El pasado 10 de octubre, Ariel Rodríguez Kuri publicó en Nexos un texto titulado "Los intelectuales públicos y la pastoral democrática", en el cual realiza una crítica el accionar de este grupo y les propone un plan de seis puntos para reorganizarse.
Ciudad de México, 11 de octubre (SinEmbargo).- El historiador Ariel Rodríguez Kuri aseguró que los grupos intelectuales en México necesitan formar un nuevo partido político, o en su caso, intentar reformar a Acción Nacional (PAN) o al Revolucionario Institucional (PRI) para formar una oposición de peso.
En entrevista con "Los Periodistas", programa que se transmite a través del canal de SinEmbargo Al Aire, el también profesor e investigador de El Colegio de México señaló que luego de las últimas derrotas electorales, en donde no lograron competir con Morena, pareciera que la oposición se ha quedado sin partidos políticos.
"Parece que la oposición se quedó sin partidos políticos. Yo creo que si somos responsables todos, y sobre todo los intelectuales públicos, me parece que lo que tienen que hacer es formar un partido político, o bien, yo no sé cómo le harían, reformar al PRI y al PAN".
El académico señaló que estos intelectuales como Enrique Krauze y Héctor Aguilar Camín no cuentan actualmente con esa fuerza política opositora necesaria que requiere el país.
"Quisieran hacer política pero no tienen el vehículo para hacer política. Salen en la tele, salen en las redes, pero no tienen la potencia de la política opositora que este país necesita en estos momentos. La oposición requiere una nueva fundación".
Rodríguez Kuri mencionó que la oposición debe revisar si su presente le alcanza para generar un frente que presente un proyecto de nación alterno al de la llamada Cuarta Transformación.
"¿Puede presentarse una nueva política a partir de lo que significa hoy por hoy el PAN, pero sobre todo el PRI? ¿Alcanza para generar un polo opositor o se va a tener que recurrir a otro tipo de militancia? Lo que yo sostengo es que para hacer toda esta operación política ya se necesita también un punto desadroctinario, no solamente fáctico de parte de los intelectuales públicos, qué tipo de partido quieren, con qué programa quieren, entendiendo con qué cosa de la democracia mexicana".
El pasado 10 de octubre, Ariel Rodríguez Kuri publicó en Nexos un texto titulado "Los intelectuales públicos y la pastoral democrática", en el cual realiza una crítica el accionar de los grupos intelectuales y les propone un plan de seis puntos para reorganizarse.
Al respecto, el historiador señaló que su texto no tiene la intención de regañar a nadie, sino de generar un pensamiento crítico y dejar de lado una política reactiva que se base en artículos semanales.
"El compromiso que falta es difundir ese mensaje. Mi preocupación es que el mensaje siga llegando a la sociedad pero con ese tono de amargura e impotencia, yo creo que no, yo creo que la política tiene soluciones, no es mágica, pero hay que mostrarlo al público e ir a otro nivel de organización, conformación de una doctrina ideológica, conformación de una doctrina sobre el estado mexicano. Hay que generar un pensamiento al respecto y no esta política reactiva de un artículo semanal de ‘estoy muy enojado con lo que hacía López Obrador y ahora estoy muy enojado con lo que hace Claudia Sheinbaum’. Ya no da la realidad para votarse en eso, está muy bien que sean opositores, pero hay que hacer unas propuestas muy ambiciosa. Se podrá decir lo que sea de López Obrador pero sacó un partido de la nada y es un partido hegemónico en menos de 10 años".
El académico definió a la democracia como un proceso que "está en obra negra". Señaló que no hay un modelo democrático que no tenga sus puntos oscuros o no tenga puntos vulnerables.
"Me parece que la democracia se define, mas que por sus fortalezas, por sus propias debilidades que puede autocorregir", dijo.
Ariel Rodríguez Kuri mencionó que a partir de la idea de que la democracia es una pirámide se comenten muchos errores cognitivos a la hora de analizarla y criticarla.
"Uno de los principales errores en México es suponer que la democracia en principio une, es una tecnología para administrar la diferencia, no parte de la unidad absoluta d ella sociedad, sino parte de sus diferencias y nosotros tendemos a pensar que la democracia solamente funciona cuando está antecedida por el consenso, no, la democracia genera consensos después de reconocer que existe el conflicto. Mi crítica a los intelectuales es que quieren partir del consenso para llegar otra vez al consenso, eso no se puede porque no es democrático, pero sobre todo no es histórico".
Finalmente, el historiador aseguró que aún están muy fetichizados ciertos elementos importantes de la transición, los cuales los conservadores se niegan a mover.
"Yo he hecho casi como acusación que los intelectuales públicos no quieren cambiar el régimen presidencial porque están esperando al Presidente bueno, su último candidato fue Xóchitl, no sé si va a llegar el Presidente bueno, lo que tenemos que cambiar es el régimen político".