Morena ha señalado en el discurso a la oposición por la corrupción que anidó en los gobiernos del PRI y del PAN. Sin embargo, a medida que el partido oficialista ha ganado espacios a lo largo del país, ha incorporado a perfiles de este viejo régimen contra el cual nació el movimiento iniciado por el expresidente López Obrador.
Ciudad de México, 21 de diciembre (SinEmbargo).- Morena nació como un movimiento que se convirtió en partido con un discurso que puso en el centro el combate a la corrupción que se enquistó en los gobiernos del PRI y del PAN. A seis años del triunfo de la ola guinda en la Presidencia, con Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum Pardo, exmilitantes de esos partidos de oposición han logrado infiltrarse en el oficialismo.
La propia dirigencia de Morena ha adoptado una política de puertas abiertas y brazos extendidos de Morena que han aprovechado personajes del "prianismo", algunos incluso con señalamientos de corrupción en casos de alto perfil como el de Jorge Luis Lavalle Maury ligado al caso Odebrecht y contratado por la Gobernadora Layda Sansores en Campeche.
Dentro del movimiento de la llamada cuarta transformación la situación ha generado inconformidades en las bases morenistas, principalmente las obradoristas. No es menor el reclamo. La lista de los llamados “chapulines”, “impresentables” u “oportunistas” sigue creciendo a la par del avance de la llamada Cuarta Transformación, integrada por Morena, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido del Trabajo (PT).
Nombres como Eruviel Ávila, Alejandro Murat, Luis Miranda Barrera, Eugenio Hernández Flores, René Vivanco, Manuel Espino, Rommel Pacheco, Jorge Carlos Ramírez Marín, Sergio Mayer, José Chedraui, Jorge Estefan Chidiac o Clara Luz Flores son ejemplos de personajes que, desde hace meses y años, han sido señalados como parte de esos perfiles impresentables que se han sumado a la Cuarta Transformación.
A pesar del descontento, las críticas y las resistencias dentro de la militancia de Morena, la inclusión de estos perfiles no ha cesado. El oficialismo ha integrado a su gobierno aún más cuadros provenientes del PRI, PAN y PRD con señalamientos de corrupción en su trayectoria.
Tal es el caso de Alejandra del Moral, excandidata del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la gubernatura del Estado de México, quien fue acusada de simular la compra-venta de casas cuando era alcaldesa de Cuautitlán Izcalli (2009-2012). Del Moral fue nombrada por el canciller Juan Ramón de la Fuente como la nueva directora ejecutiva de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Amexcid).
Otro ejemplo es el senador Miguel Ángel Yunes, acusado de falsificación por usar un documento apócrifo, falsedad ante la autoridad y fraude procesal, delitos que habría cometido en 2021 para acreditar su residencia como candidato a la alcaldía de Veracruz. Y el caso más reciente es el de Jorge Luis Lavalle Maury, quien todavía enfrenta un proceso penal por los sobornos de Odebrecht y fue beneficiario de los 14 millones de pesos que Francisco García Cabeza de Vaca le pagó con recursos públicos de Tamaulipas para defenderlo de acusaciones de delincuencia organizada.
El caso de Lavalle Maury ha sido el más reciente y, además, el que menos explicación o sentido ha tenido. Y es que las inconformidades y reclamos de las bases hacia la dirigencia nacional de Morena —reproches que en este 2024 se intensificaron durante las precampañas y campañas electorales debido a la inclusión y el otorgamiento de candidaturas a chapulines o impresentables— han sido respondidas por las élites del partido con el argumento de que la inclusión de estos perfiles respondía al objetivo de obtener mayoría en el Congreso para apoyar las reformas propuestas, primero por Andrés Manuel López Obrador y ahora por la presidenta Claudia Sheinbaum.
La justificación de incorporar estos perfiles con la finalidad de pasar las reformas, mejor conocida como el Plan C, quedó clara con el caso de Miguel Yunes. El acercamiento y la alianza con el Senador panista, cuya familia ha sido señalada por actos de corrupción, se consolidó el 10 de septiembre, cuando Yunes otorgó al oficialismo el único voto que necesitaba para alcanzar los 86 necesarios y aprobar la reforma al Poder Judicial. Días después, Yunes fue tachado de “traidor” por la oposición, que acusó que el senador y su familia fueron presionados para emitir su voto a cambio de frenar las investigaciones abiertas que había en su contra.
El 24 de septiembre, luego del voto de Yunes a favor de la Reforma, la Junta de Coordinación Política del Senado, a cargo de Adán Augusto, modificó la integración de la Comisión de Justicia para incluir al panista como secretario de dicha comisión, en tanto que, en noviembre, un juez de Xalapa, Veracruz, canceló la orden de aprehensión que se había girado desde el 12 de julio del presente año en contra del ahora senador por los delitos antes citados.
