México existe más allá de sus fronteras físicas. Se estima que casi 40 millones de personas de origen mexicano habitan en Estados Unidos. Es decir, casi una tercera parte de la población dentro del territorio mexicano. Se piensa que de estos, alrededor de 12 millones son migrantes y, de estos, alrededor de 4 millones carecen de la documentación necesaria para permanecer en territorio estadounidense de manera legal.

Durante su campaña, el recientemente elegido Presidente, Donald Trump, dijo repetidamente que deportaría a 11 millones de personas. 

De realizarse esta enorme maniobra, no sólo los mexicanos indocumentados, sino millones de personas pertenecientes a otras naciones podrían instalarse en México. Eso crearía un enorme problema económico, logístico, político y humanitario para el país para el cuál el actual gobierno no está preparado. 

Por una serie de razones, a la Presidencia de Trump le costará mucho trabajo expulsar de su territorio a millones de personas. Eso no quiere decir que no lo vaya a intentar. Para hacerlo requerirá el uso de la fuerza y muy probablemente la violación de varias Leyes domésticas e internacionales. Esto activaría, de inmediato, la acción de los muy robustos defensores de derechos humanos en Estados Unidos, así como de gobiernos estatales y locales que serían los inmediatamente afectados. Es muy probable que empresarios que hoy se benefician del trabajo de muchas personas sin documentación también eleven la voz, así como los medios de comunicación críticos del trumpismo.

Recientemente, el gobierno encabezado por Claudia Sheinbaum anunció la creación de un grupo estratégico que se supone buscará la mejor manera de enfrentar la amenaza. En sí misma, esta es una buena noticia. Sería trágico que esto no hubiera sucedido con la prontitud en que ha ocurrido.

Los centros estratégicos de la defensa de nuestros connacionales aparentemente será nuestra red de consulados en Estados Unidos, que es una de las más grandes del mundo. Hay que decir, sin embargo, que el gobierno se ha puesto el pie a sí mismo, al haber disminuido los recursos canalizados a esta red de consulados. Ahora estamos viendo las consecuencias de la política ciega llamada austeridad republicana. 

El gobierno deberá utilizar también recursos adicionales para contratar abogados, publirrelacionistas, agencias de comunicación y otros grupos importantes en Estados Unidos.

Al mismo tiempo, deberá establecer relaciones estratégicas y tácticas con grupos que abogan por los derechos humanos y que conocen todos los intríngulis del derecho civil americano.

Pero el mayor dilema que enfrenta el actual régimen consiste en que solo podrán enfrentar con éxito a Trump si tienen el apoyo de la sociedad en su conjunto. Ahora bien, si algo han hecho Morena y sus aliados es polarizar al país.

México llega desunido en el momento en que más necesita estar unido. Ese es el gran problema.

Gustavo de Hoyos Walther

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Abogado y empresario. Ha encabezado diversas organizaciones empresariales, comunitarias, educativas y filantrópicas. Concentra su agenda pública en el desarrollo de líderes sociales (Alternativas por México), la participación ciudadana en política (Sí por México) y el fortalecimiento del estado de derecho (Consejo Nacional de Litigio Estratégico).

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