La SEP anunció una estrategia para sacar la comida chatarra de las escuelas, una exigencia que personas que defienden el derecho a la salud mantienen desde hace años. Madres de familia, así como comerciantes tienen dudas, mientras que representantes de la sociedad civil destacan la importancia de informar a todos los sectores las ventajas de garantizar espacios libres de ultraprocesados.
Ciudad de México, 2 de noviembre (SinEmbargo).– La Secretaría de Educación Pública (SEP) dio definió marzo de 2025 como plazo para sacar la comida chatarra, refrescos y otras bebidas azucaradas de las escuelas de todos los niveles, pero autoridades educativas ya deben iniciar trabajos para sensibilizar e informar tanto a docentes, estudiantes, así como madres y padres de familia, aseguran desde la sociedad civil, que también resalta la importancia de trabajar en conjunto con comerciantes para que la medida se aplique correctamente.
"Desde ahora ya pueden empezarse a generar estrategias de implementación. Sabemos que costarán más tiempo llevar ciertas acciones que otras, pero ya pueden implementar acciones como la prohibición de los productos chatarra con sellos.
"La estrategia, los lineamientos [de la SEP] sí mencionan la venta fuera de las escuelas, es una recomendación porque la SEP no puede regularla, pero sí menciona que deben hacer sinergia con las autoridades municipales para alejar en ciertos perímetros la venta de este tipo de productos. Además, otra de las acciones que han mencionado es que va a haber sensibilización y campañas para este tipo de vendedores, para hablar de las oportunidades que deberían de tener para poder seguir vendiendo fuera de las escuelas, es cierto que no es una obligación, pero es una recomendación que también tiene que trabajarse paralelamente”, mencionó Liliana Bahena, coordinadora de la campaña Mi Escuela Saludable en El Poder del Consumidor.
En el caso de las cooperativas, y ante las dudas que podría haber sobre qué venderán ahora, recordó que la SEP ha anunciado que se apegarán a recetarios para poder asesorar al personal sobre qué pueden ofrecer y cómo preparar ciertos alimentos.
Desde el 20 de diciembre de 2023, el Presidente Andrés Manuel López Obrador publicó un decreto para reformar la Ley General de Educación e incluir la prohibición de la venta y publicidad de productos no saludables en las escuelas, medidas que fueron aprobadas previamente por unanimidad por las y los diputados y senadores luego de un año y ocho meses de que la iniciativa fue presentada por el Diputado de Morena Armando Contreras.
La SEP tenía 180 días para publicar los lineamientos con los que se implementarían las reformas, el plazo se cumplió en junio de este año, pero fue hasta el 30 de septiembre, el último día de la gestión de Leticia Ramírez como Secretaria de Educación, que la dependencia y la Secretaría de Salud publicaron los lineamientos que las escuelas deberán seguir para preparar y distribuir alimentos y bebidas preparadas, procesadas y a granel, además de fomentar estilos de vida saludables en las escuelas.
El 21 de octubre, el Secretario de Educación Pública, Mario Delgado, presentó la estrategia “Vida saludable en las escuelas”, que contempla el cumplimiento de estos lineamientos para frenar la venta de productos chatarra en las escuelas públicas y privadas de nivel básico, medio superior y superior, una medida que también aplicará en las inmediaciones de las escuelas.
La estrategia fue resumida en seis puntos: 1) Detener o impedir la venta de alimentos ultraprocesados y con bajo valor nutricional en los espacios escolares; 2) Acceso a agua potable; 3) Capacitación a responsables de las cooperativas escolares; 4) Capacitación a docentes y personal educativo; 5) Promover la actividad física; 6) Dar seguimiento a la implementación de los lineamientos.
"Vida Saludable":
Porque Mario Delgado, titular de la SEP, anunció que se prohibirá la venta de alimentos chatarra en las escuelas. pic.twitter.com/X5zYfvwKQG— ¿Por qué es Tendencia? (@porktendencia) October 21, 2024
El Gobierno federal detalló que promueve esta estrategia por los niveles de sobrepeso y obesidad de infancias, adolescencias, y por las enfermedades crónicas relacionadas que presentan cuando crecen, como la diabetes e hipertensión. El Secretario Mario Delgado recordó que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, hay 5.7 millones de estudiantes, entre 5 y 11 años, que tienen problemas de obesidad o sobrepeso, así como 10.4 millones de estudiantes de 12 a 19 años, además, relacionó esta obesidad con el alto consumo de azúcares que provienen de ultraprocesados.
A una semana del anuncio de esta estrategia, en las escuelas, entre padres, madres de familia, así como comerciantes se observan dudas.
Minutos antes de que a las 2:20 de la tarde se abriera la puerta de la primaria “Mtro. Manuel Borja Soriano”, ubicada en la Alcaldía Gustavo A. Madero al norte de la Ciudad de México, para la salida de clases de los niños y niñas, este lunes comerciantes preparaban sus puestos para vender productos coloridos, brillantes y atractivos de Halloween, Día de Muertos, estampas de personajes infantiles y, por supuesto, bolsas de papas fritas, chicharrones, dulces, chocolates y helados.
“A mí no me molesta que estén aquí. Uno tiene el control de cuándo comprarles [a los hijos], no es siempre”, aseguró una madre de familia.
