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"Me apasiona crear cosas"

GALILEO ¬ Héctor, un estudiante del IPN, crea un guante traductor de lengua de señas

08/11/2024 - 6:16 pm

Héctor Hernández, alumno de la ESIME Azcapotzalco, obtuvo el primer lugar nacional en el James Dyson Award México 2024 y ahora contenderá a nivel internacional con su peculiar invento: un guante que traduce la Lengua de Señas Mexicana.

Ciudad de México, 8 de noviembre (SinEmbargo).– Cuando Héctor veía a su padre arreglar aparatos, él ya tenía un sueño: dedicarse a la ciencia y a la tecnología. El estudiante de 22 años del Instituto Politécnico Nacional (IPN) ha cumplido ese sueño. Ha triunfado en concursos, se dedica a su pasión y ahora, además, se enfoca en una meta específica: que todo aquello a lo que se dedique tenga un impacto social.

«Desde que estoy en la secundaria estaba viendo qué quería hacer de mi vida. Desde pequeño me gustó la ciencia. Yo veía a mi padre arreglar los aparatos y quería ser igual. Entonces mis padres me metieron a unos cursos de programación en una fundación de bajo costo, para poder financiar esa parte además de la escuela», cuenta Héctor Roberto Hernández Jiménez en entrevista con GALILEO, el programa sobre ciencia de Estudio B.

El alumno de tercer semestre de la ingeniería en Robótica Industrial, de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), Unidad Azcapotzalco, tenía precisamente ese impacto social en mente cuando desarrolló un Signal Glove, (guante de señales), un guante traductor de la Lengua de Señas Mexicana (LSM) que busca elevar el nivel de vida de las personas con discapacidad auditiva, al facilitar su comunicación con aquellas que escuchan y que no conocen este lenguaje, de extrema ayuda cuando se presenta una emergencia.

El estudiante de 22 años sueña con fundar su propia start up y mejorar la vida de la gente. Foto Cortesía

«Siempre he tenido pasión por crear cosas, pero ahora ya me puedo enfocar en que tengan un impacto social, es mi principal meta», cuenta.

Su uso tiene varias facetas. Al colocarlo en la mano, enciende un foco led en rojo para indicar la calibración del sistema. El foco en verde indica que ya es posible comenzar a hacer los movimientos del Lenguaje de Señas para comunicarse.

A diferencia de otras propuestas que utilizan sensores flex y resistencias, detalló el estudiante politécnico, su invento cuenta con cinco giroscopios, sensores avanzados, colocados en cada una de las puntas de los dedos del guante, capaces de detectar con precisión la posición y la presión de cada uno de ellos.

Con cada movimiento, los sensores generan datos, es decir una letra, que se envía en tiempo real a una tarjeta de control colocada en el antebrazo del usuario, la cual recibe la información y la transmite vía Bluetooth al otro dispositivo. Al final, el destinatario puede deletrear el mensaje que se origina en el guante.

«Lo hice solo, empecé a finales de la preparatoria, en la época de la pandemia, y quería ayudar. Una parte de la sociedad estaba ignorada en la parte de la comunicación», añade, en referencia a las personas con discapacidad auditiva. «Creé un guante, una impresión 3D en ese momento: un prototipo muy caro, poco eficaz, pero funcionaba».

Héctor Hernández ganó el premio con el guante traductor, que fue un invento propio tras una experiencia en una misión. Foto: Cortesía

Luego, al terminar la preparatoria, Héctor realizó una misión religiosa. Durante dos años, vivió en Baja California. «Ahí la inspiración explotó a lo máximo. Como misioneros nos tocaba mejorar la calidad de vida de gente que era sorda, que utilizaba la Lengua de Señas. Queríamos ayudarles, pero no podíamos, porque no sabíamos comunicarnos», relata.

«Hace un año y medio regresé, continué con el proyecto del guante y lo metí a un concurso», completó. Hernández obtuvo el primer lugar nacional en el James Dyson Award México 2024 y ahora contenderá a nivel internacional. Este galardón busca promover ideas innovadoras entre los jóvenes ingenieros que ofrezcan avances tecnológicos con un impacto positivo en la sociedad.

Para Héctor Hernández obtener este premio ha sido muy satisfactorio porque es un reconocimiento a su trabajo y a la pasión por desarrollar tecnología en beneficio de la población mexicana y de la humanidad. «Me llena de felicidad, de confianza, que no solamente el país ve el potencial no por la persona que sea sino por la idea: no es que sea europeo o americano o mexicano, y que tenga arraigado el impacto social es aún mejor», indicó.

Por último, Héctor le deja un mensaje a los que incluso son más jóvenes que él, aquellos estudiantes que aún no saben si dedicarse o no a la ciencia, la ingeniería y la academia. «Lo primero que les aconsejo es que, si sus dudas son sobre su capacidad, quiero ser sincero: no duden de su capacidad. Cualquier cosa que hayan escuchado sobre si son malos, de adultos o profesores, no les hagan caso: dedíquense a los que les gusta. Personalmente, por mi filosofía de vida, sé que tenemos un potencial divino, y que esas ideas se enfoquen al desarrollo humano. No importa qué idea sea, tendrá éxito si tiene ese componente», concluyó.

El deseo del joven estudiante es que, el próximo año, con el dinero del premio, pueda fundar su propia start up, producir en masa el guante traductor y llegar a mucha gente, para mejorar su calidad de vida. Si su breve pero intensa vida ha sido ejemplo de algo, es que sus sueños suelen convertirse en realidad.

Manuel Gonzalez
Ciudad de México | 1993. Estudió periodismo. Actualmente trabaja como Editor en la redacción de SinEmbargo MX. Antes, fue corresponsal para Infobae México, la Agencia Alemana de Prensa (dpa) y El País América. Tiene un blog (Apuntes en la ciudad), un newsletter (Apuntes subrayados) y un podcast (Al otro lado del sueño) personales.
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