La inclusión de Lavalle Maury como titular de la Secretaría de Desarrollo Económico en el gobierno morenista de Campeche, encabezado por Layda Sansores San Román, es otro de los movimientos que más cuestionamientos ha generado este año.
“Cuando se abrieron las listas para diputados, sobre todo los del Verde, dentro de la coalición para la elección, la justificación —a mí me pareció buena— fue: 'necesitamos llegar a las tres cuartas partes para reformar la Constitución', que es una justificación política completamente válida, la gente del movimiento, del partido, estaba de acuerdo. Y después se han dado otro tipo de justificaciones políticas. Hay que romper al PRI, por ejemplo, en el caso del Estado de México, cuando se hizo esta incorporación al Verde de Eruviel Ávila y de esos grupos. En este caso de Jorge Lavalle no hay una explicación de Layda Sansores y eso es lo que más ofende al movimiento obradorista”, expresó el analista y experto Fabrizio Mejía en el análisis del caso en el programa de Radicales, transmitido en SinEmbargo Al Aire.
Incluso, hasta la Presidenta Claudia Sheinbaum mostró su desacuerdo al señalar que “ella no lo habría invitado”; no obstante, dijo que esa fue una decisión de la mandataria estatal: “Es una decisión de Layda, de la gobernadora. Yo les puedo decir que yo no lo hubiera invitado a mi gobierno –respondió Sheinbaum en la conferencia matutina”.
A pesar del rechazo que generó el nombramiento, la Gobernadora Layda Sansores defendió a Lavalle diciendo que es inocente y confirmó que seguirá en el cargo que le fue designado. "Es un chivo expiatorio, porque no le han comprobado nada”, dijo el pasado 13 de diciembre.
Por su parte, la dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde, en una reciente conferencia de prensa también argumentó que es una decisión que no habría sido tomada por la dirigencia, pero que, al menos en el caso de Lavalle, no se ha demostrado aún su culpabilidad.
“No ha sido condenado, pero nosotros lo que hemos venido estableciendo es que entendemos que pueda haber inconformidad de parte de algún compañero o compañera de Morena, como lo ha habido. Ya la propia presidenta y nosotros compartimos que no es una decisión que nos compete, pero que sí, de haber estado en esos zapatos, no hubiéramos tomado esa decisión, pero que nosotros tenemos también mecanismos para poder presentar ese tipo de inconformidades si consideramos que fueran contrarios a nuestros principios básicos. Eso es válido y hay procedimientos para que se pueda establecer con objetividad elementos que puedan llevar en su momento a determinar si hubo o no un incumplimiento a nuestros principios básicos”, sostuvo la lideresa morenista el pasado 17 de diciembre.
No obstante, indicó que ante esos procedimientos se abrirá un espacio a la investigación: “Tenemos toda la intención de que trate de una comisión activa, que esté constantemente, no solamente a partir de denuncias, sino incluso de oficio, abriendo este tipo de procedimientos de vigilancia, y no es una cacería de brujas, para nada, pero sí son mecanismos que nos ayuden a nosotros a que se proteja la actuación de nuestras autoridades frente a los principios y estatutos de Morena”, enfatizó Alcalde.
Con respecto a la inclusión general de perfiles de otros partidos, representantes de la dirigencia nacional de Morena han reconocido que no se oponen a la incursión de los nuevos perfiles siempre y cuando cumplan con los objetivos e ideales de Morena. Camila Martínez, Secretaria General de Comunicación Social de Morena, cuestionada sobre la llegada de perfiles externos a Morena, aludió que lejos de cerrarse las puertas, el movimiento apuesta por la renovación de las conciencias.
“Creo que Morena tiene que apostar por una revolución de las conciencias [...]que las personas que han participado a través de otras fuerzas políticas tengan una reflexión profunda de las carencias, las faltas de pensiones, cómo esos otros partidos políticos no han sabido solucionar buena parte de los problemas de las personas y se comprometan con ciertos principios irrenunciables que tiene Morena”, expresó en entrevista con SinEmbargo.
Martínez detalló que se ha promovido decálogo que fija 10 principios que deben cumplir las autoridades del partido, entre los cuales, destacan: mantener una constante vinculación con el pueblo, evitar la privatización de servicios básicos, garantizar que no se utilice la policía para reprimir protestas y ejercer el poder con humildad y eficiencia en el uso de los recursos públicos.
"Y bueno, estos perfiles que quizá en algún momento hayan estado en otro partido político, que cumplan en esta parte. No nosotros no nos oponemos", puntualizó Martínez.
