Author image

Alejandro Calvillo

16/11/2024 - 12:05 am

Trump + Musk: lo que nos espera

«El grado de manipulación es inimaginable; pocos estudios se han realizado, pero los disponibles muestran la profundidad de esta práctica».

El vínculo personal, ideológico, económico y político del hombre más rico del mundo y el presidente electo del país que aún es el más poderoso del mundo da una idea de la dirección en la que se encamina el imperio estadounidense. Se trata de imperio con profundas crisis internas de desigualdad y descomposición social, pero que aspira a mantener la supremacía global.

Las características de ambos personajes definen la dirección a seguir. Elon Musk, junto con un grupo de los más poderosos billonarios de los Estados Unidos, se sumaron a la campaña de Trump. Musk dejó a los demócratas, a quienes había apoyado en el pasado. Su alejamiento se dio ante las iniciativas de aumentar impuestos a los ultrarricos, el apoyo de los demócratas a los sindicatos, que él ha combatido en sus empresas, y los intento de poner controles sobre las redes sociales y algo que rechaza ahora que es dueño de X, antes Twitter.

Como propietario de X, Musk se ha manifestado en contra de que se les exija a las plataformas digitales cancelar cuentas que llaman a la violencia, al racismo y a las teorías conspiratorias, como lo hicieron en su momento los gobiernos demócratas. En la libertad absoluta que dice defender Musk está el ansiado poder de control que comienzan a ejercer las plataformas digitales. Numerosos analistas, historiadores y activistas señalan que estas plataformas, que transmiten contenidos a miles de millones de personas en todo el mundo mediante algoritmos personalizados y cada vez más sofisticados, apoyados en una inteligencia artificial en rápido desarrollo, podrían convertirse pronto en los mayores poderes del planeta. Este pequeño puñado de plataformas tiene la capacidad de trastocar la opinión pública global e incluso debilitar o desestabilizar gobiernos.

Ni Trump quiere que le censuren sus cuentas en redes sociales, como ocurrió tras la toma violenta del Capitolio, que él promovió desde estas plataformas, ni Musk quiere que exista una autoridad que regule sus prácticas con algoritmos e inteligencia artificial para manipular y moldear la opinión pública a su favor. Una investigación reciente demostró que Musk había utilizado el algoritmo y la IA en X para multiplicar desmedidamente el alcance de sus mensajes a favor de Trump, y se señala que esto pudo ocurrir de manera sistemática. Twitter cuenta con más de 95 millones de usuarios en Estados Unidos. El grado de manipulación es inimaginable; pocos estudios se han realizado, pero los disponibles muestran la profundidad de esta práctica. Un estudio de 2020 estimó que los bots producían el 43.2 % de los tuits leídos.

Cabe recordar que Zuckerberg, propietario de Meta (Facebook, Instagram, WhatsApp, Messenger, entre otras), fue acusado y llevado a declarar ante el Congreso por dar mayor visibilidad a mensajes de violencia, racismo y teorías conspirativas en sus plataformas, motivado únicamente por la intención de retener a los usuarios y aumentar las ganancias por publicidad. Es difícil imaginar el ascenso de Trump en 2016 sin los algoritmos que amplificaron estos mensajes y las teorías conspirativas difundidas masivamente en redes sociales.

El auge de las personas creyentes en teorías conspirativas también está vinculado a su difusión en redes sociales. Un ejemplo es el caso del «Pizzagate», que aseguraba que los demócratas, encabezados por Hillary Clinton, estaban involucrados en una red de pedofilia operada desde una pizzería en Washington. Esta teoría conspirativa afirmaba que abusaban de menores y los sacrificaban en ritos satánicos. Años después, en 2023, Elon Musk intentó revivir el caso con un tuit, pero lo retiró tras recibir una condena masiva. Esto ocurrió tras un viaje de Musk a Israel, donde visitó un kibutz atacado por Hamas junto con el primer ministro israelí Netanyahu. Previamente, Musk había generado un escándalo con mensajes antisemitas que le costaron anunciantes importantes en X.

Musk ha mostrado afinidad con mensajes de extrema derecha, especialmente contra los inmigrantes. Frente a esto, el presidente Biden señaló que el propio Musk, nacido en Sudáfrica, llegó a Estados Unidos como estudiante, pero trabajó ilegalmente, es decir, fue inmigrante indocumentado. Internacionalmente, Musk también ha generado controversia, como su enfrentamiento con el presidente de Italia por declaraciones contra las políticas de inmigración hacia albaneses.

El vínculo entre Musk y Trump se intensificó durante los últimos meses de campaña. Musk acompañó a Trump en eventos, organizó actos en Pensilvania y recibió menciones destacadas en el discurso de victoria de Trump. Musk donó más de 119 millones de dólares al llamado Super PAC para apoyar la reelección de Trump. Además, ha sido invitado a conversaciones con mandatarios extranjeros, y su cercanía con Trump disparó el valor de las acciones de sus empresas, aumentando su fortuna en unos 70 mil millones de dólares.

Los peligros de esta alianza pueden ilustrarse con hechos concretos, como el enfrentamiento entre Musk y el gobierno de Brasil. En medio de una serie de ataques violentos en escuelas, el gobierno brasileño pidió a Twitter bloquear 270 cuentas que incitaban a la violencia. Musk se negó, argumentando libertad de expresión, y desmanteló la oficina de prensa de Twitter, respondiendo a las solicitudes gubernamentales con un emoji de excremento. Ante el desacato de Musk, la Corte Suprema de Brasil ordenó en septiembre de 2023 el bloqueo de Twitter en el país.

El presidente brasileño, Lula da Silva, advirtió: «La justicia brasileña puede haber dado una señal importante de que el mundo no está obligado a soportar el todo vale de la extrema derecha de Musk sólo porque es rico».

Trump no solo se ha aliado con el hombre más rico del planeta, sino con uno de los mayores megáfonos para desestabilizar países y moldear la opinión pública a su favor. Por su parte, Musk no solo ha respaldado al presidente del país más poderoso del mundo, sino que ha encontrado un socio para ampliar su dominio tecnológico mediante la manipulación de información.

Alejandro Calvillo
Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.

Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que SinEmbargo.mx no se hace responsable de los mismos.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas