La Selva Maya, la selva tropical más grande de Mesoamérica, enfrenta una grave deforestación debido a la ganadería y la expansión de la palma aceitera, especialmente en Petén, Guatemala.
Ciudad de México, 22 de noviembre (SinEmbargo).- La Selva Maya, que abarca 150 mil kilómetros cuadrados en el sureste de México, el norte de Guatemala y Belice, es la selva tropical más grande de Mesoamérica, solo superada en las Américas por el Amazonas. Esta vasta extensión, equivalente al estado de Illinois, es hogar de cientos de miles de habitantes, numerosos sitios arqueológicos y una diversidad inigualable de plantas y animales. Sin embargo, la Selva Maya enfrenta graves amenazas.
Datos satelitales compartidos por la NASA revelan que grandes extensiones de la selva han sido taladas en las últimas décadas. Las imágenes del Espectrorradiómetro de Imágenes de Resolución Moderada (MODIS) muestran una significativa pérdida de cobertura forestal entre 2000 y 2024, especialmente en Petén, Guatemala.
Investigaciones de la Universidad de Maryland indican que Guatemala perdió el 23 por ciento de su cobertura forestal entre 2001 y 2023, con Petén perdiendo el 33 por ciento.
La principal causa de deforestación en Guatemala ha sido la expansión de la ganadería. Diego Incer, experto en teledetección de la Universidad del Valle de Guatemala, explica que muchos bosques inicialmente talados para ganadería se convirtieron luego en plantaciones de palma aceitera.
La palma aceitera, usada para producir el aceite vegetal más consumido en el mundo, ha crecido rápidamente en la región. Entre 2001 y 2017, las plantaciones de palma aceitera en Petén aumentaron de 30 a 860 kilómetros cuadrados.
La deforestación afecta incluso a áreas protegidas como la Reserva de la Biosfera Maya en Guatemala. Esta reserva, creada en 1990, cubre una quinta parte de la superficie terrestre de Guatemala y alberga varios parques nacionales y refugios de vida silvestre. A pesar de las protecciones, las tasas de pérdida de bosques en algunas áreas de la reserva son alarmantes. Por ejemplo, en el Parque Nacional Laguna del Tigre, la deforestación ha sido impulsada por actividades ilegales como la tala, minería y ganadería.
No obstante, hay indicios de esperanza. La tasa de pérdida de bosques en Guatemala ha disminuido en la última década y se ha estabilizado en los últimos años. Proyectos forestales comunitarios han sido clave en esta mejora.
Desde 2009, las autoridades han recuperado el control de concesiones forestales críticas y han comenzado a replantar bosques en algunas áreas. El sistema SIGMA-I, desarrollado con apoyo de la NASA y USAID, ha ayudado a las comunidades a gestionar y reducir los incendios forestales.
Varias comunidades de la Asociación de Comunidades Forestales de Petén (ACOFOP) han mantenido casi en cero las tasas de deforestación locales y han recibido prórrogas en sus concesiones. África Flores, investigadora del Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA, elogió el uso efectivo de la tecnología para mejorar la gestión de los recursos naturales de la selva.
¿ES POSIBLE RECUPERAR LA SELVA MAYA?
Pese a los desafíos, el éxito de los proyectos comunitarios demuestra que es posible proteger y restaurar la Selva Maya. Con el apoyo continuo de tecnología y gestión local, este invaluable ecosistema podría tener un futuro más prometedor. Los proyectos forestales comunitarios han sido clave en la reducción de la pérdida de bosques en las últimas décadas.
Desde 2009, las autoridades guatemaltecas han recuperado el control de concesiones forestales críticas y han comenzado a replantar bosques en áreas afectadas.
El sistema SIGMA-I, desarrollado con el apoyo de la NASA y USAID, ha sido fundamental en este esfuerzo, permitiendo a las comunidades localizar y manejar incendios forestales de manera más efectiva.
Además, varias comunidades de la Asociación de Comunidades Forestales de Petén (ACOFOP) han mantenido tasas de deforestación casi nulas y han recibido prórrogas de 25 años en sus concesiones. Estos éxitos muestran que, cuando las organizaciones locales están empoderadas con tecnología adecuada, es posible gestionar los recursos forestales de manera sostenible.
El reto ahora es replicar estos éxitos en toda la Reserva de la Biosfera Maya y en el país entero. Con esfuerzos sostenidos y colaboración internacional, la Selva Maya puede no solo sobrevivir, sino también prosperar en los años venideros.