México

El fracaso del “oráculo”

No solo Massive Caller: desde El Financiero y GEA ISA (otra vez), encuestas erraron

04/06/2024 - 7:00 pm

A diferencia de otras elecciones, casi ninguna encuestadora se equivocó al pronosticar a la ganadora, a la perdedora y al tercer lugar, pero casi ninguna dimensionó realmente el margen de victoria de Sheinbaum. Otras, en cambio, aunque acertaron la victoria de Morena, se quedaron muy lejos de los márgenes que arrojan las cifras oficiales.

Ciudad de México, 4 de junio (SinEmbargo).– El categórico triunfo de Claudia Sheinbaum Pardo en las elecciones presidenciales del domingo pasado, por un amplio margen que casi ninguna encuesta previó en su magnitud, pero algunas avizoraban, causó un terremoto al interior de las encuestadoras: algunas salieron fortalecidas, otras atinaron el orden de las candidatas, pero se quedaron lejos o muy lejos de las cifras oficiales, y algunas excepciones se equivocaron por decenas de puntos porcentuales, donde sobresalió una de ellas, la única, que dio ganadora a Xóchitl Gálvez Ruiz: Massive Caller.

En un análisis de SinEmbargo de 11 encuestas previas a la elección –todas ellas publicadas en los últimos días de mayo, antes del inicio de la veda electoral–, 10 pronosticaron el triunfo de Sheinbaum, por márgenes de entre cuatro puntos porcentuales hasta más de una treintena de puntos de ventaja para la morenista. Salvo dos mediciones, ocho encuestas se quedaron cortas con el resultado.

El Programa de Resultados Preliminares (PREP), con 95 por ciento de actas capturadas, determinó que Sheinbaum ganó con el 59.36 por ciento (33 millones 135 mil 080 votos); Xóchitl Gálvez, del PRIANRD, sumó 27.9 por ciento (15 millones 534 mil 168 votos); y Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano, tuvo 10.42 por ciento (5 millones 827 mil 671 votos).

LAS ENCUESTAS QUE APROBARON

Con estas cifras, el último estudio publicado por Mendoza Blanco y Asociados el 29 de mayo fue el más cercano y preciso: le daba un 60.9 por ciento de los apoyos a la morenista, por 27.2 por ciento para Gálvez. En este caso, la diferencia entre la ganadora y la perdedora fue de 33. 7 puntos porcentuales, cuando el PREP finalizó con una distancia de 31.46 puntos: es la única que se acercó tanto, y en este caso, rebasó el margen, aunque por muy poco.

Otra de las que rebasó el margen de diferencia fue De las Heras Demotecnia, que dio a Sheinbaum un 64 por ciento de las preferencias por un 28 por ciento de Gálvez: en este caso la diferencia fue de 36 puntos porcentuales, un error de sobreestimación comparada con el PREP.

La encuesta final antes de la jornada electoral que se acercó a los resultados del PREP fue la de Covarrubias y Asociados, donde la diferencia fue de 27 puntos porcentuales, con Sheinbaum en 58.8 por ciento y Xóchitl en 31.8 por ciento, en un comportamiento que prácticamente sufrieron todas las encuestadoras en este ciclo: subestimaron el impacto de la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México en las elecciones presidenciales.

Por otra parte, las encuestas de Enkoll-El País (23 puntos de diferencia entre Claudia y la exsenadora panista), Mitofsy (25.7 puntos de margen), Reforma (20 puntos de diferencia) y Buendía & Márquez para El Universal (también 20 puntos de margen) fueron algunas de las que se quedaron cortas, pero mantuvieron a lo largo de la campaña la superioridad de Sheinbaum sobre Gálvez.

«En general podemos hablar de un papel ‘aceptable’ como sector. Si agrupamos alrededor de 30 encuestas, como hice, el error o errores que tuvieron es en comparar las distancias [entre el primero y el segundo lugares], pero no estuvo realmente distinto de lo que tuvimos hace seis años: se subestimó un poco a Andrés Manuel López Obrador, y ahora a Claudia Sheinbaum, y sobreestimaron un par o tres puntos a [Ricardo] Anaya», explicó el politólogo y sociólogo Mario Campa, en entrevista con SinEmbargo.

