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La catedral de Notre Dame celebró este domingo su primera misa desde el catastrófico incendio de 2019.

Revive corazón espiritual

La majestuosa catedral de Notre Dame celebra su primera misa desde incendio de 2019

08/12/2024 - 3:20 pm
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La catedral de Notre Dame celebró este domingo su primera misa desde el catastrófico incendio de 2019.

Es un hito en el viaje de Notre Dame desde la ruina hasta la resurrección. El renacimiento espiritual de París sucedió este domingo en la primera misa que celebró la capital desde 2019.

Por Thomas Adamson y Sylvie Corbet

PARÍS (AP).— La catedral de Notre Dame, con el aire impregnado del aroma del incienso, celebró este domingo su primera misa desde el catastrófico incendio de 2019, un momento que trasciende el significado religioso para convertirse en un poderoso símbolo de la resiliencia de París.

Bajo el resplandor de candelabros tradicionales y focos modernos que iluminaron su intrincada estructura de piedra, la catedral emergió renacida para los fieles, su grandeza restaurada después de más de cinco años de reconstrucción.

Para los católicos, el acto marca el renacimiento del corazón espiritual de la ciudad, un lugar donde se ha cultivado la fe durante siglos. Para el mundo, señala el renacimiento de uno de los monumentos más famosos del patrimonio mundial.

El evento en Notre Dame era tanto solemne como histórico. El arzobispo Laurent Ulrich presidió la misa matutina, incluyendo la consagración de un nuevo altar de bronce.
El Presidente de Francia, Emmanuel Macron, en el centro, y su esposa, Brigitte Macron, llegan a la misa inaugural y consagración del altar mayor en la catedral de Notre Dame de París, cinco años y medio después de que un incendio asolara la obra maestra gótica, dentro de los actos de reapertura del templo tras su restauración, en París, Francia, el domingo 8 de diciembre de 2024. Foto: Sarah Meyssonnier, Pool Foto vía AP

El evento fue tanto solemne como histórico. El arzobispo Laurent Ulrich presidió la misa matutina, incluyendo la consagración de un nuevo altar de bronce. Esta liturgia, a la que asistió el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, clérigos, dignatarios e invitados, estaba cerrada al público general. Casi 170 obispos de Francia y de todo el mundo participaron en la celebración, junto con un sacerdote de cada una de las parroquias de la diócesis de París y un sacerdote de cada una de las siete iglesias católicas de rito oriental, acompañados por fieles de estas comunidades.

Es un hito en el viaje de Notre Dame desde la ruina hasta la resurrección, un proceso definido por una artesanía extraordinaria, casi mil millones de dólares en donaciones globales y una determinación inquebrantable de reconstruir lo que parecía perdido.

Más tarde, este domingo, una misa vespertina dará la bienvenida a miembros del público que consiguieron plazas la semana pasada. The Associated Press supo que los boletos para ese servicio se agotaron en 25 minutos, un reflejo de la capacidad perdurable de Notre Dame para inspirar asombro, devoción y curiosidad.

Se espera que las áreas de visionado públicas a lo largo del Sena atraigan a miles más que desean presenciar este momento histórico desde lejos. Lo más extraordinario es que esto ocurre en un país con un fuerte énfasis en el secularismo y una baja tasa de asistencia a la iglesia.

La restauración de Notre Dame, un logro espectacular en sólo cinco años para una estructura que tardó casi dos siglos en construirse, ha sido considerada como un momento de triunfo para el Presidente francés, Emmanuel Macron.
Una vista del gran órgano y el rosetón oeste de vidrieras antes de la misa inaugural, con la consagración del altar mayor, en la catedral de Notre Dame de París, cinco años y medio después de que un incendio asolara la obra maestra gótica, dentro de los actos de reapertura del templo tras su restauración en París, Francia, el domingo 8 de diciembre de 2024. Foto: Sarah Meyssonnier, Pool Foto vía AP

El público observa desde la distancia

Afuera, el entusiasmo del público subrayó el lugar de la catedral en los corazones de los parisinos y visitantes por igual. Claude Lancrenon, un ingeniero jubilado que observaba desde una zona de visionado, expresó tanto asombro como decepción.

“Hay muchísima seguridad”, dijo, señalando hacia las barreras. “Ayer, eso parecía apropiado. Pero hoy esperaba que estuviera más abierto para que pudiéramos acercarnos a la catedral. Todavía espero que podamos acercarnos más”.

La estricta seguridad —similar a la de los Juegos Olímpicos de París— reflejó la importancia de la ocasión, asegurando la seguridad de los dignatarios y del público, mientras la catedral retoma su papel como símbolo global de unidad y resiliencia.