Ni ella ni la otra madre de familia con la que platicaba sabían de la estrategia para prohibir la venta de chatarra dentro y fuera de las escuelas.
–El argumento del Gobierno es que afectan a la salud…–se les comentó a ambas madres.
–¡Ah, claro! Pero depende de cada padre –insistió.
Una comerciante de papas y demás chatarra coincidió: más allá de la oferta, “la decisión final” queda en los padres, madres o familiar que recoja a los menores del colegio.
A lado de su propia hija, la vendedora que acomodaba los productos previo a la venta aseguró que a ella no le gusta que su niña consuma ese tipo de comida procesada y azucarada. También dijo que ya ha escuchado de la nueva prohibición.
Pese a la creencia generalizada de que el consumo de ultraprocesados depende de decisiones personales, desde el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) han destacado que los espacios donde hay más acceso a estos productos ponen en riesgo la salud.
La Unicef también reconoce la importancia de que las infancias y adolescencias crezcan fuera de ambientes obesogénicos, como se conoce a los espacios donde la comida rápida, los alimentos ultraprocesados y las bebidas azucaradas son de fácil disponibilidad, además de la alta exposición a publicidad de estos productos para evitar el aumento en el sobrepeso y obesidad.
Una auditoría realizada en 2020 por la organización El Poder del Consumidor –una de las promotoras del etiquetado frontal de advertencia de alimentos– estima que sólo en un día de escuela las y los estudiantes consumen, en promedio, 550 calorías extras provenientes de productos chatarra.
En 2010 se publicaron Lineamientos Generales para el expendio y distribución de alimentos y bebidas preparados y procesados en las escuelas, estos se hicieron obligatorios en todas las primarias y secundarias desde 2014, pero esos lineamientos no tuvieron seguimiento, es decir, no hubo capacitaciones, monitoreo, ni guías operativas, además, la intromisión de la industria de productos ultraprocesados ha permitido que hasta la fecha se sigan vendiendo a menores de edad.
Por ello, los lineamientos actuales han sido celebrados por las organizaciones civiles que integran la Alianza por la Salud Alimentaria, como la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), porque se homologan con otras políticas vigentes y porque las responsabilidades recaen en las autoridades, no en los padres y madres de familia.
"Los lineamientos actuales no son una actualización de los previos, tienen muchos cambios directos, empiezan a homologarse las políticas con otras tantas: con las Guías Alimentarias, con las recomendaciones actuales del nuevo plato del bien comer, con los etiquetados de advertencia y también con la Ley General de Alimentación adecuada sustentable; entre esas políticas empezarán a hacer sinergias para poder cambiar los sistemas alimentarios.
"Otra de las ventajas es que estos lineamientos fueron realizados sin conflicto de intereses, recarga la responsabilidades a los actores principales que son autoridades educativas, autoridades de salud. Ahora las responsabilidad está muy bien mencionada, que la Secretaría de Educación Pública es la institución líder de implementar este tipo de regulaciones acompañada de la Secretaría de Salud", detalló Liliana Bahena.
De igual forma reconoció que lo más importante será no sólo trabajar en campañas informativas, también en sensibilizar a educadores y familias sobre la importancia de sacar la chatarra de las escuelas, porque mejorará la salud y aportará de forma positiva al aprendizaje.
El Secretario de Educación anunció el 21 de octubre que tienen listo un diplomado preparado por las autoridades de salud, del IMSS e ISSSTE, para que las y los maestros reciban información sobre sana alimentación y vida saludable.
Datos de la iniciativa Mi Escuela Saludable muestran que en el ciclo escolar 2023-2014, en 98 por ciento de 10 mil 760 escuelas monitoreadas a nivel nacional aún se vende comida chatarra, en 73 por ciento de ellas no venden frutas y verduras, mientras que en 75 por ciento no hay bebederos de agua.
Sobre la interferencia de la industria de ultraprocesados, Liliana Bahena recordó que entre las técnicas que emplean está la promoción de ciertos discursos a través de notas o columnas sin argumentos científicos. Recordó que, por ejemplo, desde que se planteó impulsar esta medida, la industria se opuso a su aplicación en las universidades porque ahí ya hay mayores de edad, por lo que pueden tomar sus propias decisiones.
Sin embargo, las organizaciones que defienden el derecho a la salud plantean que las universidades son espacios educativos, de formación ciudadana, y por lo tanto también deben ser protegidos e impedir la presencia de ultraprocesados en todos sus formatos.
"Es un reto y será un reto, pero necesitamos cambiar la norma social. Tenemos normalizado que en universidades, en las preparatorias o las secundarias, porque ya son adolescentes o son muy jóvenes [la comida chatarra] no les va a dañar, pero la norma social tiene que cambiar. Las escuelas son espacios educativos, espacios de formación, el Estado debe proteger esos espacios y una de las acciones de protección es este tipo de regulaciones", planteó la coordinador de Mi Escuela Saludable.
Además de prohibir la venta y distribución de productos ultraprocesados en las escuelas, los nuevos lineamientos de la SEP también abren un panorama a lo que sí se puede consumir en las escuelas, como alimentos tradicionales, frutas y verduras de temporada.