AS MÉXICO

Turquía y Países Bajos avanzan a cuartos de final tras vencer a Austria y Rumanía

02/07/2024 - 6:00 pm

El central turco hizo dos goles tras sendas asistencias del jugador del Real Madrid. Austria apabulló por tramos, pero la resistencia de Turquía fue heroica; mientras que Países Bajos elimina a Rumanía con un imperial Gakpo, que marcó un golazo y asistió a Malen

Por Pablo M. Fuentenebro

Ciudad de México, 2 de julio (ASMéxico).- Sin medias tintas. En un inicio fulgurante, Turquía tumbó a Austria. Le sirvió una genialidad de Arda Güler y mucha capacidad de sufrimiento. El mayor ejercicio de heroicidad que se haya visto por el momento en esta Eurocopa. Un picotazo de Güler, que puso con mordiente un córner envenenado al área chica dio vida al primer gol. Una rosca difícil de defender y más tras un lío tremendo de Baumgartner. No supo qué hacer con el balón y Demiral fusiló a Pentz.

Ese primer minuto glorioso turco hizo saltar por los aires cualquier estrategia previa. A Austria le dejó tocada y a Vincenzo Montella le hizo sacar su vena italiana. Defender férreamente, en ocasiones hasta con línea de cinco, y dejar el resto a lo que inventaran los tres de arriba: Yildiz, Yilmaz y principalmente Güler. El guion perfecto para el corazón y la pasión turca. No será el equipo más preciosista del continente, pero es un equipo con alma y eso le vale para estar en cuartos.

Del minuto 1 al 77 se jugó al ritmo que quiso Güler (hasta que le dio la gasolina). Montella se inventó de nuevo al madridista como falso nueve y lo bordó. Su movilidad volvió loca a la defensa de Ralf Rangnick. El 8 turco parecía tener ojos en la nuca. Exquisito todo el partido jugando de espaldas. Todo pasa por sus botas. Los saques de esquina, los balones parados... hasta se atrevió a hacer el gol de la Eurocopa con un lanzamiento desde el círculo del centro del campo. No encontró portería. Fue una lástima, ya no por el gol si no por la intención. De puro genio.

Austria no perdió nunca la cara al partido. Cogió aire, puso una marcha más y metió miedo. El seleccionador Rangnick soltaba en la previa que “Austria sería campeona” y sonaba a perogrullada y de las gordas, pero su reacción fue de campeona. Incomodó e hizo sufrir a Turquía. Tras pasar por el vestuario, cambió el dibujo y le puso deberes a los ahora inseguros centrales otomanos. Otro delantero, Gregoritsch y Arnautovic más en el área rival. Las ocasiones caían una tras otra. Hasta seis se acumularon en los primeros diez minutos de la segunda mitad: Laimer, Sabitzer, Arnautovic... Era cuestión de tiempo el empate. Turquía estaba grogui, se tambaleaba. El vértigo a los cuartos de final le hacía mella... Hasta que otro córner sacado por Güler lo remató como un coloso Demiral. Cabezazo imperial que valía mirar de tú a tú a Países Bajos. Un punto y final, pero no para el juego desatado de los austriacos. Capaces de lo mejor y de lo peor.

ASEDIO SIN PERMISO

La fiesta turca en Leipzig duró poco. Gregoritsch, en otro saque de esquina, puso lo pies en el suelo a los de Montella y al bigoleador Demiral, que dejó desprotegida su espalda. Quedaban 25 minutos por delante que pondrían a prueba la resistencia turca. Sufrimiento máximo para una Turquía que físicamente estaba al límite. Montella no vio otra solución que quitar a todo su talento sobre el campo para coger oxígeno: Güler y Yildiz, al banco. Tiro en el pie o genialidad de técnico veterano. Un morir matando que tuvo final feliz.

El asedio austriaco a la portería turca continuaba sin descanso. Era agobiante, asfixiante. En total resistieron: 21 disparos y 10 córners, pero la heroicidad se quedó en el bando turco. En la manera de achicar balones hasta dejarse la última gota de sudor. En la espectacular estirada del portero Günok en la última intentona de Baumgartner. Austria dice adiós a la Eurocopa con honores. Mereció mejor premio, pero le condenó su endeblez defensiva. Turquía sobrevivió con más corazón, con el talento de Güler y mucha, mucha suerte.

