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Alejandro Calvillo

10/08/2024 - 12:05 am

Le llueve a Coca-Cola en los Olímpicos

De esto estamos hablando: de productos que debemos entender como causantes de todos estos daños, más allá de la normalización de su consumo y de que sean los principales patrocinadores de los Juegos Olímpicos, el evento deportivo por excelencia.

Campañas internacionales de firmas, organizaciones no gubernamentales francesas y comentarios en revistas científicas exigen al Comité Olímpico Internacional romper sus acuerdos de patrocinio con Coca-Cola, tal como en el pasado lo hizo con McDonald’s. Argumentan que este producto representa una amenaza para la salud y el medio ambiente y no debería permitírsele utilizar la plataforma del magno evento deportivo para publicitar, a escala global, un producto con graves efectos negativos en la salud y el medio ambiente.

Se trata de un producto que organismos internacionales de Naciones Unidas especializados en salud, como la Organización Mundial de la Salud, y en protección de la infancia, como el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, recomiendan no consumir y regular su publicidad, ya que se identifica como una de las principales causas de las epidemias globales de sobrepeso, obesidad y diabetes.

El Gobierno francés había prometido que estos serían los Juegos Olímpicos “más verdes” y que, entre otras cosas, se reduciría la producción de plásticos de un solo uso. También había anunciado que serían los Olímpicos con alimentos más saludables y sustentables, basados en su buena cocina y productos regionales, así como en el compromiso de Francia frente al cambio climático. Sin embargo, no ha sido así, y el público lo está reclamando. El acuerdo del COI con Coca-Cola ha puesto en entredicho estos compromisos.

Coca-Cola, en una actitud “bizarra”, según lo han declarado organizaciones francesas, no sólo no ha reducido el uso de envases plásticos, sino que los ha duplicado durante los Olímpicos en París. De manera totalmente absurda e incoherente, ha entregado a los consumidores copas de plástico reutilizables, que luego llenan con sus bebidas provenientes de botellas de plástico. Es decir, se han duplicado los plásticos: de una botella de plástico de sus bebidas se llena una copa de plástico que los asistentes a los Juegos Olímpicos podrán reutilizar. Se menciona una cantidad de 13 millones de vasos de plástico reutilizables, a los que hay que sumar una cantidad similar o mayor de botellas de plástico utilizadas para rellenar esos vasos.

La pregunta general es: ¿por qué no se establecieron bebederos en todos los espacios destinados a las competencias? La organización Zero Waste France señala: “Tomar una botella de plástico y servirla en un vaso de plástico reutilizable no es nuestra visión de cero plásticos… Esto no sólo choca con nuestra organización, también choca con la ciudadanía, que está denunciando esto en las redes”. La empresa ha prometido que reciclará todas las botellas de plástico utilizadas en los Olímpicos. Sin embargo, las organizaciones denuncian que el reciclaje es un procedimiento intensivo en el uso de energía y recursos, y que se limita a unas pocas ocasiones, ya que el plástico se degrada, lo cual no es una solución. Por otro lado, Coca-Cola argumenta que su vaso es sustentable porque se puede volver a usar, cuando en realidad el reuso de estos productos es limitado y terminarán en la basura. Todo el impacto plástico que se genera es para darse unos cuantos tragos. ¿Es necesario generar todos esos impactos como consecuencia de la necesidad de hidratarnos? ¿Acaso la gran inversión en los espacios donde se desarrollan las competencias no podría haber incluido bebederos y dispensarios de agua?

Por su parte, una de las revistas médicas más importantes, el British Medical Journal, publicó recientemente una carta firmada por expertos internacionales en nutrición y salud pública, dirigida al Comité Olímpico Internacional, titulada “Acabemos con el patrocinio corporativo de eventos deportivos”, señalando que:

“La obesidad es una de las principales pandemias mundiales. Sabemos que las bebidas azucaradas son uno de los principales vectores de la obesidad. Debemos adoptar medidas sanitarias de protección en los megaeventos deportivos. En futuros torneos, las promociones deben seguir las directrices de la OMS para fomentar las opciones de alimentos y bebidas saludables, con estrategias de precios y adquisición de alimentos equivalentes. Deben promover únicamente alimentos y bebidas que se alineen con estilos de vida saludables y el atletismo, y fomentar oportunidades y asociaciones con organizaciones que mejoren la salud, al tiempo que abordan el riesgo de influencia corporativa indebida”.

Y no solo es el British Medical Journal. También, y de última hora, al escribir estas líneas, me llega la editorial de otra de las más destacadas revistas científicas, The Lancet, titulada “Juegos Olímpicos 2024: acabar con la hipocresía sanitaria”, que, entre otras cosas, dice:

“Al ver el logotipo de Coca-Cola junto a las promesas del COI de fomentar la actividad física, uno no puede evitar ver a los Juegos como cooptados por una narrativa de la industria que ha minimizado la importancia de la dieta para la salud y, en cambio, pone el único énfasis en el ejercicio. Del mismo modo, es imposible cuadrar las promesas del COI en materia de salud con la destacada asociación del Juego con AB InBev, la cervecera más grande del mundo”.

Y no queda ahí la lluvia sobre Coca-Cola. La campaña “Saquemos las bebidas endulzadas del deporte”, dirigida a que el Comité Olímpico Internacional termine su relación con Coca-Cola, se acerca a las 150 mil firmas y cuenta como promoventes a algunas de las organizaciones independientes en salud más prestigiosas del mundo, como el World Cancer Research Fund, la World Obesity Federation, la World Public Health Nutrition Association y la NCD Alliance, entre muchas otras instituciones de renombre.

La presión sobre Coca-Cola continúa, y la evidencia científica se acumula. En el propio British Medical Journal, coincidiendo con los Juegos Olímpicos y el hecho de que Coca-Cola es el principal patrocinador, se publica un artículo científico titulado: “Consumo de bebidas azucaradas en niños y adolescentes en 185 países entre 1990 y 2018”, realizado por 11 expertos internacionales como parte del Global Dietary Database (Base de datos global de dieta). De acuerdo con el estudio, recién publicado, el consumo de estas bebidas aumentó alrededor de un 25% en ese periodo, señalando que “entre los 25 países con la mayor población en el mundo de niños y adolescentes, las mayores ingestas fueron en México, seguido de Uganda, Pakistán, Sudáfrica y los Estados Unidos”.

Cito el estudio para entender la dimensión del problema: “El consumo de bebidas azucaradas aumenta el riesgo de obesidad en niños y adolescentes. Esto es especialmente preocupante porque la obesidad en la infancia tiende a persistir en la edad adulta, aumentando el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y muertes prematuras”.

De esto estamos hablando: de productos que debemos entender como causantes de todos estos daños, más allá de la normalización de su consumo y de que sean los principales patrocinadores de los Juegos Olímpicos, el evento deportivo por excelencia. El COI terminó su contrato con McDonald’s; ahora debe hacer lo mismo con Coca-Cola.

Los Juegos Olímpicos son una excelente plataforma global para reforzar los mensajes de salud y promover prácticas responsables, siguiendo los principios que los rigen, y dejando atrás este historial oscuro de patrocinios por parte de productos y empresas que atentan contra la salud y el planeta.

Alejandro Calvillo
Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.

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