No obstante, las inconformidades expresadas por la base de Morena y por militantes que se identifican con el partido van más allá de la apertura hacia perfiles externos, según han destacado, pues señalan que el principal motivo de descontento ha sido la asignación directa de cargos públicos a estas figuras, ya sea, por ser con candidaturas durante las precampañas y campañas, o con nombramientos directamente.
“Que nos expliquen por qué ocupan puestos de alta jerarquía decisional en los gabinetes federal y estatales, o municipales, que no cuentan con las credenciales necesarias para estar ahí", señaló en entrevista con Café y Noticias, María de los Ángeles Huerta, exdiputada e integrante del Observatorio ciudadano de candidatos y legisladores de Morena, un organismo que se dio a la tarea de recabar los expedientes de los candidatos indeseables de Morena, de quienes su actitud y su trabajo no coincide con la filosofía del partido que fundó el expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Y es que, entre los cargos importantes que Morena ha dado a exprianistas y que ha generado el enojo de las bases, están también los exgobernadores a quienes se les ofreció una embajada o un consulado. Por ejemplo, el priista Quirino Ordaz fue enviado a la embajada mexicana en España, luego de concluir su gubernatura en Sinaloa. El PRI lo expulsó de sus filas. Quien fuera su compañera de partido, la que fuera gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich, fue nombrada cónsul en Barcelona, y también el priismo la expulsó. Pasó lo mismo con Miguel Aysa, quien fue designado embajador en República Dominicana tras dejar el Gobierno de Campeche. Carlos Joaquín, quien era gobernador por el PRD, fue enviado a Canadá, y Omar Fayad ya es embajador en Noruega.
LOS QUE YA ESTABAN
La lista de “impresentables” en Morena no se limita únicamente a los cuadros externos que han llegado en los últimos años, sino que el partido ha contado con sus propios cuadros que ya estaban dentro desde hace muchos años y que, a pesar de denuncias de corrupción y escándalos, se mantienen vigentes y con cargos públicos. Tal es el caso de los senadores Pedro Haces y Ricardo Monreal Ávila.
Pedro Haces Barba, aquel político que, en 2019, cuando era senador por Morena, aseguró que las mujeres deben ser un poco menos provocativas en el área de trabajo, pues con su atuendo son ellas las que, según él, fomentan y propician el acoso, ahora es el vicecoordinador de Morena en la Cámara de Diputados y mano derecha de Ricardo Monreal.
Fue precisamente en su encargo como operador político de Ricardo Monreal Ávila que Haces, en septiembre pasado, causó indignación entre sus compañeros de la bancada morenista, quienes lo acusaron de imponer las presidencias de 15 comisiones de la Cámara de Diputados, incluso llegando a amenazar de muerte a los demás legisladores.
Los periodistas Enrique Méndez y Fernando Camacho, del diario La Jornada, reportaron que durante la madrugada del pasado jueves, 50 legisladores abandonaron molestos la plenaria de Diputados de Morena por la manera en que Haces Barba resolvió los nombramientos de las 15 comisiones en San Lázaro.
Además, su trayectoria ha estado envuelta en varios escándalos, el más reciente por este “voto fantasma”, como se le ha llamado, que es el voto a favor de la Reforma Judicial que apareció cuando él se encontraba fuera del país. Además, el diputado —quien es conocido por ser un ferviente defensor de las corridas de toros en México— fue señalado en 2023 como uno de los empresarios y políticos que pagó miles de dólares a una empresa española de desinformación llamada Eliminalia para “limpiar” su reputación en la red. Otro de los señalamientos que rodea a Haces Barba, uno de los fundadores del partido Fuerza por México, es que contrató a la firma española por 110 mil (aunque no se conoce la divisa que pagó, ya que no aparece en los documentos revisados), esto para “desaparecer” cientos de enlaces de noticias publicadas entre 2019 y 2020, de acuerdo con una investigación de El País.
Por otra parte, está Ricardo Monreal Ávila, uno de los más añejos impresentables de la 4T. quien se acercó a Andrés Manuel López Obrador en 2004, cuando se unió a la campaña presidencial del tabasqueño como Coordinador General de las Redes Ciudadanas. Monreal ha pasado por Morena con casos escandalosos por dudosa procedencia de montos, excesos y hasta amagos de salida del partido.
Por ejemplo, se encuentra el escándalo de haberse comprado su propia obra mientras era senador. Un reportaje publicado a inicios de 2023 en SinEmbargo por la reportera Daniela Barragán constata que, desde el 30 de junio de 2021, el Senado de la República había pagado 13,300 libros de la autoría de Ricardo Monreal por un monto de 6 millones 290 mil 993 pesos.
