Gustavo Almaraz Petrie
02/12/2024 - 12:00 am
México ante el reto del T-MEC
"La negociación del T-MEC marcó un punto importante en la relación trilateral, al buscar modernizar y adaptar el tratado original a las condiciones globales actuales".
Las recientes elecciones en Estados Unidos abren un nuevo capítulo en la relación bilateral. Si bien mucho de lo comentado se ha enmarcado en el desafío que representará la presidencia de Donald Trump y su creciente preocupación por temas de migración y seguridad, sin duda uno de los principales retos será la revisión del T-MEC. Este proceso no solo definirá el rumbo del comercio y la competitividad en América del Norte, sino que también pondrá a prueba la capacidad de México para negociar de manera efectiva y estratégica en un contexto político retador.
La negociación del T-MEC marcó un punto importante en la relación trilateral, al buscar modernizar y adaptar el tratado original a las condiciones globales actuales. El T-MEC no solo actualizó áreas clave como el comercio digital, la propiedad intelectual y la protección laboral, sino que también fortaleció las reglas de origen y promovió una mayor integración regional. Para México, el T-MEC representó una oportunidad no solo para mantener su acceso privilegiado al mercado norteamericano, sino también para reafirmar su posición como un socio confiable frente a Estados Unidos y Canadá. La negociación, aunque compleja, evidenció la importancia del diálogo técnico, la diplomacia política y la capacidad de construir consensos en medio de un entorno político y económico en constante cambio.
En este sentido, resulta alentador saber que los esfuerzos desde México están liderados por un equipo sólido y preparado. En primer lugar, destaca el rol de la presidenta Sheinbaum, quien, con su asistencia al G20, brinda un mensaje sobre la importancia de posicionar a México como un actor relevante en la arena internacional. Su presencia no solo marca el regreso de México a este tipo de esfuerzos a nivel presidencial, sino que también le permite proyectar una visión de México como un país comprometido con los grandes desafíos globales.
Asimismo, desde la Secretaría de Economía, no es sorpresa que se cuente con actores clave que poseen conocimiento técnico y experiencia en este tipo de negociaciones. Además de preparación técnica, el secretario Ebrard ha demostrado en el pasado cualidades importantes en materia de diplomacia, logrando gestionar con éxito relaciones complejas y alcanzar acuerdos significativos.
Si bien resulta indudable la importancia de contar con un equipo capacitado para encabezar los esfuerzos de revisión, no se debe descartar el papel que jugará el sector privado en este proceso. Al ser el principal motor del comercio y la inversión, la participación activa de la industria será indispensable para identificar áreas de oportunidad y desafíos específicos en sectores clave como la manufactura y la tecnología. Además, el sector privado aporta una perspectiva práctica y operativa que complementa la negociación técnica y diplomática. Es fundamental que las empresas y asociaciones empresariales se involucren de manera estratégica, colaborando con el gobierno para garantizar que los intereses nacionales se reflejen en las discusiones y que se fortalezcan las condiciones para la competitividad de México. Este trabajo conjunto no solo facilitará una revisión exitosa, sino que también contribuirá a generar certidumbre y confianza para atraer más inversión y promover el desarrollo económico del país.
México, tanto el gobierno como el sector privado, debe prepararse y presentar una agenda clara y bien estructurada que establezca prioridades precisas y alineadas con los intereses nacionales. Un plan estratégico permitirá que el proceso de revisión se lleve a cabo de manera ordenada y sin distractores, los cuales sabemos que se convertirán en un reto importante con la nueva administración de Estados Unidos.
Por ejemplo, sabemos que la creciente relevancia de China en la economía global y su influencia geopolítica serán un tema central en las próximas conversaciones. Para México, es fundamental contar con una estrategia clara y bien articulada que aborde este desafío de manera proactiva. En un contexto donde la geopolítica prevalece sobre la globalización, México tiene la oportunidad de consolidarse como un vecino confiable y estratégico para Estados Unidos y Canadá, reforzando su posición como un aliado cercano en un mundo cada vez más fragmentado. Esto implica no solo posicionarse como una alternativa competitiva a las cadenas de suministro asiáticas, sino también garantizar un entorno estable y seguro para la inversión y el comercio. En esta nueva etapa, la confianza entre socios será el activo más valioso, y México debe demostrar que puede ser un pilar de estabilidad y colaboración en un entorno marcado por la incertidumbre.
La revisión del T-MEC no debe verse solo como un reto, sino como una oportunidad para reafirmar el compromiso de México con la competitividad regional, mientras se promueven intereses clave para su desarrollo económico. Con un equipo técnico preparado, una agenda estratégica bien definida y un liderazgo político sólido, México tiene el potencial de salir fortalecido de este proceso y consolidar su posición como un socio comercial indispensable en América del Norte.
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