Greenpeace México busca presentar el Congreso de la Unión una iniciativa ciudadana para que las grandes empresas se responsabilicen de la contaminación plástica y prohibir los plásticos de un solo uso, para ello impulsa la campaña “Océanos sin plásticos".
Ciudad de México, 26 de junio (SinEmbargo).– Una iniciativa ciudadana busca que las grandes empresas que utilizan plásticos de un solo uso en sus productos se hagan responsables de la contaminación que generan, para ello la organización Greenpeace México inició este año la recolección de miles de firmas para presentarlas al Congreso de la Unión y exigir una reforma a la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos.
"Con esta reforma buscamos que se incluya en la Ley mexicana la responsabilidad extendida de los productores, esta es una figura que permite que se establezcan responsabilidades claras y ambiciosas para las empresas que producen, importan o comercializan plásticos de un solo uso", expuso Ornela Garelli, campañista de Océanos sin plásticos en Greenpeace México, en entrevista para el programa En Defensa del Consumidor, de SinEmbargo.
Garelli explicó que en la actualidad la Ley General de Residuos hace referencia a la responsabilidad compartida, es decir, que la responsabilidad de la contaminación plástica se comparte entre empresas ciudadanía y Gobierno, sin embargo, enfatizó que es necesario exigir más compromisos a las grandes empresas que ganan millones de pesos comercializando productos.
Por ello, la iniciativa ciudadana impulsada desde Greenpeace también busca la prohibición de los plásticos de un solo uso Datos difundidos por esta organización muestran que de todo el plástico producido y consumido hasta la actualidad a nivel mundial solo se ha logrado reciclar el 9 por ciento y la gran mayoría, el 79 por ciento, ha terminado en vertederos o en el medio ambiente.
Auditorías independientes coordinadas por el Colectivo Break Free From Plastic señalan a compañías como The Coca-Cola Company, PepsiCo, Nestlé, Mondelēz International, Unilever, Mars y Danone, entre otras, como los principales generadores de contaminación plástica, al mismo tiempo, varias han sido señaladas por El Poder del Consumidor por influir mediante cabildeo para que sigan vigentes legislaciones más permisivas.
"Los principales residuos plásticos que encontramos contaminando los ecosistemas son, por ejemplo, botellas para refrescos de PET [polietileno tereftalato, un tipo de plástico], vasos desechables, cubiertos desechables, artículos de unicel que se usa para la comida para llevar. Todos estos productos necesitan estar prohibidos porque son productos innecesarios, podemos sustituirlos por opciones reutilizables", dijo Ornela Garelli.
La activista por el medio ambiente enfatizó que productores e importadores de plástico tienen que contribuir con financiamiento para la gestión de los residuos, porque actualmente la ciudadanía no solo sufre los impactos a la salud de esta contaminación, sino que cubre la remediación del problema con el pago de impuestos que luego son usados por los gobiernos locales para encargarse de los residuos.
"Es importante que las empresas también pongan su parte. Por ejemplo, que contribuyan a que haya mayores plantas de reciclaje, mayores plantas para compostar y se comprometan a rediseñar los productos y las formas en las que los distribuyen para que estén basadas en la reutilización o en el refill, en el rellenado de envases. Es decir, que rediseñen un producto para que esté libre de empaques o para que esté en un envase que sea retornable y se reutilice muchas veces, así se evitaría generar residuos", destacó.
Para reformar la Ley General de Residuos, Greenpeace México inició en febrero la campaña “Océanos sin plásticos" con la que busca recolectar las 12o mil firmas necesarias para presentar ante el Congreso la iniciativa.
Para alcanzar las firmas necesarias, la organización instala puntos en distintos puntos del país que pueden ubicarse en su sitio web, también está recolectando apoyos directamente en su portal, en donde se comparten instrucciones para que las firmas sean validadas por el Instituto Nacional Electoral (INE), que supervisa las iniciativas ciudadanas.
LOS MICROPLÁSTICOS
Otra de las razones para impulsar la reforma es frenar la contaminación plástica de los océanos y en general el daño que estos desechos causan a las personas ya que la descomposición de plásticos y la mala gestión de residuos contribuyen a la formación de microplásticos, como se conoce a las partículas diminutas de plástico que se han encontrado en el aire, en el mar, las montañas, y en las ciudades.
Los microplásticos también están en lo que comemos, como los peces. En el “Estudio sobre el impacto de la contaminación por microplásticos en peces de México” que elaboró Greenpeace y universidades como la UNAM en 2019, se encontró que de 755 peces muestreados en el país, 20 por ciento tenía plástico en su estómago.
De igual forma, los microplásticos se han encontrado en refrescos, cerveza y el agua embotellada, esto preocupa por los posibles efectos que podrían traer a la salud.
Organizaciones civiles y personas defensoras del medio ambiente llevan años exigiendo regulaciones más estrictas. Pero en México, los fabricantes y comercializadores de plásticos de un solo uso han impedido regulaciones que los obliguen a hacerse responsables de todo el plástico que producen, el ejemplo más reciente fue en 2018, cuando impidieron mediante el cabildeo que se aprobara una Ley General de Residuos.