Fui feliz cuando el congreso de la Unión, logró derrotar, con toda la fuerza de los votos que los elegimos, en 31 estados y en 253 distritos electorales, a la suprema corte de justicia, que se había convertido en una especie de evidente caballo de ñ dejaban ver que adentro de ese caballo iban los intereses más mezquinos que circulan por el país.

Pero mi felicidad se convierte en reflexión cuando he visto los últimos acuerdos que está tomando la mayoría de los 87 votos del Senado y con el evidente apoyo de la cámara de diputados.

En estos momentos críticos, son los consejos precavidos, amorosos, solidarios de mi madre, los que utilizo como guía para pensar y repensar, antes de hablar con la convicción de tener por lo menos más del 50 por ciento de un juicio razonable.

Y en estos momentos mi madre aconsejaría «la sartén hay que cuidarla más cuando el guisado ya casi está listo porque un guisado semi crudo se puede terminar de cocinar, pero un guisado quemado no tiene salvación..

Quisiera que en el congreso de la Unión escucharan las opiniones de mi madre lástima que ni ella viva para decírselos ni ellos tengan la capacidad de escucharla, porque no creo en los médiums.

Gustavo De la Rosa

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Es director del Despacho Obrero y Derechos Humanos desde 1974 y profesor investigador en educacion, de la UACJ en Ciudad Juárez.

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