México

La gran Valeriana

La ciudad perdida en las Tierras Bajas Mayas: edificios piramidales, juego de pelota…

02/11/2024 - 8:49 am

Con ayuda de la tecnología LiDAR, que a partir de impulsos láser, permite realizar cartografías en terrenos extensos, la organización The Nature Conservancy y miembros de la facultad de Antropología, de la Universidad de North Arizona, en Estados Unidos, llevaron a cabo un monitoreo con fines forestales, con el que lograron descubrir seis mil 674 nuevas estructuras pertenecientes a la civilización Maya, en el estado de Campeche.

Ciudad de México, 2 de noviembre (SinEmbargo).- En la selva de campeche fue descubierto un nuevo sitio arqueológico, con una extensión de 16.6 kilómetros cuadrados, que formó parte de un asentamiento maya, perteneciente al periodo Clásico, así lo dio a conocer un estudio publicado por la revista Antiquity, información que a su vez fue confirmada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

El hallazgo arqueológico fue nombrado Valeriana, en alusión a la cercanía que mantiene con una laguna de agua dulce que lleva el mismo nombre. El asentamiento está ocupado “por vestigios de infraestructura agrícola y estructuras propias de un sitio maya del periodo Clásico (250-900 d.C.)”, detalló el INAH.

Los expertos lograron identificar que Valeriana está compuesta por dos núcleos principales, los cuales cuentan con una con arquitectura monumental. El mayor de ellos lo componen plazas cerradas, las cuales están conectadas por una gran calzada, “edificios piramidales, un juego de pelota, un embalse formado por la represa de un arroyo y un conjunto arquitectónico del tipo conocido como Grupo E”, ahonda el INAH.

Dicho grupo “está asociado con la época preclásica”, lo cual significa “la existencia de una etapa fundacional anterior al año 150 de nuestra era”, destacó el Instituto Nacional de Antropología e Historia. El sitio también revela un estilo arquitectónico y una densidad urbanística similar a la zona de Chactún-Tamchén, así lo consideró Adriana Velázquez Morlet, coautora de la investigación y directora del INAH Campeche.

Este 29 de octubre, la revista Antiquity publicó los resultados del estudio titulado Quedarse sin espacio vacío: lidar ambiental y el abarrotado paisaje antiguo de Campeche, México, en en los cuales se señalan que las pirámides como las de Chichén Itzá o Tikal formarían parte de estas estructuras recién descubiertas.

“Esta ciudad, a la que llamamos Valeriana en honor a una laguna de agua dulce adyacente, abarca dos importantes centros de arquitectura monumental separados por 2 km, unidos por un asentamiento denso continuo y por ingeniería paisajística. El descubrimiento de Valeriana resalta el hecho de que todavía existen importantes lagunas en nuestro conocimiento sobre la existencia o ausencia de grandes sitios dentro de áreas aún no cartografiadas de las Tierras Bajas Mayas”, se explica en el estudio.

Con ayuda de la tecnología LiDAR, que a partir de impulsos láser, permite realizar cartografías en terrenos extensos, la organización The Nature Conservancy y miembros de la facultad de Antropología, de la Universidad de North Arizona, en Estados Unidos, llevaron a cabo un monitoreo con fines forestales, con el que lograron descubrir seis mil 674 nuevas estructuras pertenecientes a la civilización Maya, en el estado de Campeche.

“Los autores presentan su análisis de un conjunto de datos LiDAR ambientales de Campeche, México, que revela un urbanismo no registrado previamente y un asentamiento denso a escala regional. Ambas características, sostienen los autores, son, por lo tanto, demostrablemente ubicuas en las Tierras Bajas Mayas centrales”, señala el estudio.

“Del conjunto de datos obtenidos y puestos a disposición de los autores del artículo referido, para su estudio se seleccionaron 122 kilómetros cuadrados de cobertura LiDAR, dentro de los cuales fue posible identificar 6,479 estructuras, con una densidad de 52.9 elementos arquitectónicos por kilómetro cuadrado”, señaló por su parte el INAH en su comunicado.

Valeriana cuenta con dos bloques, uno cercano a la localidad de Xpujil y a Río Bec, también un sitio arqueológico, en el que se localizaron torres ornamentales, así como un sistema de cuevas que estaría “vinculado a un complejo arquitectónico y estructuras agrícolas”.

“Los bloques de estudio suman un total de 64.1 kilometros cuadrados y se llevaron a cabo en tres áreas: 1) al sur de la ciudad de Xpuhil, cerca del conocido sitio de Río Bec; 2) adyacente a los pueblos de Dos Lagunas y Bel Ha, donde se han reportado varios grupos de patios a lo largo de la carretera; y 3) cerca de la ciudad de Ucum en el extremo norte de Campeche, un área sin sitios reportados”, indica por su parte el estudio.

“El bloque 1, ubicado justo al sur y al este del importante sitio de Río Bec, incluye un ejemplo probable del estilo arquitectónico distintivo de pseudopirámide pareada que toma su nombre de ese sitio”, se agrega en el mismo documento.

En el segundo bloque se identificó que habría estado habitado por una población escasa y de nivel económico “modesto”, ya que cuenta con casas colocadas de manera dispersa y “sin arquitectura monumental”. Además, ese asentamiento contaba “con pocas obras dedicadas al almacenamiento de agua” y “estructuras anulares”, que se utilizaban para la producción de cal, siendo comunes en la región Puuc.

“El Bloque 2 se encuentra directamente sobre el epicentro de una importante área urbana que antes era desconocida para la comunidad científica”, indicó el estudio Quedarse sin espacio vacío: lidar ambiental y el abarrotado paisaje antiguo de Campeche, México.

“Investigaciones previas han mostrado que gran parte del actual estado de Campeche corresponde a un paisaje transformado por antiguos pobladores. Ahora, este estudio muestra que una región poco conocida era también un paisaje urbanizado, con alto grado de variabilidad a escala local, donde poblaciones rurales interactuaban con ciudades de mayor densidad”, señaló Velázquez Morlet.

“Los investigadores del siglo XX tenían razón al afirmar que el interior de Campeche es un paisaje sustancialmente antropogénico. Este y otros análisis recientes dejan claro que esta zona también era, en algunos lugares, un paisaje urbanizado donde las poblaciones rurales se articulaban e interactuaban con ciudades abarrotadas”, concluye por su parte el estudio.

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