En 2022 Canadá registró 7 mil 500 muertes por opioides (o 19.6 por cada 100 mil habitantes), casi tres veces más que en 2016, cuando comenzó el seguimiento nacional de dichas muertes. La zona cero de esta pandemia está en la provincia de Columbia Británica, particularmente en Vancouver, en donde la principal causa de muerte de los habitantes de Columbia Británica de 10 a 59 años, y se cobran más vidas al año que los asesinatos, los suicidios, los accidentes y las enfermedades naturales juntos, de acuerdo con The Economist.
Ciudad de México, 29 de noviembre (SinEmbargo).– En medio de la crisis política que se vive en Norteamérica por la amenaza de Donald Trump de imponer aranceles, Doug Ford, el Primer Ministro de Ontario, la provincia más industrial de Canadá, consideró un “insulto” que el Presidente electo de EU compare a su país con México. “Es lo más insultante que nunca he escuchado por parte de nuestros amigos (estadounidenses)”.
Y tiene toda la razón. Canadá es hoy la capital global del fentanilo, una sustancia que produce, distribuye y consume. De hecho, The Telegraph, uno de los diarios más antiguos de Inglaterra, reseñó hace unas semanas cómo la despenalización convirtió a Vancouver, la principal ciudad de la provincia Columbia Británica, “en la capital mundial del fentanilo”.
El reportaje de Sarah Green y Simon Townsley publicado en julio pasado exhibía el tamaño de la tragedia a través del testimonio de Hailey y Larry, dos de los aproximadamente 5 mil consumidores activos de drogas que residen en el Downtown Eastside de Vancouver, un corredor de 10 cuadras que atraviesa el corazón de la ciudad a lo largo de Hastings Street.
—Hailey, ¿estás bien? Tienes que comunicarte conmigo —le decía Larry.
—Sí, me siento bien —le respondió ella.
—Está bien, quédate quieta
“Con los ojos muy abiertos y las manos temblorosas, Larry, de 32 años, hace girar la aguja de la jeringa antes de agacharse sobre su amiga e inyectarle una mezcla de fentanilo y benzodiazepinas en una vena prominente del cuello. Hailey, de 38 años, está tumbada en un pavimento sucio, rodeada de grafitis, suciedad y otros consumidores de drogas. Inhala profundamente, se acurruca en posición fetal y se chupa el pulgar para contener la respiración. A medida que el líquido descolorido entra en su torrente sanguíneo, su cuerpo se relaja y sus ojos pierden el foco”, añade el texto.
—El 7 de junio… Estoy contando los días hasta que finalmente pueda ir a desintoxicarme.
La capital del fentanilo
La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) reveló en su informe más reciente cómo en 2022 Canadá registró 7 mil 500 muertes por opioides (o 19.6 por cada 100 mil habitantes), casi tres veces más que en 2016, cuando comenzó el seguimiento nacional de dichas muertes.
The Economist publicó el pasado 27 de junio cómo en 2012, el fentanilo estuvo implicado en solo el 5 por ciento de las muertes por sobredosis. En 2023, esa cifra fue del 85 por ciento. “El recuento anual de cadáveres se ha multiplicado por diez en el mismo período. Un récord de 2 mil 511 personas murieron por sobredosis en 2023 en toda la provincia de Columbia Británica, la mayoría de ellas en Vancouver y sus alrededores, su ciudad más grande”.
“La tasa de sobredosis fatales de Columbia Británica es más del doble de la tasa general de Canadá y seis veces la cifra en Inglaterra y Gales (aunque sigue siendo inferior a las partes más afectadas de los Estados Unidos). Las sobredosis son ahora la principal causa de muerte de los habitantes de Columbia Británica de 10 a 59 años, y se cobran más vidas al año que los asesinatos, los suicidios, los accidentes y las enfermedades naturales juntos”, refiere la publicación británica.
Frente a esta situación, Columbia Británica se convirtió en la primera provincia de Canadá en despenalizar el uso de drogas duras como parte de sus esfuerzos para abordar una crisis mortal de opioides. No obstante, ante las críticas del programa en mayo pasado se aprobó la solicitud presentada por el gobierno de la provincia de Columbia Británica para volver a criminalizar el uso de drogas ilícitas en espacios públicos.
En ese sentido, The Telegraph da cuenta cómo Vancouver, que alguna vez encabezó las listas de los “lugares más deseables para vivir” del mundo, se convirtió en la capital del fentanilo, particularmente por “un experimento histórico para despenalizar la posesión de ciertas drogas en público –incluidos el fentanilo, la heroína, la cocaína, las metanfetaminas y el éxtasis– que permitió que se afiance una crisis de opioides que supera incluso la epidemia en los Estados Unidos”.
