Rubén Martín
29/12/2024 - 12:03 am
Gaza: arrancar de raíz la vida misma
Basado en este análisis, Arquitectura Forense concluyó que mediante esta brutal ofensiva militar, “Israel ha construido un nuevo sistema de control espacial en Gaza, remodelando el territorio destruyendo tierras agrícolas y edificios para crear infraestructura para una presencia militar permanente”.
De todos los acontecimientos que marcaron el turbulento año de 2024 conviene destacarse en primer lugar, por el enorme sufrimiento humano que ha implicado, el genocidio de la población civil palestina cometida por el Estado y el ejército de Israel en Gaza a lo largo de estos doce meses. La brutal y desproporcionada respuesta israelí a los injustificables ataques cometidos por Hamas al sur de Israel el 7 de octubre de 2023, han dejado hasta noviembre pasado 44,056 personas muertas y 104,268 heridas, la mayoría de ellos menores de edad y miles más de desaparecidos o enterrados bajo los escombros a los que ha quedada reducida la franja.
Conviene destacarse este acontecimiento porque se trata de un genocidio cometido por uno de los ejércitos mejor equipados del mundo no sólo contra la organización armada de Hamas, sino porque los mayores daños y sufrimientos los ha pagado la población civil inerme.
A pesar de que ya la Corte Penal Internacional (CPI) emitió en noviembre pasado una orden de arresto contra el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y su exministro de Defensa, Yoav Gallant, así como contra el comandante de Hamas Mohammed Mohammed Deif (presumiblemente muerto), por cargos de crímenes de guerra y contra la humanidad, la comunidad internacional no respondido como debiera ante la magnitud del sufrimiento y crisis humanitaria que la ofensiva militar israelí ha ocasionado en la población civil palestina en Gaza.
A pesar de que el gobierno de Israel justifica la reciente ofensiva bélica como una acto justificado de guerra en respuesta a los ataques de Hamas del 7 de octubre de 2023 que dejaron más de 1,200 muertos, cientos de heridos y aproximadamente 250 personas secuestradas, la guerra contra la población civil de Gaza ha sido totalmente desproporcionada, pues Israel no solo ha destruido toda la infraestructura civil en la región, sino que ha provocado una crisis humanitaria de incalculables proporciones. Más de dos millones de palestinos han sido obligados a desplazarse a zonas supuestamente seguras, para volver a ser atacadas nuevamente provocando sufrimientos a cientos de miles de palestinos.
Dos reportes e investigaciones recientes ponen de relieve los alcances del genocidio que está cometiendo Israel en Gaza. Por un lado Amnistía Internacional (AI) emitió el pasado 5 de diciembre el informe “Es como si fuéramos seres infrahumanos” donde asienta que el genocidio de Israel contra la población palestina “ha venido sumiendo a la población palestina de Gaza en un infierno de destrucción sin ningún pudor, continuamente y con absoluta impunidad”.
Agnès Callamard, secretaria general de AI resumió así el reporte: “El informe de Amnistía Internacional demuestra que Israel ha llevado a cabo actos prohibidos por la Convención sobre el Genocidio, con la intención específica de destruir a la población palestina de Gaza. Entre ellos figuran: matanza de miembros de la población palestina de Gaza, lesión grave a su integridad física o mental y sometimiento intencional de ella a condiciones de existencia que habrían de acarrear su destrucción física. Mes tras mes, Israel ha tratado a la población palestina de Gaza como un grupo infrahumano que no merece derechos humanos ni dignidad, demostrando así su intención de causar su destrucción física”,
Y en este reporte se destaca la desproporcionada respuesta del Estado de Israel, respaldado por Estados Unidos y otros gobiernos Occidentales: “Los crímenes atroces cometidos el 7 de octubre de 2023 por Hamás y otros grupos armados contra israelíes y víctimas de otras nacionalidades, entre ellos homicidios masivos deliberados y toma de rehenes, no pueden justificar jamás el genocidio de Israel contra la población palestina gazatí”.
La ofensiva militar de Israel no tiene como objetivo no solamente Hamas y otros grupos armados palestinos, sino a toda la población civil. Esta ofensiva, señala el reporte de AI, “Ha causado una destrucción sin precedentes, que se produjo, según especialistas en la materia, a una escala y una rapidez nunca vistas y se llevó a cabo arrasando ciudades enteras y destruyendo infraestructura esencial, terrenos agrícolas y lugares de carácter cultural y religioso. Debido a ello, grandes extensiones de Gaza quedaron inhabitables”. La intención de Israel es producir una “muerte lenta y calculada”, añade AI: “Israel impuso en Gaza unas condiciones de existencia que generaron una mezcla mortal de desnutrición, hambre y enfermedades y dejaron a la población palestina expuesta a sufrir una muerte lenta y calculada”.
La estrategia de guerra de Israel tiene la intención deliberada de la destrucción física de Gaza mediante tres patrones, según el reporte de AI: “1) causar daños y destrucción en infraestructuras vitales y otros bienes indispensables para la supervivencia de la población civil; 2) dictar reiteradamente órdenes de ‘evacuación’ de aplicación general, arbitrarias y equívocas para someter a desplazamiento forzado a casi toda la población gazatí, y 3) no autorizar y obstaculizar la entrada y la distribución de servicios esenciales, asistencia humanitaria y otros suministros vitales en Gaza”.
