El conflicto estalló hace tres semanas cuando se conoció una orden de la Fiscalía para detener a Morales por el supuesto abuso de una menor de 15 años cuando él aún era mandatario en 2016. Es investigado por estupro, trata y tráfico de menores.
Por Carlos Valdez
LA PAZ, Bolivia (AP).— El expresidente boliviano Evo Morales se declaró en huelga de hambre y pidió abrir un diálogo después de que un operativo policial y militar consiguiera finalmente el viernes despejar la principal ruta del país que estuvo tomada durante 19 días por sus seguidores. Los manifestantes exigían el cese de una investigación contra él por presunto abuso de una menor (2006-2019).
En una rueda de prensa, desde la región cocalera del Chapare, donde se resguarda, Morales se declaró en huelga de hambre “hasta que el Gobierno acceda a establecer mesas de diálogo por la crisis económica y los temas políticos, con la participación de organismos internacionales y países amigos”.
Poco antes, el Presidente Luis Arce denunció que “grupos armados afines a Morales tomaron por asalto tres unidades militares” y “rehenes” en el Chapare. En un mensaje por la red X, antes Twitter, Arce denunció que esos grupos “han tomado el lugar donde se encuentra el armamento militar en esas unidades, lo que constituye un acto criminal”. Dijo que era un delito de traición a la patria.
Denunciamos ante el pueblo boliviano y la comunidad internacional que grupos armados afines a Evo Morales han tomado por asalto tres unidades militares en el Trópico de Cochabamba, reteniendo como rehenes a militares y a sus familias, y amenazando sus vidas, siendo que ellos no…
— Luis Alberto Arce Catacora (Lucho Arce) (@LuchoXBolivia) November 1, 2024
Las unidades militares tomadas se encuentran en el Chapare, en la región central de Cochambaba, feudo político de Morales y la más castigada por los cortes carreteros.
El comandante de las Fuerzas Armadas, el General Gerardo Zabala, instó a los manifestantes a “deponer acciones y abandonar de manera pacífica las instalaciones militares». Señaló que el armamento en los cuarteles es para “defender la integridad territorial del país” y no seré usada para “generar enfrentamiento entre los bolivianos”.
Poco antes, las Fuerzas Armadas confirmaron “la toma de unidades militares” por parte de “grupos armados irregulares” y el «secuestro» de personal militar, armamento y municiones.
Antes de esas declaraciones, circularon en redes sociales videos con las declaraciones de quien sería un jefe militar retenido —las autoridades no han corroborado ni negado que se trate de un miembro del Ejército—, en la que este confirma la toma “pacifica” de un regimiento en la zona cocalera del Chapare y dice que los manifestantes mantienen retenidos a los soldados y que cortaron la luz y el agua en la unidad para exigir que la policía y los militares dejen de “hostigar” a los manifestantes que mantienen controladas varias rutas.
Esas imágenes muestra a personal militar y civiles que serían cocaleros armados con palos en un depósito de armas del regimiento Cacique Juan Maraz.
Tras 16 horas de operativo, policías y militares lograron despejar la ruta entre el occidente y el oriente en la región central de Cochabamba, donde estaban concentrados los seguidores de Morales. Cientos de camiones y vehículos que habían quedado atrapados comenzaron a circular, según informó el comandante de la policía de esa región, el General Antonio Claure.
La Ministra de Salud, María René Castro, informó de 19 policías heridos, ninguno de gravedad. Los uniformados dispersaron con gas lacrimógeno mientras los manifestantes repelieron el operativo con hondas y cargas de dinamita. La semana pasada un policía quedó gravemente herido por un explosivo.
El conflicto estalló hace tres semanas cuando se conoció una orden de la Fiscalía para detener a Morales por el supuesto abuso de una menor de 15 años cuando él aún era mandatario en 2016. Es investigado por estupro, trata y tráfico de menores.
El domingo 27 de octubre, el político de 65 años denunció que su auto fue baleado cuando se dirigía a un programa de radio en esa zona. El Ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, dio otra versión: dijo que Morales se resistió a la requisa de una patrulla antidroga y huyó.
Cientos de camiones con alimentos, mercadería de exportación y combustibles están atrapados en las carreteras. Los gremios empresariales hablan de millonarias pérdidas, el ministro de Desarrollo Rural, Yamil Flores estimó en 970 millones de dólares las pérdidas por los cortes de ruta.
La Paz y otras ciudades están desabastecidas de carne que viene del oriente y los precios han escalado, agravando la crisis económica que golpea a los bolivianos. La semana pasada, productores arrojaron a la calle flores, leche, verduras y fruta que se pudrieron por los bloqueos.
Varios sectores, entre ellos el Alcalde de La Paz, Iván Arias, han pedido al Gobierno que declaré estado de excepción a Cochabamba. El Gobierno ha evitado sacar masivamente a militares a despejar las carreteras. Opositores dicen que el Gobierno muestra debilidad para enfrentar el conflicto en medio de una economía en crisis con alzas en el costo de vida y escasez de combustibles.
Morales acusó a su heredero y sucesor Arce de “armar” un caso judicial para sacarlo de la carrera presidencial de 2025. Arce acusa a Morales de “boicotear” su gestión para agravar la crisis por razones “personales” y anunció que su Gobierno no permitirá la impunidad. La pelea entre ambos líderes fracturó al gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) que afronta la peor crisis que amenaza su hegemonía política en 18 años de Gobierno.
Desde Nueva York, el portavoz del Secretario General de la ONU, Stéphane Dujarric, dijo que António Guterres “insta a las partes a actuar con moderación y abstenerse de cualquier acto de violencia”. Al mismo tiempo Guterres ha pedido a los actores políticos resuelvan sus diferencias “por medios pacíficos y con pleno respeto a los derechos humanos”.