El silencio de Genaro García Luna durante todo su juicio en Estados Unidos sólo ha generado múltiples interrogantes. Ahora, a unos días de que se dicte la sentencia, su decisión de mantenerse callado ha incrementado la incertidumbre sobre lo que realmente hay detrás de su silencio, especialmente considerando su capacidad para manipular la información a su favor, habilidad que precisamente lo catapultó para obtener todo el poder que concentró en los gobiernos de Fox y Calderón.
Ciudad de México, 15 de octubre (SinEmbargo).– Cuando tenía 11 años, Genaro García Luna, el súper policía de Felipe Calderón Hinojosa con vínculos con el crimen organizado, fue reclutado por un grupo de exagentes del Servicio Secreto que lo hizo su “informante”. Precisamente esa misma habilidad para manipular la información que obtenía a partir del espionaje y su facilidad para esparcir rumores lo encumbraron, décadas después, en los gobiernos del PRI, con Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, y le abrieron la puerta a instituciones que le permitieron apoderarse de información que supo utilizar para consolidar su poderío en los dos gobiernos que ha tenido el PAN: el de Vicente Fox Quesada y el de Calderón Hinojosa, quien confió en él su guerra contra el mismo narco al que auxilió desde su posición como Secretario de Seguridad Pública.
Pero no sólo eso, en el Gobierno de Enrique Peña Nieto, aunque no trabajó directamente en la Administración Pública, sí logró que su equipo siguiera operando y con ello siguió con su poder. En ese sexenio peñista, ya como particular, García Luna se benefició con casi 5 mil millones de pesos en contratos del Cisen, organismo de espionaje político.
“Se hizo de su poderío en los gobiernos de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña, es decir, en cinco sexenios”, explicó el periodista de investigación Francisco Cruz en entrevista con SinEmbargo.
Genaro García Luna fue un poderoso Secretario de Seguridad Pública que se formó como policía en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), donde trabajó entre los años 1989 y 1998; ahí se desempeñó como investigador de la Subdirección de Asuntos Extranjeros, jefe del Departamento de Investigación Técnica de la Dirección de Servicios Técnicos, Secretario Técnico del Subcomité para la Prevención del Tráfico de Armas, Explosivos y Municiones; coordinador de la Unidad de Investigación de Terrorismo y subdirector de la Dirección de Protección, bajo las órdenes del Almirante Wilfrido Robledo Madrid, a quien señalan como su padrino y protector .
Pero el que haya operado durante décadas las labores de inteligencia del Estado de mexicano, y que haya colaborado estrechamente con agencias de inteligencia estadounidenses, no significó que durante el juicio que se le siguió en Estados Unidos haya accedido a volverse un testigo protegido, como muchos analistas consideraron que podría hacer, y en su lugar guardó silencio sobre lo que ocurrió en aquellos años de la lucha contra el narcotráfico, una época en la que Felipe Calderón fue advertido en distintas ocasiones por los nexos de su Secretario con el narcotráfico. De hecho, quienes lo alertaron por esto fueron perseguidos. Es el caso del General Tomás Ángeles Dauahare y de Javier Herrera Valles, quien fue Coordinador de Seguridad Regional de la Policía Federal.
Los motivos por los que Genaro García Luna ha guardado silencio y no ha aceptado negociar con la Fiscalía en su proceso penal en Brooklyn, Nueva York, ante la Corte del implacable Juez Brian Cogan —el mismo que sentenció a Joaquín «El Chapo» Guzmán— siguen siendo un misterio.
Consultados al respecto, expertos en crimen organizado y periodistas que han escrito libros sobre Genaro García Luna, ofrecieron distintas perspectivas y posibles explicaciones.
El periodista Francisco Cruz consideró que la razón principal podría estar relacionada con la seguridad de su familia. De acuerdo con Cruz, García Luna ha observado otros casos y tal vez piense que, aunque Estados Unidos le ofrezca protección, esta sería temporal y no garantiza nada a largo plazo, pues en ese país también existe la corrupción.