Desde octubre de 2023 el gobierno de Israel ha decretado el corte de agua, de electricidad, combustible y abastecimiento de suministros que han provocado una hambruna catastrófica y propagación de enfermedades a un ritmo alarmante, así como el desplazamiento masivo de dos millones de habitantes, 90 por ciento de la población; en algunos casos se les ha obligado a desplazarse hasta en diez ocasiones.
La conclusión general del reporte de AI es devastadora: en Gaza “Las condiciones iban dejando de ser aptas para la vida humana”. Ante ello la secretaria general de AI lanzó el siguiente llamado: “Los gobiernos deben dejar de fingir que son impotentes para poner fin a este genocidio, que ha sido posible cometer gracias a decenios de impunidad de las violaciones israelíes del derecho internacional”, dijo Agnès Callamard (este informe se puede consultar aquí: https://cutt.ly/1e1wLJjT).
Mediante un análisis cartográfico y geográfico, otro reporte elaborado por Forensic Architecture (Arquitectura Forense) ha llegado a conclusiones semejantes. En su proyecto “Una Cartografía del Genocidio”, hace un estudio que muestra no solo la magnitud de la destrucción de Gaza, sino también su diseño, como señaló en una entrevista Eyal Weizman, arquitecto israelí fundador de Arquitectura Forense. El proyecto de Arquitectura Forense, basado en Londres, es conocido en México por llevar a cabo una análisis espacial y territorial de la noche de Iguala del 26 y 27 de septiembre de 2014 cuando se desaparecieron a los43 normalistas de Ayotzinapa y se asesinó a seis personas.
Para realizar el informe “Una Cartografía del Genocidio” en Gaza, Arquitectura Forense recopiló y analizó seis áreas: 1) Control espacial: la configuración física de Gaza según un diseño estratégico; 2) Desplazamiento: el desplazamiento forzado y repetido de civiles y una evaluación de las “medidas humanitarias” de Israel; 3) Destrucción de la agricultura y de los recursos hídricos: destrucción de campos, huertos, invernaderos, infraestructura agrícola y hídrica; 4) Destrucción de infraestructura médica: ataques sistemáticos contra hospitales y trabajadores de la salud; 5) Destrucción de infraestructura civil: ataques a servicios públicos, carreteras, escuelas (incluidas las que funcionan como refugios), edificios religiosos y edificios gubernamentales; y 6) Focalización de la ayuda: la focalización sistemática de la infraestructura y el personal necesarios para el transporte y la distribución de la ayuda humanitaria y la preparación de alimentos.
En este reporte, Arquitectura Forense documentó que la ofensiva bélica contra la franja de Gaza ha dejado como saldo la destrucción de 450 escuela y universidades, 273 edificios religiosos, 250 refugios, y la destrucción total de la red de carreteras y caminos de la franja. Así mismo se ha atacado toda la infraestructura de salud, y se ha destruido 70 por ciento de los terrenos agrícolas y 45 por ciento de los invernaderos de los poblados de Gaza, lo que ha erradicado la capacidad de la población gazatí para producir sus propios alimentos.
Basado en este análisis, Arquitectura Forense concluyó que mediante esta brutal ofensiva militar, “Israel ha construido un nuevo sistema de control espacial en Gaza, remodelando el territorio destruyendo tierras agrícolas y edificios para crear infraestructura para una presencia militar permanente”. No se trata de una respuesta militar determinada y coyuntural, sino de una remodelación del territorio y de la población para fines de extender la ocupación militar.
Ante ello, el fundador de Arquitectura Forense, Eyal Weizman, dijo en una entrevista que esto va más allá del genocidio: “Estamos hablando más allá del genocidio, estamos hablando de un proceso que yo llamo ungrounding [arrancar de raíz], que es combinar ecocidio y genocidio y tiene como objetivo la destrucción de Gaza en la profundidad y en el futuro (…) Así que estamos viendo una forma de destrucción que es a la vez destruir el pasado y el futuro. Así que creo que el término ‘ungrounding’ [arrancar de raíz] podría ser más adecuado para describir esa forma de destrucción que los términos que tenemos”.
Se trata de un plan sistemático de aniquilamiento fría y atrozmente calculado. Añade Eyal Weizman: “Estamos asistiendo a un ataque sistemático a los hospitales, estamos viendo ataques sistemáticos a las infraestructuras, estamos asistiendo a ataques dirigidos de manera sistemática a la ayuda humanitaria”. En conjunto, se trata de arrancar de raíz la vida misma en Gaza.
El reporte de Arquitectura Forense concluyó que “Los patrones que hemos observado respecto de la conducta militar de Israel en Gaza indican una campaña sistemática y organizada para destruir la vida, las condiciones necesarias para la vida y la infraestructura que la sustenta” (https://cutt.ly/Qe1w2bUe). No podemos permanecer impasibles ante esta infernal maquinaria militar que está cometiendo uno de los peores genocidios de la historia moderna del mundo.
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