Una demanda de un joven de 18 años que sufre diabetes tipo 2 e hígado graso, como muchos otros jóvenes y un porcentaje importante de la población, enfermedades que se han disparado y multiplicado en los últimos decenios, puede convertirse en el inicio de un proceso similar al que se dio en los años 1990 sobre la adicción y los daños del tabaco, que llevó a multas superiores a los 200 mil millones de dólares contra las corporaciones tabacaleras. Los juicios demostraron que la industria del tabaco conociendo muy bien los daños de sus productos, los habían ocultado, los habían negado de forma sistemática, habían financiado a supuestos especialistas e instituciones para negar los daños del tabaco.

Bryce Martínez, ahora con 18 años de edad, fue diagnosticado con diabetes tipo 2 e hígado graso a los 16 años, enfermedades que no existían entre los niños y jóvenes antes de que los productos ultraprocesados y las bebidas azucaradas invadieran los mercados y trastocaran las dietas. La demanda contra empresas como Nestlé, Coca-Cola, PepsiCo, Kellogg’s, entre otras, señala que las corporaciones de ultraprocesados diseñaron intencionalmente sus productos para que sean adictivos, como los cigarrillos. La demanda, sustentada en una amplia y profunda literatura científica, alega que Bryce Martínez ha sido víctima, como millones de personas, de una "estrategia depredadora" por parte de los gigantes de la alimentación. Esta estrategia ha consistido en el desarrollo y la comercialización de productos, a niñas y niños, perjudiciales para la salud, diseñados para ser adictivos, todo ello sin advertir de los peligros de su consumo repetido.

La demanda se sustenta en documentos internos de la industria que demuestran cómo la industria del tabaco llegó a dominar a la industria de ultraprocesados, incorporando a sus científicos expertos en el diseño de productos adictivos. Grandes corporaciones del tabaco adquirieron empresas clave de la industria de ultraprocesados e integraron a sus científicos para aplicar sus conocimientos en la creación de productos ultraprocesados con características adictivas.

En coincidencia, hace solamente unas semanas, el propio comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, Robert Califf, en una comparecencia ante el Senado declaró:

"La industria alimentaria ha descubierto que hay una combinación de lo dulce, los carbohidratos y la sal que va directa a nuestros cerebros, y creo que es adictiva. Esa es mi opinión. Creo que son los mismos circuitos neuronales que están involucrados en la adicción a los opioides".

La demanda, que debería ser de interés para toda la población, presenta una larga lista de evidencias que muestran la intención de las corporaciones de volver adictivos estos productos. A continuación, se citan algunas claves de su exposición de motivos y de los hechos que la sustentan:

• “Las estrategias de formulación de la UPF fueron guiadas por los mismos científicos de la compañía tabacalera y el mismo tipo de investigación cerebral sobre las percepciones sensoriales, la psicología fisiológica y los sentidos químicos que se utilizaron para aumentar la adicción de los cigarrillos”.
• “Los UPF cumplen con todos los criterios científicos que se utilizaron para determinar que los productos de tabaco son adictivos. Al igual que los productos de tabaco industrial, los UPF desencadenan un consumo compulsivo, tienen efectos psicoactivos, son altamente reforzantes y desencadenan fuertes impulsos y antojos”.

Otras citas resaltan las consecuencias devastadoras de estas estrategias:

• “Todos vivimos con las consecuencias devastadoras de las acciones de los acusados. Estados Unidos está acosado por epidemias simultáneas de obesidad, diabetes, enfermedades cardíacas y otras afecciones. La obesidad se ha duplicado entre los adultos y se ha triplicado entre los niños. El número de estadounidenses con diabetes tipo 2 se ha triplicado desde 1980. Las tasas de cáncer colón rectal se han duplicado en los adultos más jóvenes”.
• “Por primera vez, la diabetes tipo 2 y la enfermedad del hígado graso no alcohólico surgieron en adolescentes alrededor del cambio de milenio. Las tasas de estas enfermedades en los niños ahora están aumentando, y las tasas de ambos se han duplicado en los últimos años. La enfermedad del hígado graso no alcohólico es ahora tan común en los niños como el asma”.

En cuanto a los hechos:

• “Los científicos de Philip Morris que estudian el impacto de la nicotina en el cerebro colaboraron regularmente con Kraft y General Foods… el Dr. Frank Gullotta era un científico del cerebro de Philip Morris que supervisaba un laboratorio secreto de adicciones de Philip Morris en Alemania”.
• “Gullotta colaboró con la Dra. Pamela Scott-Johnson, psicóloga fisiológica e investigadora científica sénior en el programa Fundamentos del Gusto. Estudió los mecanismos fundamentales implicados en la percepción del gusto, e incluyó el uso del "sistema informático de ondas cerebrales " en ratas vivas para ver cómo los nervios transmiten mensajes relacionados con diversas grasas y sustitutos de grasas”
• “Si bien esta investigación se centró inicialmente en las respuestas electrofisiológicas del nervio cuerda timpánica a diversas grasas, Gullotta recomendó que esto "se extendiera para investigar también las respuestas del nervio vago, glosofaríngeo y trigémino a los saborizantes que serían de beneficio mutuo para Philip Morris y Kraft General Alimentos”.
• “Philip Morris y el programa de sentidos químicos de Kraft colaboraron en "electrofisiología gustativa" y diseñaron estudios colaborativos de interés mutuo para el cigarrillo y la comida”.
• “Gullotta también educó a los científicos de alimentos de la compañía sobre "El uso de los potenciales relacionados con eventos nasales en la evaluación del sabor".
• “El Dr. James Andrade fue un psicólogo fisiológico que llegaría a convertirse en uno de los principales ejecutivos de investigación de Kraft. Llevó a cabo investigaciones sobre la percepción humana de los sabores, los olores, los factores cognitivos y conductuales, así como sobre cómo los receptores de opiáceos en el cerebro median el impulso del hambre”.
• “Los científicos de Kraft y Philip Morris aplicaron su experiencia combinada en la ciencia del cerebro y la transducción sensorial para desarrollar productos UPF . Su investigación se utilizó para moldear la percepción de las personas sobre el hambre y la saciedad, con el fin de promover el consumo excesivo de sus productos UPF”.
• "El conocimiento de las funciones fisiológicas del cerebro se utilizó para hackear el cerebro humano y para formular productos UPF que pudieran evadir los mecanismos corporales de las personas para controlar la ingesta"
• “Los productos UPF también incorporaron directamente aditivos de tabaco en sus formulaciones”.
• “Por ejemplo, RJ Reynolds utilizó la biblioteca de sabores de tabaco de la empresa para crear fórmulas de bebidas "a partir de nuestro conocimiento de los sabores que ya producimos o que tenemos en nuestra biblioteca de sabores ". El objetivo declarado "es dejar a la gente con ganas de más”

Por último, un profundo agradecimiento a las más de mil personas que expresaron su apoyo a esta columna y su indignación frente a las estrategias de trolls que durante más de un año y medio han atacado estas colaboraciones cuando exponemos los daños y estrategias de la industria de ultraprocesados y bebidas. Siempre supimos que estos ataques eran una expresión más de las estrategias de estas corporaciones y sus intereses, una estrategia burda. Siempre habrá quien no esté de acuerdo, pero cuando ese desacuerdo se expresa de manera sincronizada, masiva y burda, refleja la profunda bajeza de quienes lo promueven. Mi agradecimiento también a SinEmbargo por mantener este espacio a pesar de las presiones.

Alejandro Calvillo

https://www.sinembargo.mx/author/calvillo/

Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.

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