“Los jefes de la mafia, los cárteles del narcotráfico tienen códigos, el primer código es el de defender a la familia y Genaro García Luna tiene una familia; tiene dos hijos y una esposa, Cristina Pereira Gálvez, que es su cómplice, no lo digo ahora, lo he afirmado siempre. Él sabe que si habla, a los primeros que va a condenar son a sus hijos, a su hija a su hijo, y a su esposa, y Genaro García Luna ya tiene el ejemplo de lo que le pasa a los delatores”, explicó el especialista.
Francisco Cruz expuso que existe el precedente de Guillermo González Calderoni, un poderoso policía durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, quien intentó controlar varios cárteles de drogas, pero que terminó entregándose como testigo cooperante en Estados Unidos tras la caída del gobierno de Salinas. Aunque inicialmente fue protegido por la DEA y el Departamento de Justicia, fue asesinado en McAllen, Texas. Para Francisco por lo mismo Cruz García Luna es consciente de este destino y sabe que, aunque Estados Unidos lo proteja, no hay garantías de seguridad permanente.
Además, Cruz destacó Genaro García Luna, al haber sido parte de los entramados de poder y crimen en México, tiene mucho que perder si decide revelar información, ya que no solo se enfrentaría a la justicia de Estados Unidos, sino que se convertiría en un objetivo para las mafias en México, las cuales, según Cruz, son tan poderosas como el propio gobierno estadounidense.
“Finalmente, la justicia de Estados Unidos tiene corrupción, tiene intereses, y Genaro García Luna va a tener que vivir huyendo toda su vida. Pero te digo, no era de él. A él lo matan y ya, pero tiene una familia, y los códigos de la mafia son muy precisos: hay que proteger a la familia. Entonces, Genaro va a tener que ser muy cuidadoso porque, todavía, incluso estando preso y estando condenado, puede protegerse, pero va a tener que ser muy cuidadosos, primero con lo que tiene y luego con la forma en que pudieran negociar”.
El periodista señaló que incluso, habría que ver si ya estando en una prisión de máxima seguridad eso “ablanda” a García Luna y coopera; sin embargo, de acuerdo con lo expresado por el periodista, García Luna está atrapado en una red de intereses y poder, y las «mafias mexicanas», entre las que menciona a las de Calderón, Fox, Peña Nieto, Zedillo y Salinas.
“Yo quiero ver a Genaro ya en una celda de máxima seguridad como en la que está ‘El Chapo’ Guzmán a ver si no lo ablanda, pero te digo hay que esperar, […] porque si habla, eventualmente se va a convertir en un blanco de las mafias y las mafias en México son tan poderosas como Estados Unidos: la mafia de Calderón, Fox, Peña y Zedilla. Son mafias poderosas y no es que los vaya a delatar él y ya, son mafias enteras y si él habla, eventualmente alguien lo va a cazar”, indicó.
Y reiteró: “Desde 2019 he dicho que no es tan fácil que él vaya a hablar porque, aunque sí toda la información de este país, incluso de seguridad nacional, el problema es que tiene mucho que perder, él lo sabe».
Por su parte, Guadalupe Correa Cabrera, Profesora-investigadora de Política y Gobierno, especialista en temas de seguridad, estudios fronterizos y relaciones México-Estados, considera que tal vez no existan suficientes pruebas como para que García Luna se sienta obligado a cooperar.
Explicó que la posible falta de pruebas materiales que vinculen a García Luna con el Cártel de Sinaloa podría haber influido en su decisión de no cooperar con las autoridades estadounidenses. La académica aclaró que esto no significa que García Luna fuera inocente, sino que solamente quizá no existían pruebas concluyentes para avalar esas conexiones.
“Yo podría pensar que una de dos: o Genaro García Luna tenía información que vinculaba a las autoridades estadounidenses, pero tampoco las presentó él, o realmente pensaba que estaba vinculado a la corrupción en México y no había pruebas que lo incriminaran materialmente, y él estaba esperando que de alguna forma se abriera la información, de que no existían las pruebas materiales, las cuales nunca se presentaron. Yo no estoy diciendo que él haya sido inocente, pero tal vez no había pruebas que avalaran estas relaciones del cártel de Sinaloa con él, o él sabía de otras personalidades, pero tampoco dijo nada».
La experta también dejó abierta la posibilidad de que García Luna hubiera conocido detalles sobre otras personalidades involucradas, pero optó por no revelarlos, lo que agrega un nivel de incertidumbre sobre lo que sucedió en su proceso.