«Con respecto a 2018 sí hubo un poco más de subestimación para Sheinbaum que López Obrador, pero en general acertaron a la ganadora, con el segundo lugar y el tercero, que a diferencia de hace seis años sí teníamos claros el podio», añadió. En su propio análisis, que incluyó a 30 encuestadoras, Campa también encontró a Mendoza, Blanco y Asociados como la más atinada del ciclo.

LAS ENCUESTAS QUE FALLARON

En cambio, las encuestas que peor se mostraron fueron las de El Financiero (incluidas las de votantes probables y de intención de voto general), que sólo dio una ventaja a Sheinbaum de 10 puntos (20 menos de lo que sucedió realmente y con Xóchitl en 41 por ciento, cuando obtuvo apenas el 27.9 por ciento); GEA-ISA, que mostraba un margen de ocho puntos porcentuales entre Claudia y Xóchitl (con Gálvez por encima del 40 por ciento de los apoyos); y México Elige, que dio una reñida última muestra, con una ventaja para Morena de apenas 4.2 puntos porcentuales y Gálvez Ruiz en 42.8 por ciento de apoyos.

Pero la gran excepción de este ciclo electoral presidencial fue Massive Caller. La encuestadora, que en el pasado la misma Xóchitl Gálvez señaló por ofrecer resultados positivos «a quien los pague» y que ha recibido en el pasado una fortuna de dinero del Partido Acción Nacional (PAN), fue la única de las 10 analizadas, y del resto de encuestas serias en México, que dio como victoriosa a la exalcaldesa de Miguel Hidalgo en CdMx.

Massive Caller cerró su último estudio con una ventaja para Xóchitl con 44.6 por ciento de los apoyos, por encima de Sheinbaum, con supuestamente 42.5 por ciento. La diferencia entre este resultado y el PREP es, en el caso de Gálvez Ruiz, de 16.7 puntos porcentuales de más. En el caso de Claudia, la subestimó por casi 17 puntos porcentuales, lo que sumados darían un error global de medición de 33.56 puntos porcentuales con respecto a los resultados oficiales.

«Massive Caller fue la más errática de todas en este ciclo, quedó en último lugar midiendo los distintos tipos de errores, y otra falló en la Ciudad de México, donde se equivocan por más de 20 puntos. Es sin duda la más imprecisa de este ciclo», indicó Campa.

«Otra encuestadora que se equivocó mucho son México Elige, pero no sé si se puede considerar encuesta: ellos tienen una a través de Facebook, pero no conozco los filtros de rastreo, es mecanismo digital, pero puede ser válido si cuidas algunas cosas. Ellos dieron un margen de unos seis puntos entre Sheinbaum y Xóchitl y acabó siendo más de 30 puntos», ahondó.

Incluso el director de Massive Caller, José Carlos Campos, aceptó el fiasco de sus encuestas. «Nosotros nos equivocamos de manera rotunda, estábamos consternados, evidentemente la realidad era diferente de lo que estábamos midiendo, fue rotundo, nos tenemos que reponer del tropezón», dijo en entrevista con Azucena Uresti. «Medimos mal, yo presumía mucho ocho años de mediciones bastante acertadas, era mi discurso primario, el historial, y ahora algo pasó, tenemos que este primer mes dilucidar qué hicimos mal, no te puedo decir lo que pasó. Corregirlo y seguir adelante», completó.

Campa también dijo a este medio que no se deben generalizar los métodos que se usaron, pues por ejemplo Massive Caller usa una metodología de robo-polls (encuestas telefónicas robotizadas), pero hubo otras encuestas que usaron la misma técnica «que no estuvieron tan mal». «Entonces no podemos generalizar metodologías: si vamos a encuestas de vivienda, que tradicionalmente se asocian con mayor precisión por ser el método más probado, más antiguo, más trabajado, nos damos cuenta que no necesariamente fueron las más acertadas: GEA-ISA fue de las más erráticas, El Financiero se equivocó y en ambos casos presentaba dos estimados, con votantes probables y otro sin votantes probables y en ambos casos se equivocaron por 20 puntos.

