La audaz operación en Kursk es el ataque más grande a Rusia desde la II Guerra Mundial, y podría implicar hasta a 10 mil efectivos ucranianos respaldados por blindados y artillería, según analistas.
Por Illia Nokikov y Emma Burrrows
KIEV, Ucrania (AP).— Las fuerzas ucranianas continuaron este miércoles con su gran incursión transfronteriza en la región rusa de Kursk por segunda semana y afirmaron haber tomado más terreno, capturado más prisioneros rusos y destruido un bombardero.
Desde el inicio de la jornada, las tropas de asalto habían avanzado entre uno y dos kilómetros en algunas zonas de Kursk, según el comandante del ejército ucraniano, Oleksandr Syrskyi, en un video compartido por el canal de Telegram del Presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.
Las tropas ucranianas también habían tomado como prisioneros a más de 100 soldados rusos este miércoles, aseguró Syrskyi. Zelenski afirmó que se utilizarían para intercambiarlos por prisioneros de guerra ucranianos.
El Estado Mayor de Ucrania añadió que las tropas desplegadas en Kursk habían destruido un avión ruso Su-34 utilizado para lanzar devastadoras bombas planeadoras contra ciudades y posiciones ucranianas en el frente.
La inesperada entrada de tropas rusas en territorio ruso que comenzó el 6 de agosto ha remecido al Kremlin. La audaz operación en Kursk es el ataque más grande a Rusia desde la II Guerra Mundial, y podría implicar hasta a 10 mil efectivos ucranianos respaldados por blindados y artillería, según analistas. El sábado pasado se declaró la situación de emergencia en Kursk.
Un vocero del Ministerio ucraniano de Exteriores dijo el martes que Kiev no tiene intención de ocupar el territorio ruso que dice controlar. El objetivo es impedir que Rusia lance misiles a Ucrania desde Kursk, añadió.
Por su parte, la región rusa de Belgorod declaró una emergencia el miércoles ante el intenso fuego de proyectiles de fuerzas ucranianas. Kursk había declarado una situación de emergencia el pasado sábado.
La situación era “extremadamente difícil y tensa”, apuntó el Gobernador de Belgorod, Vyacheslav Gladkov, mientras los ataques destruían viviendas y causaban bajas civiles, lo que inquietaba a la población local.
Había un esfuerzo para llevar en particular a los niños a lugares seguros, comentó en su canal de Telegram, y unos cinco mil menores estaban en campamentos en zonas seguras. Unas 11 mil personas habían huido de sus hogares el día anterior, de las que unas mil estaban en centros temporales de alojamiento, añadió.
No estaba claro cómo, cuándo o siquiera, si Ucrania pensaba sacar sus tropas del territorio tomado. El ejército ucraniano afirma controlar 74 poblaciones, que se cree son pueblos o aldeas, en la región de Kursk. Las autoridades rusas dicen que más de 100 mil personas han sido evacuadas, la mayoría de Kursk.
La televisora ucraniana 1+1 TV publicó un reporte en video el martes que señaló, según procedía de Sudzha, una población rusa a unos 10 kilómetros de la frontera.
El reporte mostraba columnas militares rusas quemadas en carreteras en la zona, así como soldados ucranianos entregando ayuda humanitaria a residentes locales y arriando banderas rusas de un edificio administrativo.
La cuestión para Rusia es si sacar tropas del frente en la región ucraniana de Donetsk, donde ahora mismo conseguir un avance significativo es un objetivo bélico crucial para el Kremlin, para defender Kursk e impedir que la incursión vaya a más.
El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, indicó el martes que los acontecimientos en Rusia “crean un auténtico dilema” para el Presidente de Rusia, Vladímir Putin. Biden declinó hacer más comentarios sobre la operación secreta hasta que haya terminado.
El Instituto para el Estudio de la Guerra, un centro de estudios de Washington, subrayó que es improbable que la incursión cambie la dinámica de la guerra.
“Es probable que las autoridades rusas sigan siendo extremadamente contrarias a sacar unidades militares rusas que combaten de (Donetsk) y probablemente seguirán desplegando números limitados de fuerzas irregulares en Kursk (...) dados los reparos sobre frenar más el ritmo de las operaciones rusas en estas direcciones de más prioridad”, indicó el centro el martes por la noche.
Como poco, la operación ha avergonzado al Kremlin y conmocionado a civiles rusos.
Una mujer en Belgorod manifestó a The Associated Press el martes que los proyectiles ucranianos habían sido más intensos durante unos 10 días hasta el lunes, cuando se produjo un receso.
El número de personas en Belgorod que apoyan abiertamente la guerra ha descendido tras el incremento de los ataques ucranianos, agregó la mujer, que habló bajo condición de anonimato por motivos de seguridad.
“Cuando comenzaron las explosiones cerca de la ciudad, cuando murió gente, y cuando empezó a pasar todo esto ante nuestros ojos (...) y cuando afectó personalmente a la gente, al menos dejaron de apoyar abiertamente" la guerra, reconoció la mujer.
Zelenski expuso que la operación de Kursk también pretende subir la moral del país tras 900 días de guerra y motivar a la gente con una declaración firme sobre la capacidad militar ucraniana.
“Ahora todos nosotros en Ucrania actuamos de forma tan unida y eficiente como hicimos en las primeras semanas y meses de esta guerra, cuando Ucrania tomó la iniciativa y comenzó a dar la vuelta a la situación en beneficio de nuestro estado”, afirmó en su mensaje vespertino del martes.
“Ahora hemos hecho exactamente lo mismo: hemos demostrado una vez más que nosotros, los ucranianos, somos capaces de alcanzar nuestros objetivos en cualquier situación, capaces de defender nuestros intereses y nuestra independencia”, aseveró.
El Ministerio ruso de Defensa informó el miércoles que había destruido 117 drones ucranianos y cuatro misiles en ocho de sus regiones durante la noche.