“Es difícil saber (que pasó) porque hay cosas tras bambalinas que no sabemos. Realmente él tomó una decisión que no nos esperábamos porque sabíamos todos que, si él decidía irse a juicio, iba a terminar juzgado como terminó. ¿Por qué lo hizo? Quizás porque sabía que no estaba relacionado, no sé. Eso es una pregunta, y esto es una hipótesis simplemente”, señaló.
Por su parte, Ricardo Ravelo, periodista también especializado en crimen organizado, destacó que no hay que descartar que García Luna podría estar esperando ver qué tipo de sentencia recibirá. Si la condena es corta, podría decidir cumplirla sin negociar; sin embargo, si es cadena perpetua, aún tendría la posibilidad de buscar un acuerdo en la fase posterior a la sentencia.
“Él ha guardado silencio, es más, ni siquiera en el juicio, cuando le concedieron la palabra, quiso hablar. Sin embargo, esto no quiere decir que no lo vaya a hacer en algún momento. Es decir, estamos en vísperas de conocer la sentencia. Se habla de que pueden ser 20 años o, en el peor de los casos, le pueden imponer una cadena perpetua. Yo creo que va a depender mucho de la sentencia para que él pueda decidirse a colaborar. Todavía puede hacerlo, incluso sentenciado, ya que la posibilidad de cooperar con Estados Unidos se mantiene abierta”, expresó el especialista.
El pasado 1 de octubre, se postergó, por quinta ocasión, la audiencia para dictar sentencia al exsecretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón Hinojosa, Genaro García Luna, quien fue declarado culpable en 2023 en la Corte del Distrito Este de Brooklyn, Nueva York, por cinco cargos relacionados con narcotráfico. La nueva fecha para la sentencia se fijó para el próximo 16 de octubre.
García Luna fue procesado por sus presuntos vínculos con el narcotráfico, basados en testimonios como el de Jesús “El Rey” Zambada, hermano de “El Mayo”, quien afirmó haberle entregado cinco millones de dólares en 2006, cuando asumió el cargo de Secretario de Seguridad Pública bajo el gobierno de Calderón. El exfuncionario ha negado cualquier relación con grupos delictivos y, a finales de 2023, solicitó la reposición del juicio alegando presuntas irregularidades en el proceso, específicamente entre los fiscales y los testigos clave. Durante su juicio, García Luna decidió no testificar para evitar lo que, según su abogado, podría haber sido un riesgo o un espectáculo mediático.
El 13 de septiembre salió a la luz una carta escrita por García Luna, en la que el exsecretario de Seguridad argumenta que la Fiscalía de Nueva York le ofreció un acuerdo para declararse culpable de delitos vinculados al narcotráfico, a cambio de solo seis meses de prisión y ciertos beneficios económicos. García Luna sostiene en su misiva que dicho acuerdo no pretendía incriminar a delincuentes o narcotraficantes, ya que, de ser así, “no era necesaria mi detención”. Añadió: “Evidentemente no acepté y la reacción fue explosiva».
García Luna también denunció que durante su juicio no se presentó “una sola prueba o evidencia” que acreditara los delitos por los que un jurado lo declaró culpable en febrero de 2023. Además, afirmó que, tras una exhaustiva auditoría fiscal y financiera que abarcó su patrimonio desde 2012, el juez responsable de su caso en Brooklyn determinó que no había “un solo dólar” en su patrimonio vinculado al narcotráfico o a los delitos que se le imputan.
La sentencia de García Luna, que será emitida por Brian Cogan, juez de la Corte Federal del Distrito Este de Brooklyn, podría implicar una condena a cadena perpetua o una sentencia mínima de 20 años de prisión. El pasado 25 de septiembre, el abogado César de Castro, quien lidera la defensa de García Luna, solicitó al juez Cogan que impusiera una condena máxima de 20 años de prisión, en lugar de la cadena perpetua solicitada por los fiscales la semana anterior.
“Este Tribunal debería condenar a Genaro García Luna a veinte años de prisión. Veinte años de prisión es una sentencia extremadamente significativa y prolongada”, señala la petición firmada por De Castro. “Una sentencia de veinte años representaría la duración aproximada de toda la carrera del Sr. García Luna como servidor público del Gobierno mexicano”.