¿POR QUÉ SE SUBESTIMÓ EL TRIUNFO DE SHEINBAUM?

Campa ofreció sus propias hipótesis sobre por qué Sheinbaum, incluso en una mayor dimensión que López Obrador, han sido subestimados en las encuestas presidenciales.

Una posible explicación, dice, es que algunas encuestas fueron muy atacadas y eso pudo generar «una tentación de reducir el margen para que no se ve tan abultada la diferencia o que no las acusaran de complicidad, de ese tipo de cosas, de estar vendidos: pudo haber sido un mecanismo de defensa reducir esa brecha».

El experto resaltó el posible «sentimiento de manada» (herd mentality) como un factor importante: «Si empiezas a ver que tu encuesta está muy distinta de la media, para algunos hay tentación de ser conservador con tus números para no generar mucho ruido. Hay otros que, al revés, buscan dar números, cuando están necesitados de publicidad, lejos del consenso, pero en general los encuestadores tratan de estar ahí y eso lleva a meter modelos probabilísticos, pueden ajustar algunos números y puede ser con buena intención, no hablo de malas prácticas éticas, pero puede ser esa buena intención que tiende a cierto conservadurismo».

Otra razón es que a las encuestadoras tienen presupuestos limitados. «Al encuestador se le dificulta acceder a ciertas zonas: rurales, semi-urbanas, son muestras más pequeñas pero por temas de costos los accesos son más complicados, y son más difíciles de encuestar». A ello se le suman ciertos segmentos donde Sheinbaum se mostró fuerte, como los jóvenes, que puede que no haya estado bien encuestados o bien representados en los levantamientos. «Ese tipo de factores pueden incidir», dijo.

Aunque Campa indicó que no se trató de una labor «catastrófica» de las encuestas, sí hubo un margen de entre 3-4 puntos que subestimaron a Sheinbaum. «Entre el 10 y el 15 por ciento del electorado toma la decisión de la última semana y dentro de ese porcentaje el último día, ya en la casilla», explicó.

Ese elector es más sensible a las campañas. «Creo que Xóchitl Gálvez se identificó con al menos dos cosas: las campañas negativas y los errores. Eso pudo haber creado una mala imagen o de rechazo, al momento de que el elector indeciso, ya fuera del último levantamiento, que se haya inclinado de último momento de Sheinbaum, que se hayan balanceado. Los encuestadores tienen formas de neutralizar eso, pero nunca es un ejercicio perfecto», concluyó.

Para ello, se planteó la posibilidad de mejorar las encuestas: primero, evaluándolas en la arena pública y, sobre todo, transparentando quiénes pagan las encuestas. «Lo más sano es que se transparentara, incluso que se regulara, para que eso fuera mandatorio en todas las encuestas, quién está pagando. Desde el punto de vista ético es reducir los conflictos de interés y si se van a tener, airearlos», explicó.

Pero la conversación debe seguir adelante. Ahora, asoma en el futuro el uso de medios digitales para realizar encuestas, que deberán ser igualmente evaluadas, probadas y, en su caso, cuestionadas desde sus metodologías. Además, se le sumará el tema de la Inteligencia Artificial, que podría ayudar a reducir los costos de los ejercicios. «Hay ventajas que se abaraten, pero también trae retos metodológicos», subrayó Campa.

Manuel Gonzalez
Ciudad de México | 1993. Estudió periodismo. Actualmente trabaja como Editor en la redacción de SinEmbargo MX. Antes, fue corresponsal para Infobae México, la Agencia Alemana de Prensa (dpa) y El País América. Tiene un blog (Apuntes en la ciudad), un newsletter (Apuntes subrayados) y un podcast (Al otro lado del sueño) personales.
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