En esta imagen de archivo, un grupo de personas se para delante de la catedral de Notre Dame, en París, el 29 de noviembre de 2024.
Para muchos, el renacimiento de Notre Dame no es un logro únicamente francés sino global: después de la reapertura, se espera que la catedral reciba 15 millones de visitantes al año. Foto: Sarah Meyssonnier, Pool Foto vía AP, archivo.

Nathalie Martino, una organizadora de eventos jubilada que visitaba París para ver a su familia, recordó la angustia de ver arder la catedral.

“Lloré mucho ese día”, dijo. “Y ahora, aquí estoy. Tenía que venir. Era algo que necesitaba hacer”.

Un espacio sagrado renacido

Las misas del domingo siguen a la reapertura ceremonial del sábado por la noche en la que Ulrich reabrió simbólicamente las masivas puertas de madera de la catedral, golpeándolas tres veces con un báculo hecho de vigas carbonizadas rescatadas del incendio. Al abrirse las puertas, los coros llenaron la catedral con canciones y el gran órgano de la catedral — silencioso desde el incendio — resonó con melodías majestuosas.

Dentro, la restauración revela una catedral transformada con muros de piedra caliza, ahora relucientes a los que se ha limpiado la suciedad acumulada durante siglos. Las ventanas restauradas de vidrieras proyectan deslumbrantes patrones de color por la nave.

“Nadie vivo ha visto la catedral así”, dijo el reverendo Olivier Ribadeau Dumas, rector de Notre Dame. “Es más que restaurada: ha renacido”.

La liturgia de este domingo por la mañana consagrará el nuevo altar, un momento decisivo en el retorno de Notre Dame a la plena vida litúrgica.

El altar alberga reliquias de cinco santos vinculados a París, incluyendo a santa Catalina Labouré y san Carlos de Foucauld, continuando una tradición centenaria de incluir piezas sagradas, en el corazón de los espacios de culto. La consagración, que involucra agua bendita, aceite de crisma, incienso y oración, transforma el altar en una pieza central sagrada de la catedral.

Macron ha calificado la reapertura de Notre Dame como “un rayo de esperanza”. Los expertos dicen que esperaba que la ocasión silenciara brevemente a sus críticos y fuera una muestra de la unidad.
Invitados asisten a una misa inaugural con la consagración del altar mayor en la catedral de Notre Dame de París, cinco años y medio después de que un incendio asolara la obra maestra gótica, dentro de los actos de reapertura del templo tras su restauración en París, Francia, el domingo 8 de diciembre de 2024. Foto: Sarah Meyssonnier/Pool Foto vía AP

Un momento de unidad en Notre Dame

La reapertura de Notre Dame es más que un hito religioso, es un momento de unidad cultural y nacional. Macron, quien prometió restaurar la catedral en cinco años después del incendio, asistió a las ceremonias del sábado y llamó al proyecto “un impulso de esperanza” para Francia, una nación a menudo dividida por crisis políticas.

Las misas de este domingo subrayan el doble papel de Notre Dame como lugar de culto y símbolo de resiliencia comunal. También aseguran que miembros de la comunidad católica más amplia puedan participar en el renacimiento espiritual de la catedral.

“No se trataba sólo de restaurar un edificio. Se trataba de restaurar el corazón de la nación”, dijo Dumas.

Desafíos superados

El camino hacia la restauración ha estado lleno de desafíos. La contaminación por plomo obligó a detener el trabajo, y la pandemia de COVID-19 añadió retrasos. Sin embargo, el proyecto, supervisado por el arquitecto Philippe Villeneuve, ha sido aclamado como un triunfo de la ingeniería humana y la resolución colectiva. Se han instalado sistemas avanzados de prevención de incendios, incluidas cámaras térmicas y un sistema de nebulización, para salvaguardar el futuro de la catedral.

Villeneuve describió el esfuerzo como “restaurar no sólo un edificio, sino el alma de una nación”, enfatizando la significancia personal y nacional del trabajo.

Un futuro sagrado y una “octava”

Ahora que su aguja vuelve a perforar el cielo parisino, Notre Dame está preparada para reclamar su papel como faro global de fe y arte. La catedral, que anteriormente recibía 12 millones de visitantes anuales, se espera que atraiga a 15 millones en su nuevo capítulo.

Este renacimiento monumental no se limita a un solo día. Ulrich ha anunciado una “octava” de celebraciones — ocho días de servicios religiosos especiales, cada uno con su propio tema, que se extenderán hasta el 15 de diciembre. Estas liturgias diarias, abiertas a grupos diversos, desde feligreses locales hasta peregrinos internacionales, enfatizan el papel de Notre Dame como un centro espiritual unificador.

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