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ENTREVISTA¬ El choque con la realidad revela nuestra manera de ser: Jaime Homar

29/06/2024 - 12:00 am

El escritor Jaime Homar habló con SinEmbargo sobre La culpa y el deseo, una novela que plasma cómo el choque con la realidad revela nuestra manera de ser, una historia que articula dos realidades: una europea que colisiona con la latinoamericana.

Ciudad de México, 29 de junio (SinEmbargo).– La culpa y el deseo (Tusquets) “es una novela de choque en la vida de los protagonistas, pero también en la nuestra, es el choque que revela nuestra verdadera personalidad”, platicó Jaime Homar, el autor de este texto, en entrevista con SinEmbargo.

Homar narra una historia que articula dos realidades: la de Bernardo, que es “la realidad española, en este caso Barcelona y los alrededores de Cataluña”, y la de Ruth, que “corresponden a lo que ha vivido Colombia en los últimos 50 años, empezando por el narcotráfico, las guerras civiles, los paramilitares, los secuestros, los asesinatos, los desplazamientos, las guerrillas, es decir, la inestabilidad política, la crisis económica”.

“Es un viaje iniciático que el protagonista hace a Colombia, en el que se entremezclan tantas peripecias, vivencias, emociones, sentimientos, realidades, sorpresas, imprevistos, acontecimientos, de tal magnitud que arrollan al personaje con tanta fuerza, con un ímpetu tan bestial, que al final uno no sabe muy bien qué es lo que está leyendo, qué es lo que está recordando, qué es lo que está pensando, qué es lo que está imaginando, qué pertenece al alma, a la realidad, qué pertenece a la imaginación, a la fantasía, y es un una novela literaria en el sentido más bonito y bello del término”, compartió.

En ese sentido, Jaime Homar expuso cómo la novela plasma el choque con la realidad que revela nuestra manera de ser. “Lo que ocurre con Bernardo es que es un personaje bastante intelectual, bastante literario, bastante reflexivo, bastante cerebral, muy desentendido un poco de la realidad, con traumas, con heridas, con bloqueos, con situaciones que lo imposibilitan de manera psicológica. Es un personaje europeo y como europeo, lo que le sucede es que está herido sin saberlo, son heridas interiores, heridas existenciales, antropológicas, que están dentro, que están solapadas, ocultas, escondidas”.

“Lo que ocurre al llegar a Colombia es que él se encuentra de frente a una mujer afrocolombiana (Ruth), que ella sí ha vivido heridas reales, de verdad, es una mujer desplazada, es una mujer del Chocó, la franja del Pacífico colombiano, la zona un poco olvidada de las grandes ciudades, Bogotá, Medellín, Cartagena de Indias, Cali, Barranquilla, esa zona que es bastante desconocida, por lo menos a ojos míos y a ojos de los europeos. Y esta chica, a través del amor, porque se enamoran y son pareja, le revela a Bernardo que en el fondo él no ha tenido las experiencias vitales que muchos latinos sí han tenido”.

Jaime Homar platicó además que su novela tiene un planteamiento deliberadamente literario, una voluntad de estilo, de jugar con el lenguaje. “Estuve esforzándome muchísimo en reproducir el habla europea y española que yo conozco bien, pero él habla colombiana, incluso en diferentes estratos me costó muchísimo más y eso fue un esfuerzo que yo intenté plasmar cuando habla Ruth; recuerdo una escena en Medellín con unos muchachos que suben unas escaleras, reproducir ese lenguaje, ese diálogo, esa manera de expresarse, es un choque literario”.

“Me gustaría citarte, la cita que abre el libro, hay dos, pero la primera de ellas es de una autora chilena, María Luisa Bombal, y ella explica en una nota, dice ‘con Borges paseábamos por el riachuelo, él me contaba lo que escribía y yo le contaba lo que escribía, una tarde le hablé de la Amortajada y me dijo que esa era una novela imposible de escribir, porque se mezclaba lo realista y lo sobrenatural, pero no le hice caso y seguí escribiendo’”.

Para él, esta cita le pareció reveladora de lo que él quería hacer. “María Luisa Bombal fue una de las precursoras del realismo mágico,y ella cuenta que está hablando con Borges, el gran Borges, la autoridad, el maestro, el que dice lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer, y Borges le dice, ‘no, chica, no, amiga, esto no se puede escribir, porque estás mezclando un realismo estricto con lo sobrenatural’ y ella dice ‘no le hice caso y seguí escribiendo’. Eso me encanta, me encanta esa desobediencia a Jorge Luis Borges, esa desobediencia femenina, esa rebeldía de decir ‘me da igual lo que usted diga, yo voy a lanzarme en esa dirección’”.

“Es lo que yo intenté, mezclar no sólo lo realista y lo mágico, como hicieron tantos otros, sino ya lo sobrenatural, y es verdad que en La culpa y el deseo se mezclan elementos ya francamente espirituales, elementos humanos y mundanos, y trágicos y catastróficos, pero también sobrenaturales, mezclados en una trenza que yo dije ‘no sé lo que diría Borges’, no sé si me diría ‘Jaime, déjalo, La culpa y el deseo es una novela imposible de escribir’, pero no le hice caso y seguí escribiendo”.

Obed Rosas
Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM. Estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras.
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