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Jacobo Hurwitz, el hombre de Stalin en AL que atentó contra un Presidente mexicano

07/09/2024 - 10:00 am

El escritor y periodista peruano Hugo Coya habló con SinEmbargo sobre su más reciente novela en la cual cuenta una historia que yace en el olvido: el atentado contra el Presidente mexicano Pascual Ortiz Rubio, perpetrado durante el maximato por un comunista peruano considerado como el hombre de Stalin en América Latina.

Ciudad de México, 7 de septiembre (SinEmbargo).– “El hombre del comunismo”, “el hombre de Stalin en América Latina” y” el hombre de las mil máscaras”, son algunos de los apodos que recibió Jacobo Hurwitz en la prensa mexicana de los años 30 cuando fue detenido cuando atentó contra el Presidente mexicano Pascual Ortíz Rubio el mismo día de su toma de protesta, un acontecimiento histórico que es recuperado y narrado por el escritor y periodista peruano Hugo Coya en su libro El espía continental (Martínez Roca).

“Este señor era el hombre del comunismo, el hombre de Stalin en América Latina en ese periodo, era el estratega que trataba en lo posible de pasar desapercibido, cuando se revelan muchas de las acciones, de las tareas o misiones que se le daban. Es la prensa mexicana la que lo bautiza como el espía continental, o sea, este título del libro lo he heredado de la propia prensa mexicana de la época; el hombre de las mil máscaras. Hay una serie de apodos, de epítetos que nos indican a este Jacobo Hurwitz”, comentó Coya en entrevista con SinEmbargo.

Hugo Coya narró cómo estaba haciendo la investigación de Ludovico Hurwitz, hermano de Jacobo, sobre cómo fue la última persona fusilada en la Torre de Londres durante la Primera Guerra Mundial. Este relato lo capturó en su novela El último en la torre (Planeta). “Yo soy periodista de formación, además de que ejerzo el periodismo, y entrevistaba a la sobrina de Ludovico Hurwitz, Anita Hurwitz, que dicho sea de paso es mexicana y nació acá en la Ciudad de México, es una señora muy mayor, tiene este don que tiene las abuelitas, de guardar estos baúles viejos con recortes con una serie de informaciones”.

Fue ahí que conoció la historia del padre de Anita Hurwizt: Jacobo Hurwitz, cuya historia no se había contado debidamente. “Si tú revisas en Internet vas a encontrar muy poca información sobre este Jacobo Hurwitz, por ahí hay un Wikipedia, por ahí alguna investigación que se ha hecho, creo que la UNAM hizo alguna investigación, pero muy limitada”.

Coya expresó cómo la gente de Plutarco Elías Calles, quien de facto era el que tenía las riendas del poder en México, y la gente de Ortiz Rubio, el Presidente, determinan que alguien quiere desestabilizar al Gobierno mexicano e imponer el comunismo, “y acá este señor Hurwitz es uno de los cerebros, es una de las personas que tiene que estar detrás y tiene que contarnos quiénes son sus cómplices y por eso lo torturan, lo llevan a Islas Marías y ahí el destino se encarga de unir a Hurwitz con José Revueltas”.

“Revueltas conoce a Jacobo Hurwitz cuando él tenía 16-17 años, o sea, es su segundo encarcelamiento, cuando los llevan a Isla Marías, y es su compañero de celda, se convierte en su amigo y de alguna manera en una guía, Revueltas todavía no había escrito Los muros del agua, recién estaba haciendo sus pinitos en la escritura y, además, todavía no tenía esta sólida formación ideológica, que luego él demuestra a lo largo de su vida, y Hurwitz tampoco es que fuera muy mayor, era una persona de treinta y tantos años y que estaba ahí, de 29 a treinta y tantos años, ya había tenido varios pasajes de persecuciones, de exilio, de vínculos con los líderes comunistas, ya estaba vinculado a la línea más dura del estalinismo, Stalin lo veía, o los jerarcas rusos lo veían a él como un líder potencial del comunismo en América Latina, entonces, se encuentra con este Revueltas joven, recibe información y, evidentemente, en la cárcel, lo que sobra es tiempo. Yo intuyo, a partir de las investigaciones que yo he hecho, entrevistas a personas, revisión de recortes, de archivos acá en México y también en el Perú, es que ha influido muchísimo en el pensamiento inicial de Revueltas, Jacobo Hurwitz”.

—¿Cómo se diluye en la historia un acontecimiento como un atentado contra un Presidente, Hugo, qué pasa ahí? —se le preguntó.

​​—Muchas veces las verdades oficiales esconden grandes mentiras, y el primer indiciado (por el atentado) fue Daniel Flores, un católico fervoroso que, además, muere muy temprano, extrañamente, que no permite, además, dilucidar claramente su participación, se le acusa de haber sido el autor del asesinato, del intento de asesinato al Presidente Ortiz Rubio, pero fuera de todo eso, hay que recordar que en ese momento quien tenía la ridenda del país, de México, era el General Calles, entonces, Calles y toda la gente, los secretarios y todo el grupo que rodeaban a Ortiz Rubio, de alguna manera llegan al convencimiento de que esto no podía haber sido producto de una sola persona, acá tenía que haber un complot internacional, porque atentar contra el Presidente de México nada menos el día que protesta, no es una cosa menor, entonces, la conclusión a la cual se llega, es ‘aquí hay un complot internacional y quienes están detrás de ese complot internacional son los rusos, son los comunistas y quieren desestabilizar mi Gobierno, quieren desestabilizar el país.

Hugo Coya platicó, en ese sentido, cómo México es un país muy importante políticamente, geopolíticamente, una referencia para todo el resto de latinoamericanos, y lo que suceda en el país tiene una repercusión inmediata sobre los otros países latinoamericanos. “Por eso es que estas dos superpotencias, Estados Unidos y Rusia, obviamente siempre han querido influir en la política mexicana, siempre han querido tener un control sobre la política mexicana y más en este periodo de enfrentamiento entre rusos y Estados Unidos, entre ambas potencias, entonces, lógicamente no es descabellado que durante todos esos periodos, además, de mucha convulsión para la historia mexicana, había terminado la Revolución Mexicana, vino la guerra cristera y luego una serie de caudillos militares que tomaban el control, había discusiones, denuncias de fraude, muchas eran hechos reales pero también detrás de todo eso había estos intereses de esta, sin ánimo de volverse, de decir que todo es fruto de una conspiración internacional, mucho de los hechos ocurrían porque evidentemente había mucha inestabilidad política, pero esa inestabilidad, en algunos casos, no era gratuita”.

Obed Rosas
Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM. Estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras.
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