María Zajarova, portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, dijo que quien haya organizado el ataque parece buscar una confrontación armada a gran escala en Medio Oriente.
MADRID, 18 Sep. (EUROPA PRESS) - El Gobierno de Rusia tildó el miércoles de "acto de terrorismo" la explosión de miles de bípers supuestamente usados por miembros del partido-milicia chií Hezbollah en el Líbano, atribuidas a Israel y que dejaron cerca de diez muertos y más de dos mil 800 heridos, y recalcó que "se trata de un nuevo acto de guerra híbrida" contra el país.
"Parece que los organizadores de este ataque de alta tecnología buscaban deliberadamente una confrontación armada a gran escala, en un intento por provocar una guerra en Medio Oriente", dijo la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajarova, a través de un mensaje en su cuenta en Telegram.
"Condenamos firmemente este ataque sin precedentes contra el amigo Líbano y sus ciudadanos. Constituye una grave violación de su soberanía y un desafío grave al Derecho Internacional a través del uso de armas no convencionales", manifestó, antes de alertar que "estas acciones irresponsables contienen consecuencias extremadamente peligrosas".
Así, subrayó que "es necesario llevar a cabo una investigación exhaustiva" y "llevar a los responsables ante la justicia" para "evitar que otro acto de terrorismo sea metido debajo de la alfombra, igual que intentan hacer los países occidentales con la investigación sobre las explosiones en el gasoducto Nord Stream".
"Pedimos a todas las partes implicadas que muestren contención y eviten pasos que amenacen con una mayor desestabilización de la situación político-militar en Medio Oriente", comentó Zajarova, tras las acusaciones por parte del Líbano y Hezbollah contra Israel, incluidas las amenazas del grupo sobre una respuesta.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, advirtió que lo sucedido "lleva a un aumento de las tensiones". "La región está en un estado explosivo, por lo que cada incidente puede provocar que la situación quede fuera de control", argumentó, según informó la agencia rusa de noticias Interfax.
"De cara a hacer valoraciones, debemos entender primero la situación", manifestó Peskov, quien pidió una "investigación exhaustiva". "Los que están detrás de la explosión en masa de dispositivos de comunicación deben ser investigados", señaló, al tiempo que apuntó que "especialistas deben estudiar el caso para adoptar medidas de cara a eliminar riesgos similares en otros lugares".
Si bien las explosiones habían sido atribuidas en un principio a un ataque informático, funcionarios estadounidenses confirmaron al diario The New York Times que la Inteligencia israelí había logrado ocultar material explosivo dentro de un nuevo lote de unos tres mil bípers importados al Líbano.
A estos aparatos se les introdujo material explosivo de entre 30 y 60 gramos junto a la batería de cada bíper y un sistema que podía activarse de forma remota para la detonación a su llegada a territorio libanés, tras lo que Hezbollah los distribuyó entre sus miembros en el Líbano, Siria e incluso Irán.
Todos estos bípers que estaban encendidos recibieron un mensaje a las 15:30 horas (hora local) que acabó activando los explosivos tras un pitido de notificación de varios segundos. Si bien se cree que muchas de las víctimas son miembros de Hezbollah, entre los fallecidos hay una niña y se desconoce cuántas de ellas son realmente integrantes de la formación y en qué cargos operan.