Durante la construcción de su casa en el Pedregal, el arquitecto le sugirió a Silvia Pinal que la residencia no estaría completa sin un cuadro de Diego Rivera. A pesar de las dudas iniciales de la actriz sobre si podría pagar al famoso pintor, el arquitecto la convenció para que visitarlo.
Ciudad de México, 1 de diciembre (SinEmbargo).- En 1956, el célebre muralista Diego Rivera capturó la esencia de Silvia Pinal en un retrato que se ha vuelto emblemático. La pintura muestra a la última diva del cine mexicano, quien falleció el pasado jueves a los 93 años, en plena ascensión de su carrera en el cine de oro, cuando se convertía en la figura inspiradora del maestro, quien quedó impresionado por su vibrante carisma.
La actriz, originaria de Sonora, relató en diversas entrevistas las anécdotas vividas durante las sesiones de pintura. En una de estas charlas, Rivera le comentó que posarse en ciertas posiciones era agotador, pero Pinal se mantuvo firme en su decisión de ser retratada de pie.
El contacto con el muralista fue a través del arquitecto Manuel Rosen Morrison, conocido como Meni Rosen, quien entonces era el encargado de diseñar la casa de Pinal en El Pedregal, una zona exclusiva al sur de la Ciudad de México.
Durante la construcción, según se sabe, le sugirió que la residencia no estaría completa sin un cuadro de Diego Rivera. A pesar de las dudas iniciales de Pinal sobre si podría pagar al famoso pintor, el arquitecto la convenció para que visitara el taller del muralista.
Silvia Pinal posó para una pintura de Diego Rivera, hoy el cuadro es valuado en 3 millones de dólares. pic.twitter.com/56abXGhLBw
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EL TESTIMONIO DE UNA ÉPOCA
El encuentro se llevó a cabo en Altavista número 76, en San Ángel, donde Pinal encontró a Rivera como un hombre "muy gracioso y simpático". Al proponerle que la retratara, el artista accedió de inmediato, prometiendo crear un lienzo que capturara su esencia. Tras varias sesiones, el retrato estuvo listo semanas después, justo en la celebración de su cumpleaños, el 3 de noviembre de 1956. El cuadro resultó un regalo y Pinal no tuvo que pagar un peso.
Con el pasar de los años, el retrato adornó la sala principal de la casa de Pinal, convirtiéndose en un testimonio visual de la profunda conexión entre dos figuras destacadas de la cultura mexicana del siglo XX. Esta obra no solo refleja la belleza de la diva, sino también el esplendor de una época rica en creatividad y transformación artística.
Silvia Pinal se ha cimentado como un ícono cultural que trasciende generaciones. Su legado perdura tanto en la pantalla como en el corazón de quienes han sido tocados por su arte. A través de su trabajo, ha inspirado a innumerables artistas y cineastas, solidificando su lugar en la historia del cine mexicano. La muerte de Silvia Pinal marca el final de una era, pero su influencia y contribuciones permanecerán siempre en la memoria colectiva de México
El valor actual de la obra se estima entre 58 y 61 millones de pesos mexicanos, equivalentes a aproximadamente tres millones de dólares.
Diego Rivera.
Retrato para Silvia Pinal. 1956En 1956 fueron presentados Diego Rivera y Silvia Pinal. La actriz buscó al artista con la intención de encargarle un cuadro para decorar su nueva casa. Diego aceptó hacer un retrato de la diva para el que fueron necesarias varias… pic.twitter.com/I1Q8luEWOX
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LA ÚLTIMA VOLUNTAD DE SILVIA PINAL
De acuerdo con lo dicho por la diva del cine mexicano en una entrevista con Maxine Woodside, su deseo era ser homenajeada en el Palacio de Bellas Artes frente a sus amigos y familiares, con una participación especial de Luis Miguel al ritmo del mariachi.
“Me encantaría que Luis Miguel me cantara, y claro, que no falten los mariachis”, confesó la reconocida artista durante su charla con la periodista en el año 2019. “¡Órale nieto, no te arrugues!”, agregó.
“Es un chico estupendo, es una gran figura y me siento muy orgullosa porque en mi familia todos somos estrellas", profundizó en una plática con el programa De Primera Mano.
Silvia Pinal afirmó que además de ser muy talentoso, le tiene un cariño especial por ser el papá de su nieta Michelle Salas: “Cómo lo quiero yo a ese condenado. No, yo lo quiero mucho porque, además, desde que supe que era mi nieto, bueno, lo presumí a pasto. Es guapo, es simpático, es buena persona", informó en ese entonces.