Los escándalos no han dejado de perseguir a Monreal. Apenas en noviembre pasado, estuvo en el centro de la polémica por el uso de un helicóptero oficial para su transporte. Ahora, en diciembre, aún no se había resuelto este escándalo, cuando surgió otro: el uso de un helicóptero privado que partió de un deportivo de la Ciudad de México. Adán Augusto López Hernández, Presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), declaró que la administración de Ricardo Monreal Ávila, su predecesor en dicho cargo, presentaba irregularidades en la gestión financiera del Senado, a las cuales calificó de tener "hedor a corrupción". López Hernández aseguró en una entrevista con El Universal que ya había presentado denuncias penales y administrativas ante la Auditoría Superior de la Federación (ASF) por las irregularidades encontradas.
López Hernández señaló que se había iniciado un proceso para limpiar de “cualquier sospecha de corrupción” al Senado, lo que incluía la suspensión de contratos con empresas que, según afirmó, abusaron durante años de sus supuestas prestaciones. Estos "negocitos añejos", como los calificó el legislador tabasqueño, provinieron de la administración previa, encabezada por Ricardo Monreal entre 2018 y 2024.
Monreal, sin embargo, negó todas las acusaciones. Horas después, el senador aseguró que su colega morenista siempre estuvo al tanto del presupuesto y afirmó que no existían contratos simulados, señalando que la gestión financiera había sido auditada durante años.
La disputa entre los líderes morenistas en el Senado y en la Cámara de Diputados pronto llegó a Palacio Nacional, donde la Presidenta Claudia Sheinbaum intervino para poner orden. Un día después de que estallara la controversia entre los morenistas, la mandataria aseguró que la acusación de corrupción lanzada por Adán Augusto contra Monreal se resolvería y que ambos tendrían que ofrecer explicaciones. No obstante, la explosiva denuncia de presunta corrupción de López Hernández fue suavizada y se redujo a un simple mensaje de "Feliz Navidad", acompañado de una fotografía en la que ambos líderes aparecían junto a la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, revelada después de que se reunieran con la Presidenta en Palacio Nacional.
Pero, no solo Ricardo Monreal y su grupo forman parte de los añejos impresentables de Morena. En el caso del senador Adán Augusto López, también hay personajes cuestionados que permanecen activos en el gobierno local, de acuerdo con el analista político tabasqueño Víctor Sámano, quien ha seguido de cerca al obradorismo y a la Cuarta Transformación. Uno de estos personajes es Jesús Alí de la Torre, ex candidato a la gubernatura por el PRI y, posteriormente, de manera independiente, quien actualmente forma parte del gabinete tabasqueño. Otro caso es el de Evaristo Hernández, señalado públicamente por Andrés Manuel López Obrador como corrupto en el pasado, pero “perdonado” en 2016 tras incorporarse a Morena. A pesar de ello, en 2019, siendo alcalde de Centro, Hernández intentó vender el Palacio Municipal y privatizar el agua. Hoy, también ocupa un lugar en el gobierno de Tabasco.
Por otra parte, Sámano mencionó a Jaime Lastra, actual diputado federal y figura cercana a Adán Augusto López. Lastra, quien fue procurador y secretario de Gobierno durante la gestión de Roberto Madrazo, es vinculado por Sámano con prácticas cuestionables que datan de los años noventa.
Sámano explicó que la disputa entre Monreal y Adán Augusto se debe a un reacomodo de grupos al interior del partido y una lucha por su poder.
“Yo creo que estamos viviendo un proceso de reacomodo de los grupos en los cuales necesariamente la presidenta Claudia Sheinbaum va a necesitar integrar a su propio grupo de operadores, porque ellos no serían los operadores propiamente de Claudia si no son operadores de Andrés Manuel”, dijo.
Aunque Morena, por estatutos, no permite la formación de corrientes internas, el especialista destacó que en la práctica han surgido diversos grupos de poder, como los liderados por Monreal, Adán Augusto y el propio Fernández Noroña, cuya relación con Morena se ha vuelto simbiótica debido a su vínculo con el PT. En este escenario, dijo, Claudia Sheinbaum enfrenta el reto de consolidar su propia base política.
“Yo creo que esto tiene mucho que ver con el futuro de Morena en el gobierno. Ahorita todavía no estamos viendo muy claramente la operación estratégica de quienes necesariamente tienen que fortalecer la presencia de Claudia Sheinbaum. Su fuerza tiene que emerger de manera más contundente si realmente quiere llegar con esos proyectos que tiene en la cartera del llamado Segundo Piso de la Cuarta Transformación. Me parece que hasta ahorita lo que ha tenido a su alrededor han sido muchos frenos que necesariamente tiene que soltarse esos lastres para poder consolidar su presidencia”.