La Presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que habrá una buena relación con el nuevo Presidente de los Estados Unidos e insistió en el llamado a los mexicanos para que estén tranquilos.
Ciudad de México, 7 de noviembre (SinEmbargo).– La Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo conversó vía telefónica con Donald Trump esta mañana para felicitarlo por su victoria en la contienda electoral y también hablaron de la buena relación que habrá entre México y Estados Unidos.
«Tuvimos una llamada muy cordial con el Presidente electo Donald Trump en la que hablamos de la buena relación que habrá entre México y Estados Unidos», escribió la Presidenta en sus redes sociales sin abundar en más información sobre los temas que abordaron en la llamada.
Tuvimos una llamada muy cordial con el presidente electo Donald Trump en la que hablamos de la buena relación que habrá entre México y Estados Unidos. pic.twitter.com/LZiRvkKKo3
— Claudia Sheinbaum Pardo (@Claudiashein) November 7, 2024
Claudia Sheinbaum y Donald Trump no se conocen personalmente, pero su comunicación será constante en sus administraciones por ser los presidentes de países vecinos y por el acuerdo comercial del T-MEC.
Sheinbaum había adelantado en su conferencia que este jueves se comunicaría con el Presidente electo de Estados Unidos: “El día de hoy a las 9:30 de la mañana tenemos una llamada con el Presidente electo Donald Trump, ayer publicamos un mensaje por redes, ya cuando la candidata Kamala Harris reconoció su derrota y ya no había que esperar los resultados del Colegio Electoral”, adelantó la Presidenta en su conferencia matutina.
La Mandataria aseguró que habrá una buena relación con el nuevo Presidente de los Estados Unidos e insistió en el llamado a los mexicanos para que estén tranquilos.
“Va a haber una buena relación, envíe una carta formal a su equipo y nos informaron que el día de hoy a las 9:30 vamos a hacer la llamada de felicitación”.
Esta semana, Sheinbaum aseguró que los resultados de la elección estadounidense no deben ser motivo de preocupación para México, ni para los empresarios, ni para los mexicanos que viven en Estados Unidos.
«A todas y a todos los mexicanos: no hay ningún motivo de preocupación. A nuestros paisanos y paisanas, a sus familiares que están aquí, a las empresarias y empresarios mexicanos: no hay motivo ninguno de preocupación», señaló.
«México siempre sale adelante, somos un país libre, independiente, soberano, y va a haber buena relación con los Estados Unidos, estoy convencida de ello», agregó.
La victoria de Trump prepara el escenario para una rápida ofensiva, luego de que los partidarios del Presidente electo se centraron principalmente en la inmigración y la inflación, temas que el republicano recalcó durante toda su campaña.
Es incierto cómo y cuándo tomarán forma las acciones de Trump sobre la inmigración.
“Construyan el muro” fue el lema de la campaña de Donald Trump en 2016, y actuó en consecuencia al recurrir a presupuestos militares para construir cientos de kilómetros de muro fronterizo con México. “Deportación masiva” fue la expresión de moda que entusiasmó a quienes lo apoyaron en su contienda por la Casa Blanca en 2024.
Aunque Trump y sus asesores han ofrecido un plan a grandes rasgos, quedan muchas preguntas sobre cómo deportarían a las cerca de 11 millones de personas que se estima que están en el país ilegalmente. ¿Cómo se identificaría a los inmigrantes? ¿Dónde serían detenidos? ¿Qué pasaría si sus países se niegan a recibirlos de regreso? ¿Dónde encontraría Trump dinero y oficiales entrenados para llevar a cabo su deportación?
Trump ha dicho que invocaría la Ley de Enemigos Extranjeros, una ley de 1798 que rara vez se ha utilizado y que permite al presidente deportar a cualquier no ciudadano de un país con el que Estados Unidos esté en guerra. Ha hablado sobre desplegar a la Guardia Nacional, que puede ser activada por órdenes de un gobernador. Stephen Miller, un asesor de Trump, ha dicho que las tropas bajo el mando de gobernadores republicanos simpatizantes serían enviadas a estados vecinos que se nieguen a participar.
Trump, quien repetidamente dijo que los inmigrantes “envenenan la sangre” de Estados Unidos, ha infundido miedo en las comunidades inmigrantes sólo con sus palabras.
Algunos expertos en políticas creen que las primeras medidas de Trump en materia de inmigración se den en la frontera. Podría presionar a México para que siga impidiendo que los migrantes lleguen a la frontera estadounidense, como lo ha hecho desde diciembre. Es posible que coaccione a México para restablecer una política del gobierno previo de Trump que obligaba a los solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano hasta que se realicen sus audiencias en un tribunal de inmigración estadounidense.
En ese sentido, el doctor Lorenzo Meyer expuso a “Los Periodistas” que, en realidad, la relación entre ambas naciones siempre ha sido compleja, por lo que ahora no será la excepción, mientras que el economista y politólogo Mario Campa comentó en el mismo espacio que México tiene las herramientas para lidiar con Trump, sobre todo cuando tiene en la mira otros asuntos en China y Europa.
“Siempre hemos tenido que estar a la defensiva con Estados Unidos, incluso en los mejores momentos. Andrés Manuel López supo torear a Trump y se fue hacia Washington, y lo toreó muy bien, salió indemne, ¿pero lo podrá repetir Claudia Sheinbaum? Ojalá, pero hay otro problema: Trump sí aprende algo de la experiencia anterior y se vuelve más retorcido que antes, porque vio que le dieron resultados ciertas torceduras, ahora las está refinando y además está su misoginia”, expresó en ese sentido el investigador emérito del Colegio de México, el doctor Lorenzo Meyer en entrevista con “Los Periodistas”.
El doctor Meyer expuso cómo Trump rompió de nueva cuenta el status quo existente en la Unión Americana porque los demócratas no supieron leer las señales que mandaban las bases sociales. ”Se durmieron o se hicieron tontos o simplemente no podían entender qué pasaba”.
En contraparte, Campa cuestionó el hecho de que los demócratas hayan optado por un discurso en el que trataron de mantener el estatus quo, que le habla en buena parte a las élites y lo cual no ofrece mucho horizonte. “Han hecho algunas cosas interesantes los demócratas, pero se olvidaron de hablarle también ellos a su base que tradicionalmente era la clase trabajadora, los sindicalizados que tienen mucha fuerza en el cinturón del óxido que es el centro neurálgico industrial estadounidense y realmente pierden estos estados”.