En abril, reseña el diario británico, David Eby, el Primer Ministro de Columbia Británica, anunció que a mitad del ensayo de tres años, la provincia volvería a penalizar el consumo de drogas en espacios públicos. Ante la severa reacción de la policía, los políticos y el público que no muestra señales de disminuir, Eby ahora está bajo presión para desechar el plan piloto por completo.
La despenalización comenzó en enero pasado.
“Las drogas y el tráfico siguieron siendo ilegales, al igual que la posesión en aeropuertos, parques infantiles, cerca de escuelas y por parte de los militares. Pero en lugar de imponer sanciones penales a los usuarios, la policía podría entregar tarjetas que describieran los servicios disponibles”, reseñó en junio The Washington Post. “Algunos alcaldes dijeron que la despenalización impulsó un aumento en el consumo de drogas en público. Un sindicato de enfermeras se quejó del consumo en hospitales. B.C. United, un partido de centroderecha, calificó al piloto de ‘imprudente’. Pierre Poilievre, líder de los conservadores federales, lo llamó ‘una locura’", destaca la investigación de Amanda Coletta.
Fue entonces cuando se volvió a criminalizar el uso de drogas ilícitas en espacios públicos. Leonard Krog, Alcalde de Nanaimo, aplaudió la revocación y dijo que solo se dio a la gente “luz verde para usar y consumir drogas en todas partes” y fracasó. “La gente vive en el infierno en las calles”, dijo Krog. “Y están haciendo que sea un infierno para muchos otros”. Los defensores de la despenalización dicen, por el contrario, según reseña el Post, que era demasiado pronto para concluir que fracasó, y hay evidencia de que estaba haciendo lo que se pretendía: reducir las sanciones penales por posesión.
Desmantelan laboratorios
Desde que Donald Trump ganó la Presidencia de Estados Unidos, las autoridades canadienses han localizado laboratorios gigantes de la droga fentanilo, en distintos rumbos del país, sobre todo en zonas rurales. El 31 de octubre dieron con “el más grande de la historia” en Columbia Británica. Y hoy anunciaron otro igualmente descomunal en Vancouver.
El más reciente fue encontrado este miércoles en la ciudad canadiense de Burnaby, en Vancouver, luego de que la Real Policía Montada efectuara una investigación por seis meses sobre el conflicto entre pandillas de la Columbia Británica.
En el operativo se ejecutaron cuatro órdenes de allanamiento en todo el Lower Mainland, resultando en dos arrestos y el descubrimiento del laboratorio clandestino, descrito como "superlaboratorio".
El lugar secreto estaba ubicado en una finca rural en Langley y era capaz de producir varios kilogramos de fentanilo por semana. La Sección de Drogas y Crimen Organizado (DOCS) confiscó cientos de kilogramos de sustancias químicas utilizadas en la producción de fentanilo. También fueron incautados precursores químicos y dos vehículos.
Otras tres órdenes de allanamiento se efectuaron en las residencias de sospechosos que se cree que estaban involucrados en la producción de drogas. Autoridades canadienses se demoraron tres días en desmantelar de manera segura el laboratorio y deshacerse de todo el material y equipo contaminados.
"Un superlaboratorio de drogas como este representa un grave riesgo de seguridad pública para toda la comunidad. Parece que el fentanilo que se producía en este laboratorio se estaba distribuyendo ampliamente, lo que probablemente contribuyó a las sobredosis en esta provincia y en todo el país", dijo el sargento Randy Mortensen.
Pero este no es el único caso. El pasado 31 de octubre, la policía canadiense desmanteló el "superlaboratorio" de drogas ilícitas más grande y sofisticado del país.
La Real Policía Montada de Canadá cree que el crimen organizado dirigía la operación, en la que se producía y distribuía en masa fentanilo y metanfetamina en todo Canadá y a nivel internacional. La policía dijo que confiscó 54 kilogramos de fentanilo, cantidades “masivas” de precursores químicos, 390 kilogramos de metanfetamina y cantidades más pequeñas de cocaína, MDMA y cannabis.
También encontraron un total de 89 armas de fuego, entre pistolas, rifles tipo AR-15 y metralletas, así como pequeños dispositivos explosivos, municiones, silenciadores, cargadores de alta capacidad, chalecos antibalas y 500 mil dólares canadienses (359 mil dólares estadounidenses) en efectivo.