tenían registro validado por el Instituto Nacional Electoral (INE).

Del Partido Nacional Revolucionario (PNR), antecesor del PRI, fundado el 4 de marzo de 1929, hace 95 años, impulsado por el Presidente Plutarco Elías Calles, sólo quedan las cenizas, la nostalgia y la vergüenza.

El General Lázaro Cárdenas del Río, el mejor Presidente de la época postrevolucionaria, fue quien en 1938 rebautizó al tricolor como Partido de la Revolución Mexicana, hasta que finalmente, en 1946, durante el régimen de Manuel Ávila Camacho, se transformó en el actual Partido Revolucionario Institucional.

En esta fase terminal del PRI hay mucho de poético y de profundamente irónico, pues cargará hasta el día de su desaparición con el estigma de haberse aliado en las elecciones presidenciales del 2024 con su enemigo histórico, el PAN, fundado en 1939, como instrumento de la reacción, de la contrarrevolución que se opuso y combatió con tenacidad algunas de las propuestas sociales más avanzadas del régimen del general Lázaro Cárdenas.

Mientras tanto, en la acera de enfrente, la historia de Marko Cortés Mendoza es una suma de catástrofes. Cuando llegó a la presidencia del PAN en noviembre del 2018, su partido tenía 11 gubernaturas. En los recientes seis años perdió siete: Puebla, Baja California, Baja California Sur, Nayarit, Tamaulipas, Durango y Yucatán. Sólo conservó Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro y Chihuahua.

En 2020 el Partido Acción Nacional presumía una membresía oficial, registrada ante el Instituto Nacional Electoral, de 252 mil 140 afiliados y para agosto del 2023 sus militantes formales eran 277 mil 675. Apenas un crecimiento de 25 mil 535 simpatizantes, un modesto 10.12 por ciento. En el caso del PAN hay situaciones ridículas, como el hecho de que en el estado como Tabasco sólo tenga registrados, oficialmente, 603 militantes.

Una historia de permanente derrotas es la que enfrentó el Partido de la Revolución Democrática desde el 2018, hasta su desaparición en el 2024. Fundado en 1989, como un partido de izquierda, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) experimentó entre el 2015 y el 2021 una metamorfósis profunda que lo llevó a convertirse en un partido socialdemócrata. Ese cambio de doctrina y de postulados lo desdibujaron hasta perder su identidad y terminar aliado con la derecha, representada por PAN y PRI.

Cuando Jesús Zambrano Grijalva asumió su cargo como presidente nacional del PRD, el 29 de agosto del 2020, el partido del sol azteca ya había perdido la emblemática jefatura del Gobierno de la Ciudad de México en los comicios del domingo 1 de julio del 2018 y había sufrido duras derrotas en la disputa de las gubernaturas de Tabasco y Morelos. Las dos gubernaturas que le quedaban, Michoacán y Quintana Roo, las perdió en 2021.

Heredero del registro del histórico Partido Comunista Mexicano, el PRD, convertido en un partido de izquierda socialdemócrata, terminará su historia más cerca de la doctrina social cristiana del PAN y de la posición de centro izquierda, que presume representar el PRI, lejos de las corrientes ideológicas que le dieron origen.

En agosto del 2017 el PRD tenía oficialmente registrados ante el Instituto Nacional Electoral 5 millones 254 mil 778 afiliados. En tan sólo seis años, a agosto del 2023, la membresía del PRD se había reducido a 999 mil 249 militantes, una caída del 80.98 por ciento, culpas que también se cargan a la cuenta de Zambrano Grijalva.

La muerte largamente anunciada del PRD se concretó en 2024. En los comicios intermedios del 2021, cuando se votó en todo el país para la renovación de la Cámara de Diputados de la federación, el partido del sol azteca obtuvo el 3.64 por ciento de la votación nacional para conservar su registro, superando con menos de un punto el piso mínimo exigido por la ley, del 3 por ciento.

Sin embargo, tres años después, en los comicios del 2024, no alcanzó el 3 por ciento de la votación en alguna de las tres elecciones que se llevaron a cabo el pasado domingo 2 de junio: tuvo el 1.86 por ciento en la contienda presidencial; 2.27 por ciento en la disputa para Senadores y 2.43 por ciento en los comicios para diputados federales.

Finalmente, en los comicios presidenciales del 2024 estos tres partidos, integrados en la alianza Fuerza y Corazón por México, respaldaron a la candidata presidencial Betha Xóchitl Gálvez Ruiz que fue derrotada ampliamente por la actual presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, que llegó postulada por la coalición Sigamos Haciendo Historia, de Morena, Partido del Trabajo y Partido Verde Ecologista de México. El futuro para esta oposición, en los comicios del 2027 se ve muy sombrío: van rumbo a la extinción, pues la mayoría del pueblo ya los abandonó.

Pedro Mellado Rodríguez
Periodista que durante cinco décadas ha sido un acucioso y crítico observador de la vida pública en el país. Ha cubierto todas las fuentes informativas y ha desempeñado todas las responsabilidades posibles en medios de comunicación. Ha trabajado en prensa, radio, televisión y medios digitales. Su columna Puntos y Contrapuntos se ha publicado desde hace cuatro décadas, en periódicos como El Occidental, Siglo 21 y Mural, en Guadalajara, Jalisco. Tiene estudios de derecho por la Universidad de Guadalajara y durante una década fue profesor de periodismo en el ITESO, la Universidad Jesuita de Guadalajara. Es autor del libro Las Naves Nodrizas de la Comunicación y el Periodismo (Taller Editorial La Casa del Mago, Guadalajara, 2022).
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