El conocido "error de diciembre" hace referencia a la grave crisis económica que México vivió a partir de diciembre de 1994. La devaluación del peso por parte de Ernesto Zedillo a los pocos días de iniciado su gobierno fue un punto de inflexión en la economía del país, derivado de una serie de decisiones y eventos que desestabilizaron el sistema financiero y que, hasta la fecha, las y los mexicanos siguen pagando.
Ciudad de México, 19 de diciembre (SinEmbargo).- El 19 de diciembre de 1994, a 18 días de haber tomado posesión de la Presidencia de la República, Ernesto Zedillo, se desencadenó una crisis económica que marcó para siempre al país. Unos 23 mil 500 millones de dólares del país se esfumaron, el 40 por ciento de la inversión extranjera directa recibida en el sexenio anterior; además crecieron las tasas de intereses de los bancos y el peso tuvo que ser devaluado a corto plazo un 40 por ciento, pero que alcanzó el 100 por ciento, con lo que pasó de 3 a 8.50 pesos por dólar.
Durante años, el tipo de cambio del peso había estado controlado por el gobierno. Sin embargo, el costo de mantener esta paridad se hizo insostenible debido a la creciente deuda externa y a la fuga de capitales, lo que llevó a una devaluación controlada del peso, la cual, a la falta de credibilidad, y ante las tensiones políticas internacionales aceleraron una salida masiva de capitales, y provocó una crisis cambiaria.
También impactó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994 pues aunque se pensó que sería un motor para la economía mexicana, el proceso de integración con Estados Unidos expuso a México a los vaivenes del mercado internacional y aumentó la vulnerabilidad frente a crisis externas.
Diciembre de 1994
Lo ocurrido es conocido como "error de diciembre", un término acuñado por Carlos Salinas de Gortari para responsabilizar a su sucesor Ernesto Zedillo de los ocurrido. Este “error” impactó a pequeñas y medianas empresas que de un día a otro vieron cómo sus créditos bancarios se volvieron impagables. También hubo pérdida de ahorros de la población, pérdida de bienes muebles e inmuebles, y quienes obtuvieron créditos de manera fácil, multiplicaron sus obligaciones de pago, tanto que no pudieron seguir cubriendo sus compromisos hipotecarios, de tarjetas de crédito.
“El error fue que Zedillo les avisó a los empresarios y a los privados su intención de devaluar. Lo que vivimos es la demostración de que el sector privado nacional y extranjero no tienen otro principio más que las ganancias inmediatas y en ese momento lo que sucedió fue, de frente a la necesidad de que se estabilizara la macroeconomía de lo público, el interés privado de esos capitalistas”, comentó en entrevista Óscar Rojas, doctor en economía.
En general, se perdió el poder adquisitivo en la sociedad con un fuerte aumento de los precios de los productos, lo que generó una inflación descontrolada. En el caso de los trabajadores, el salario mínimo real, comparado con 1976, arrojaba entonces una merma de un 69% pues de acuerdo con el INEGI, el salario mínimo diario era de 13 nuevos pesos empezando 1995, mientras que en 1976 era de 42.50 pesos.
Lo anterior vino acompañado de señalamientos por corrupción de exfuncionarios públicos, incluido Raúl Salinas de Gortari y que el gobierno salvó a los banqueros protegidos por el gobierno salinista. Aumentó el desempleo y todo llevó a no poder seguir cubriendo el servicio de la deuda externa. De igual forma resultó en una profunda recesión, con una caída significativa en el Producto Interno Bruto (PIB) de México.
El pago de los mexicanos por el “error de diciembre”
Ante la crisis, el Gobierno de Zedillo recurrió a un paquete de rescate a Estados Unidos y al Fondo Monetario Internacional (FMI), que sumó varios miles de millones de dólares. Este rescate fue necesario para estabilizar el mercado cambiario y evitar un colapso total del sistema financiero. Esta ayuda fue de 50 mil 750 millones de dólares, lo que le permitió a México inyectar 17 mil 750 en la reserva y cumplimentar el servicio de su deuda pública anterior.
Aunado a esto se reactivó el Fondo Bancario de Protección al Ahorro, el FOBAPROA, que no fue más que pasar los pasivos bancarios a la deuda pública, es decir, el gobierno compró la cartera vencida de los bancos.
Para la primera mitad de 1999, una Canasta de Consumo Familiar Mínima, hoy comparable con la Canasta Básica y que agrupa artículos requeridos por las familias en 7 rubros, se podía adquirir con 5 mil pesos, 385 por ciento superior al salario mínimo vigente. En ese momento el 63 por ciento de la Población Económicamente Activa obtenía ingresos inferior a cuatro salarios mínimos, por lo que era imposible costear una canasta.
También se intensificaron las desigualdades: el 10 por ciento más rico de la población percibía 43 por ciento del ingreso nacional y el 20 por ciento más pobre obtenía el 60 por ciento, subsistiendo 40 millones de mexicanos con ingresos que no llegaban a dos dólares diarios.
“Siempre hay un antes del 94 y un después del 94, es un parteaguas para quienes tenían pequeños negocios porque perdieron su patrimonio, o lo tuvieron que vender o lo perdieron por los intereses que ya no pudieron pagar. Y es terrible”, relató Rojas.
El futuro luego del “error de diciembre”
Y aunque durante la segunda mitad del sexenio hubo un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) aproximadamente 5.2 por ciento anual en 1999, fue insuficiente para resolver las desigualdades estructurales del país y la pobreza continuó siendo un problema importante con el 30 por ciento de la población en condiciones de pobreza extrema, según estimaciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).
Los siguientes sexenios, el de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, mantuvieron las medidas neoliberales en materia económica y, por ejemplo, el salario mínimo no aumentó basándose en el mito de que causaría una reacción inflacionaria. El quiebre de esta situación ocurrió en 2018.
“En 2018, el plan alternativo de nación que presenta López Obrador es básicamente una recuperación integral del mercado interno, entonces ya es un volantazo real, se comenzó a recuperar la infraestructura, buscar pasar a la industrialización otra vez. ¿Cuál fue el verdadero error de diciembre? Aceptar la desindustrialización y en 2018 es la recuperación consciente porque viene además de un movimiento político, con el compromiso inmediato de elevar el salario mínimo”, comentó el experto.
Andrés Manuel López Obrador, quien llegó a la Presidencia en diciembre de 2018 en su tercer intento, implementó una serie de políticas para intentar recuperar y fortalecer la economía del país. Su visión fue diferente a la de gobiernos anteriores como el fomento al consumo interno y al mercado nacional, buscando reducir la dependencia de México de factores externos como el comercio internacional y las inversiones extranjeras. También incrementó el salario mínimo, impulsó programas sociales como la pensión a personal adultas mayores sin intermediarios.
Invirtió en proyectos prioritarios y buscó reforzar el control del Estado sobre los recursos energéticos nacionales con el fortalecimiento de PEMEX y la CFE, a través de subsidios y recursos para que estas empresas estatales pudieran operar de manera más eficiente.
Y aunque López Obrador comenzó a pavimentar el camino para la posible recuperación de la economía, y la presidenta Claudia Sheinbaum sigue con las mismas y más medidas (como el impulso a la inversión privada), es una historia que todavía está en desarrollo… “y que todas las veces que no llegamos al mes, que batallamos para llegar al mes, esos recursos, se los llevó un banquero”.