La Agenda Nacional de la Inteligencia Artificial para México destaca que, para 2030, la tecnología basada en la IA contribuirá con hasta 15.7 mil millones de dólares a la economía global y, de acuerdo con un análisis del Foro Económico Mundial, se estima que para el año 2025, 85 millones de empleos podrían ser reemplazados por la automatización, pero se crearán 97 millones de nuevas oportunidades laborales.
Ciudad de México, 1 de junio (SinEmbargo).– La Inteligencia Artificial (IA) explotó en los últimos dos años, y ahora su llegada a México y el resto de Latinoamérica se prevé como una explosión adicional: las empresas buscan adaptarse a este nuevo avance tecnológico, las universidades contemplar su estudio, los gobiernos analizar las posibles regulaciones y legislación pertinente y los usuarios hacer uso de ella. Las expectativas son, si seguimos la pista del dinero, gigantes.
Y es que, de acuerdo con un reporte realizado por la consultora International Data Corporation para Lenovo, alrededor de 240 millones de dólares se invertirán este año en toda Latinoamérica para el impulso de la IA en las industrias de la región, pero México destacaría como el segundo destino más interesante, detrás de Brasil, a donde se prevé que llegue una inversión de unos 98 millones de dólares.
El informe está basado en una encuesta realizada a 500 CIOs, es decir, Chief Information Officer, los encargados del área informática de las empresas, que son quienes influyen fuertemente en la dirección y las inversiones que hacen. Para el 46 por ciento de líderes y encargados del presupuesto de tecnologías de la información, la IA «tendrá un impacto significativo en la ciberseguridad, la detección de amenazas, la automatización y la eficiencia».
¿México está preparado para esto? «Desde luego que sí», responde José Carlos Huescas, líder de estrategia de productos de IA para Lenovo, en entrevista con SinEmbargo. «Estamos en un momento en que México va a ser punta de lanza de Latinoamérica, probablemente debajo de Brasil, pero estamos listos para hacer modelos de IA», explica. El entrevistado aclara que sus opiniones son propias y no necesariamente reflejan la visión de la compañía.
El experto da ejemplos que ilusionan: la adopción en las principales universidades públicas del país (UNAM, IPN, UAM), así como en instituciones privadas, de la incorporación de todo lo relacionado con la ciencia de datos y la IA. «Sumado a esto está el nearshoring, que trae inversión extranjera y eso trae mucha tecnología, pone a México como estandarte en adopción de IA en la región de América», argumenta.
El reporte de la IDC precisa que los líderes empresariales quienes están más entusiasmados y los CIO son «cautelosos». Por ejemplo, el 50 por ciento considera que la IA es un «punto de inflexión» que «transformará la forma en que se hacen negocios»; el 44 por ciento dice que «es algo que tenemos que hacer para enfrentarnos a la competencia» y apenas un 6 por ciento lo califica como una «distracción».
«El revuelo en torno a la lA generativa ha generado expectativas entre los líderes de las líneas de negocio. Sin embargo, aunque reconocen su potencial, los CIO están llevando a cabo pruebas de concepto para implementar la lA en procesos operativos específicos», indica el documento.
Pero los datos dicen más que las palabras. El documento también indica que en México el 65 por ciento de los encuestados tiene ya una inversión realizada en el área, mientras el 35 por ciento tiene una inversión planeada. Apenas el uno por ciento no tiene planes.
El reporte revela que hay «una rápida proliferación de aplicaciones innovadoras que utilizan lA generativa en el edge computing y una tendencia emergente de deslocalizar (nearshoring) la manufactura a países como México» lo que «acelerará las inversiones de este tipo».
Huescas considera que México tiene una ventaja con respecto a otros países: «Hay un ingenio particularmente en este país, podemos aprender cosas muy complejas y nuevas, que no necesariamente se aprenden en la misma proporción en otras regiones, y eso abre un campo impresionante para la adopción de este tipo de tecnologías», explica a SinEmbargo.
«Traemos tecnología que no estábamos acostumbrados a usar hace dos años, no te digo hace 10 años, sino apenas hace dos. Eso nos hace adaptar de forma extrema y ser extremos al siguiente mes de que una tecnología llega. Por eso veo fácil de adaptarlo en México, pero el reto es presupuestal: sí se ha democratizado el acceso a las IA, se pueden implementar desde centros de datos pequeños, pero es costoso», añade.
Pero las previsiones son auspiciosas. El experto prevé que al menos el 50 por ciento de empresas en México «empiecen a implementar ya algún modelo de IA en diferentes escalas», sobre todo en el sector tradicional –reconocimiento de voz, patrones– y hasta en la IA generativa (GenIA), que incluye por ejemplo chatbots. «Vemos que todas las empresas quieren iniciar el camino, pero tienen que hacerlo de forma medida, granular, que sea beneficiosa para ellos. Será una realidad este año y en 2025 el 90% por ciento tendrá ya implementado algo, pero queda difuso aún qué es eso que ya tendrán implementado», concluye.
Amazon, por ejemplo, anunció a finales de febrero que planea lanzar una «región de infraestructura» de Amazon Web Services (AWS) en México a principios de 2025. Esto significará una inversión de 85 millones de pesos para que «los clientes de Amazon puedan aprovechar tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático», de acuerdo con Prasad Kalyanaraman, vicepresidente de Servicios de Infraestructura de AWS.
Apenas a mediados de mayo, la Senadora del Partido Verde (PVEM) Alejandra Lagunes Soto Ruiz presentó la propuesta de Agenda Nacional de la Inteligencia Artificial para México 2024-2030, que incluye «el diagnóstico sobre esta tecnología y una serie de recomendaciones para su regulación en nuestro país».
Se trata, explicó, de un «esfuerzo colaborativo, fruto de 13 meses de trabajo, en el que participaron senadores y senadoras, la Unesco, expertos del sector público y privado, academia, sociedad civil organizada, organismos internacionales y autónomos, y público en general», coordinado por la Alianza Nacional de Inteligencia Artificial (ANIA).
El documento tiene el propósito de «establecer un marco de referencia que promueva la integración de la Inteligencia Artificial como un motor de la inclusión y el desarrollo social, económico y educativo del país, la investigación científica, el desarrollo tecnológico, la innovación y emprendimiento ético, responsable y equitativo de esta herramienta».
Además, establece «un marco integral con políticas públicas, regulaciones específicas y estrategias de gobernanza, con un enfoque colaborativo, multiactor, multidisciplinario, multisectorial, interdisciplinario y transdisciplinario que involucre a todos los sectores de la sociedad».
La Agenda Nacional de la Inteligencia Artificial para México destaca que, para 2030, la tecnología basada en la IA contribuirá con hasta 15.7 mil millones de dólares a la economía global y, de acuerdo con un análisis del Foro Económico Mundial, se estima que para el año 2025, 85 millones de empleos podrían ser reemplazados por la automatización, pero se crearán 97 millones de nuevas oportunidades laborales.
“Según el informe de Goldman Sachs (2023), la Inteligencia Artificial y la automatización tienen el potencial de impactar 300 millones de trabajos a nivel global. Se estima que 18 por ciento de las tareas laborales podrían ser automatizadas a través de la IA, observándose un mayor impacto en los mercados desarrollados en comparación con los mercados emergentes. En el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial 2023 (ILIA), México obtuvo un puntaje de 48.55, posicionando al país como el quinto de la región, por debajo de Chile, Brasil, Uruguay y Argentina», precisó la Senadora.
Hasta mayo, las comisiones del Congreso mexicano analizan 43 iniciativas de ley en materia de Inteligencia Artificial y 28 en ciberseguridad.
Unas semanas antes, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) presentó el reporte “Panorama de la Inteligencia Artificial en México: hacia una estrategia nacional y la relevancia del Sandbox”, elaborado por la Academia Mexicana de Ciberseguridad y Derecho Digital y financiado por la Embajada Británica en México.
Este documento propone como recomendación principal «definir y establecer la Estrategia Nacional de IA, con visión de Estado, articulada a otras políticas públicas para dar solidez al rumbo de la IA en México». Esto implica que sea «fundamental contemplar visión de largo plazo; definir liderazgo e institucionalizar a la autoridad responsable del diseño, ejecución y evaluación de la Estrategia; incorporar los principios éticos, valores, y mejores prácticas y estándares internacionales en la materia»
También recomienda «promover la colaboración» con los diversos actores involucrados (Gobierno, sector privado, academia, sociedad civil, población en general); impulsar la investigación, desarrollo e innovación; fomentar la inversión público-privada en materia de IA; y proteger los derechos de las personas usuarias, así como las obligaciones y responsabilidades de desarrolladores y proveedores de sistemas de IA.
Por último, propone crear una «Agencia de Desarrollo Digital, Innovación y Tecnologías Emergentes» que incorpore y establezca las bases del desarrollo digital, la innovación como proceso permanente y aproveche las tecnologías emergentes como IA, blockchain, metaverso, robótica, 5G, cómputo en nube, entre otras. Y también crear un «Centro Nacional para la investigación de la IA», financiado con recursos públicos y privados para su investigación y desarrollo.
Una de las partes fundamentales de las propuestas es la de promover «los entornos controlados (llamados sandbox) y metodologías flexibles en la aplicación de IA», incluidas en diferentes políticas y sectores como la transferencia de datos, identidad y protección de datos personales, telecomunicaciones, competencia económica, entre otros.
«En las discusiones del proyecto de sandbox regulatorio para IA en México, hubo coincidencia en que esta figura implica diálogo y comunicación entre quien está implementando la tecnología y los reguladores. Así, los reguladores aprenden y conocen el alcance de estas nuevas tecnologías, a la vez que pueden identificar los riesgos en su implementación. Estas pruebas en entornos controlados permiten a los regulados y reguladores determinar si el modelo novedoso amerita una intervención regulatoria y de qué tipo», detalla el reporte.
José Carlos Huescas, por su parte, dice que «definitivamente» se necesita legislación.»La IA no es otra cosa que otra tecnología. Cuando una nueva tecnología llega es disruptiva, los usos no son tan claros, alguna aplicaciones deben verse a detalle, otras deberían evitarse y otras explotarse, es como cualquier adopción tecnológica», explica.
Pero la regulación debe «permitir la apertura, no la prohibición ni el sesgo» de las IA. «Sí deben tener ciertas limitantes para su buen uso: no usarla para clonar voces, por ejemplo, pero sí para permitirle a un oncólogo que pueda tener acceso a diagnósticos alrededor del mundo de todos los tipos de cáncer y que pueda realizar él mismo un mejor diagnóstico», agrega.
La clave para una estrategia de regulación –conversación que todavía no ha sido impulsada en Latinoamérica, salvo esbozos en Brasil y Chile– deberá venir de la próxima Presidenta del país, sea quien sea. «Con la llegada del siguiente sexenio, será uno de los temas, porque si no va a llegar el momento en que va a ser rebasada», finaliza.