En entrevista con «Los Periodistas», Ernestina Godoy mencionó que tras el triunfo de Claudia Sheinbaum en 2018, la ahora candidata a la Presidencia de la República por Morena comenzó a realizar una revisión exhaustiva de los permisos de construcción concedidos por la administración de Mancera e inclusive, se suspendió de manera temporal el tema del desarrollo inmobiliario.
Ciudad de México, 9 de mayo (SinEmbargo).- Ernestina Godoy Ramos, exfiscal General de Justicia de la Ciudad de México, aseguró que el desarrollo del llamado Cártel Inmobiliario en la capital del país se debió en gran medida a la «connivencia» del exjefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera con este grupo, conformado por connotados funcionarios panistas de la Alcaldía Benito Juárez.
En entrevista con «Los Periodistas», Godoy Ramos, quien es candidata al Senado de la República por Morena, recordó que la Ciudad de México, desde que comenzó a elegir a sus gobernantes en 1997, siempre ha sido gobernada por la izquierda, a excepción de un periodo de seis años en el cual llegó al poder Miguel Ángel Mancera Espinosa.
«En seis años se nos descompuso no solamente el tema de la seguridad, el boom inmobiliario se da en ese momento en connivencia con este grupo», afirmó la exfiscal capitalina.
—¿Qué tan responsable es Miguel Ángel Mancera de este Cártel Inmobiliario? —se le preguntó.
—Me parece que hubo un gran abandono y por los menos hubo connivencia, de verdad, no pudo ser de otra manera.
Una investigación en curso de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CdMx) ha exhibido la complicidad entre constructoras y autoridades para emprender desarrollos inmobiliarios. Al menos 30 funcionarios y exfuncionarios han sido procesados por este caso, como el exalcalde panista Christian Von Roehrich y Nicias Aridjis, el exdirector de Obras y Desarrollo Urbano de la Benito Juárez.
Las denuncias señalan que estas irregularidades datan por lo menos desde 2009, cuando el Jefe Delegacional era Mario Palacios Acosta, cuyo Secretario de Gabinete era Jorge Romero Herrera, quien en el 2012 llegó a la Alcaldía y se expandió el Cártel Inmobiliario, mismo año en que Miguel Ángel Mancera fue electo Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, cargo que desempeñó hasta 2018. Romero Herrera es identificado como el jefe político del grupo al que pertenece el exalcalde y actual candidato a la Jefatura de Gobierno, Santiago Taboada Cortina.
Ernestina Godoy mencionó que tras el triunfo de Claudia Sheinbaum en 2018, la ahora candidata a la Presidencia de la República por Morena comenzó a realizar una revisión exhaustiva de los permisos de construcción concedidos por la administración de Mancera e inclusive, se suspendió de manera temporal el tema del desarrollo inmobiliario.
«La propia Doctora cuando llega en el 2018, una de sus primeras acciones es revisar documentos que se dieron mal, fue una revisión muy exhaustiva en la que incluso instruyó a su Consejería Jurídica para que presentara lo que llaman los juicios de lesividad, porque son documentos expedidos por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda pero los habían tomado en cuenta de una manera casi delincuencial. Cómo es posible que hayan dado ese certificado de uso de suelo cuando el plan de desarrollo inmobiliario te dice que ahí es tal uso de suelo. Recordarán que en algún momento esto provocó que se parara el tema del desarrollo inmobiliario en lo que se revisaba porque había abusos».
La Alcaldía Benito Juárez, gobernada desde hace 24 años por el Partido Acción Nacional (PAN), ha sido el epicentro de una red de corrupción conocida como el Cártel Inmobiliario que después se extendió a otras demarcaciones como la Miguel Hidalgo.
De acuerdo con la investigación en curso de la FGJ-CdMx, el modus operandi de esta presunta organización delictiva implicaba que estos servidores públicos de la Benito Juárez establecieron un sistema de intercambio de favores por medio de colusiones ilegales con constructoras y desarrollos inmobiliarios. Los acusados autorizaban manifestaciones de construcción o inclusive permitían que hubiera un piso de más en edificios, aunque fuera ilegal. Todo ello a cambio de departamentos.