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Alejandro Calvillo

25/05/2024 - 12:05 am

Las candidatas con el Zorro y sus amigos

Y así es, no sólo nos venden prácticamente lo que sea, como productos comestibles que nos hacen pasar como alimentos cuando no lo son. Pero también venden la narrativa de que no son parte del problema, que el problema está en las elecciones de los individuos, que ellos son parte de la solución.

Las grandes corporaciones se han apropiado de parte importante del agua, de inmensos territorios para extraer sus minerales, han invadido con productos ultraprocesados nuestras dietas,  provocando epidemias de enfermedad y muerte, corporaciones que han hecho explotar la venta de alcohol en todo lugar y a toda hora, apropiándose con su publicidad de los principales eventos deportivos y los eventos musicales para jóvenes, y, por último, las tabacaleras que ahora introducen sus cigarrillos electrónicos que, aunque se ha tratado de prohibirlos, pueden encontrase al lado de las cajas de los Oxxos por todo el país.

Asesores de las candidatas en materia de salud y ambiente se han reunido con las grandes corporaciones, con los expertos que sirven a sus intereses, y han despreciado el encuentro con las organizaciones sociales, con las comunidades organizadas que han venido enfrentando la codicia depredadora de estas corporaciones. Los Zorros y sus amigos se han infiltrado en sus equipos para servir a esos intereses, para reclamar asientos en la mesa en que se discutirán las políticas de salud y medio ambiente. Son las mismas corporaciones que quieren convertir a la propia Organización de las Naciones Unidas en un gobierno global público-privado. Reclaman, como lo han hecho siempre, lográndolo durante años en México, tener el derecho a participar en el diseño de las políticas como si sus intereses fueran los mismos de quienes deben buscar el bien público. Sentándose a la mesa capturan la política, garantizan la protección de sus ganancias violando los derechos humanos a la salud, haciéndose de los recursos de la tierra, contaminando el entorno.

¿Acaso puede haber democracia cuando el quehacer político es atrapado por intereses privados? La sola participación de las corporaciones en alianzas con los gobiernos, como los son los proyectos público- privados, son una forma de secuestro de la política, esas colaboraciones impiden la transparencia de los proyectos, quedan controlados por las corporaciones y neutralizan a las instituciones gubernamentales.

Asi es como Nestlé puede llegar a patrocinar un congreso de una asociación de pediatras para lograr influir en sus miembros con el fin de que prescriban sus productos, provocando que estas asociaciones de profesionales de la salud guarden silencio frente a las prácticas que realiza Nestlé violando el Código Internacional contra la Publicidad de Sucedáneos de la Leche Materna.

Así fue como la Secretaría de Educación, Josefina Vázquez Mota, al firmar acuerdos con Coca-Cola y PepsiCo para introducir programas en las escuelas para que supuestamente las refresqueras promovieran formas de vida saludable, declaró que no prohibiría la comida chatarra en las escuelas. Todo a cambio de unos balones, unas canastas de básquet. Espejos por oro, chucherías a cambio de la salud de los escolares. Así fue como nuestra infancia llegó a los mayores niveles de sobrepeso y obesidad en el mundo, con un consumo promedio de más de 500 calorías cada día al interior de las escuelas, suficiente para subir varios kilos de peso en cada ciclo escolar, casi la mitad de estas calorías provenientes de bebidas azucaradas.

Entre los equipos de las candidatas hay asesores que trabajaron para las farmacéuticas y promovieron vacunas que fueron prohibidas, posteriormente, por la OMS; asesores que han servido en el Congreso para bloquear sistemáticamente las políticas dirigidas a proteger a la infancia de publicidad de comida chatarra y su presencia en escuelas, asesores que trabajaron para fundaciones financiadas por Coca-Cola y no cuestionaron la captura de la Secretaría de Salud por esas corporaciones, asesores que desde instituciones de salud han hecho acuerdos con estas grandes corporaciones en proyectos público-privados, que han participado en fundaciones creadas por la industria del alcohol, de las bebidas azucaradas y de la comida chatarra.

Las consecuencias de someter las políticas públicas de salud a la interferencia de las corporaciones, fueron claramente expuestas por la propia directora de la Organización Mundial de la Salud, la Dra. Margaret Chan, señalando que esta captura de la política es la principal causa de las epidemias actuales de enfermedades crónicas no transmisibles. Hace más de 10 años realizó estos señalamientos que son ya un documento histórico, como ella señaló, un parteaguas. Fueron hechas en junio de 2013 pero, al parecer, poco ha cambiado.

Cito las palabras de la directora general de la OMS, la Dra. Margaret Chan, ojalá la hubieran escuchado las candidatas:

Hoy en día, el poder ayudar a que las personas adopten estilos y hábitos de vida saludables, se tiene que confrontar con fuerzas no amigables. Para nada amigables.  

Los esfuerzos para combatir las enfermedades no transmisibles van en contra del interés de las grandes industrias de operadores económicos muy poderosos….este es uno de los mayores retos para la promoción a la salud.

No sólo son las Grandes Corporaciones del Tabaco, ahora la salud pública necesita contener también a las Grandes Corporaciones de la Comida, de los Refrescos, del Alcohol. Todas estas industrias combaten las regulaciones y se protegen a sí mismas al utilizar las mismas tácticas.  

Las investigaciones científicas han estudiado estas tácticas bastante bien. Estas incluyen, grupos frontales, cabildeo, promesas de auto-regulación, demandas e institutos de investigación de la industria que generan confusión en la población.

El poder del mercado fácilmente se traduce en poder político. Muy pocos gobiernos priorizan a la población sobre las grandes industrias. Así como hemos aprendido de la experiencia contra la industria del tabaco, una corporación poderosa le puede vender al público prácticamente lo que sea.

Y así es, no sólo nos venden prácticamente lo que sea, como productos comestibles que nos hacen pasar como alimentos cuando no lo son. Pero también venden la narrativa de que no son parte del problema, que el problema está en las elecciones de los individuos, que ellos son parte de la solución. Mientras provocan enfermedad publicitan que sus productos nos dan felicidad, mientras que son los mayores contaminadores, gastan millones generando la percepción que reciclan lo que producen, mientras que son de los mayores extractores de agua y hacen campañas para generar otra percepción en la que cuidan el agua y hacen proyectos en unas cuantas comunidades.

Lo más grave es que están ahí, reclamando su lugar en la mesa, hablando al oído de las candidatas, son los amigos de los Zorros.

Alejandro Calvillo
Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.

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