"GAKPINHO" VALE LOS CUARTOS

Países Bajos vivió unos días de enfados, inseguridades y reproches desde el último partido de la fase de grupos que terminaron este martes en Múnich. Rumanía pagó los platos rotos de una selección que aspira a jugar muchísimo mejor que como lo hizo ante Austria. Y lo demostró barriendo a los rumanos con la superioridad que se podía intuir por nombres, pero que no era tan evidente en la previa del partido. Un 0-3 que indica que hay brotes naranjas en esta Oranje.

Los diez primeros minutos asustaron a los neerlandeses por una intensísima presión rumana que fue como un filtro de Instagram. Solo valió para la primera impresión. Según pasaban los minutos, Países Bajos se adueñó del partido y aplastó a los once rumanos hasta su área. Cómo de cómodos jugarían Reijnders y Schouten que, en los primeros treinta minutos, firmaron un 100 por ciento de acierto en pases (29 y 21 respectivamente). Ambos, pero sobre todo Schouten, se hincharon a dar pases verticales hacia los dos mediapuntas, Xavi Simons y Bergwijn. Koeman repitió el sistema híbrido de la primera jornada con el que defendían en un 4-2-3-1 pero atacaban en una especie de 3-2-2-3.

Un par de llegadas sin mucho peligro de Rumanía y algún córner de Países Bajos precedieron al gol de Gakpo. O Gakpinho, porque con la selección se transforma en una versión de él mismo mucho más valiente, vertical y determinante. Schouten encontró a Xavi Simons a la espalda de los Marin. Abrió el juego para Gakpo y el del Liverpool encaró, como había prometido en la previa, a Ratiu. Se la echó a la diestra y marcó por el primer palo. Difícil ponerle un pero a Nati cuando te disparan desde dentro del área a 121 km/h. Gakpo tiene predilección por las grandes citas: de los 12 goles que ha marcado con la selección, la mitad de ellos han sido en Mundiales o Eurocopas.

A partir de aquí, el partido fue un entrenamiento para Países Bajos. Más para los de ataque que para los defensas, claro. Pero la sensación de agobio estaba siendo difícil de gestionar para Rumanía. Afrontaron diez saques de esquina en contra en la primera parte. Mogos, castigado una y otra vez por las subidas de Dumfries, tuvo que ser sustituido por un golpe en la cabeza y a Racovitan, su recambio, no le fue mucho mejor. Hagi, extremo izquierdo, acabó de lateral gran parte del tiempo.

No solo se empezaron a suceder las llegadas con peligro de Países Bajos, sino que también las ocasiones cantadas. Xavi Simons volvió a demostrar que está especialmente nervioso con la camiseta naranja (o azul marina esta vez) siendo incapaz de empujar un pase de la muerte de Dumfries con todo a favor. Ya en la segunda parte, el lateral del Inter repitió, pero ni Malen ni Memphis (este último molestado por Ratiu) fueron capaces de rematar en condiciones. Antes, Reijnders llegó hasta la frontal y disparó con fuerza, pero Burca lo bloqueó. Luego, Racovitan salvó otro pase de la muerte que iba hacia Gakpo. Van Dijk cabeceó al palo. Nita le sacó un disparo fabuloso a Gakpo tras una conducción maradoniana desde su propio campo. Gakpo volvió a marcar, pero en fuera de juego. Memphis disparó por debajo de la barrera y se le fue rozando el palo. También a Veerman cuando buscó el palo más lejano. Malen decidió mal en un contragolpe de tres contra tres en el que Racovitan le negó el doblete a Gakpo.

Hasta que llegó el gol de Malen. A pase de, quién si no, Gakpinho Rumanía no podía más. El futbolista del Liverpool resistió la carga de un Dragusin que estuvo colosal durante todo el partido, salvó el balón sobre la línea y se lo cedió a Malen, quien no falló a puerta vacía. En el añadido, el delantero del Dortmund se desquitó de su gol en propia puerta del último partido con una contra que llevó hasta el área y que él mismo materializó para el 0-3.

Un amplio resultado que no solo daba la tranquilidad suficiente como para superar el partido, sino también para señalar que este equipo no es tan malo como pareció ante Austria. Dumfries fue una tortura para el rival por la banda derecha, Veerman se dio cuenta de que no está sentenciado en la selección cuando saltó al campo en el 69, Schouten-Reijnders puede ser un doble pivote sólido en la construcción y Gakpo es una individualidad determinante en las grandes noches. Todavía queda por recuperar al mejor Xavi Simons o que Memphis deje de estar peleado con el gol. Pero hay brotes naranjas.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE AS MÉXICO. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas