En esta cinta Kirsten Dunst interpreta a Lee, una reconocida fotoperiodista que se sumerge en el conflicto armado que ocurre en Estados Unidos, después de que California y Texas hayan intentado separarse del país.
Ciudad de México, 14 de abril (SinEmbargo).- La película Guerra Civil de Alex Garland llega este fin de semana a las salas de cine mexicanas, tras un pre estreno en pantallas IMAX, para contar una historia de conflicto estadounidense a través de los ojos de quienes siempre están para contar los hechos: los periodistas y en este caso, fotoperiodistas.
¿De que va? En Guerra Civil Estados Unidos se encuentra en un conflicto armado interno, después de que California y Texas hayan intentado separarse del país, existen varios grupos que pelean por el poder y llegar a la Casa Blanca para acabar con la vida del presidente. En medio de todo ese conflicto aparece Lee, una reconocida fotoperiodista interpretada por Kirsten Dunst, junto a Joel (Wagner Moura), que buscará a travesar el país para entrevistar y fotografiar al presidente antes de que lo encuentren y asesinen. El viaje no será fácil y menos al llevar al experimentado y maduro periodista Sammy (Stephen McKinley Henderson) y a Jessie (Cailee Spaeny), una aspirante a fotógrafa que aprovecha la oportunidad; juntos captaran esas imágenes de un Estados Unidos fracturado.
¿Un periodista sirve a la verdad? ¿Debe dar todo -hasta su vida- para mostrar lo que pasa? ¿Hasta qué punto un fotoperiodista puede ser indiferente? Estas son preguntas que pueden aparecer al ver Guerra Civil, la utopía periodística de darlo todo por contar la historia o por tener ese shot de adrenalina que parece ser necesario para enfrentarse a los horrores de la guerra.
Hace años, el fotógrafo vietnamita Huynh Cong Út, capturó el momento en el que un grupo de niños corre hacia él huyendo del fuego por un bombardeo, en especial aparece una niña, Kim Phuc que, tras deshacerse de su ropa quemada, abre sus brazos y grita. El fotógrafo capturó el horror de la guerra de Vietnam en esa imagen. Cuenta que después llevó a la niña a un hospital. La foto ganó el Pulitzer y el World Press Photo. Este es sólo un ejemplo para reflexionar, ¿hasta donde el fotoperiodista puede -o debe- ser indiferente? En Guerra Civil la indiferencia es clave en la labor de Lee, en una parte de la cinta se muestra una serie crudas imágenes en las que la mujer se muestra impasible (al menos en la primera capa de su ser) frente al abuso, golpes, balas, sangre y muerte, en ese momento lo que importa es fotografiar, obtener la mejor composición, luz y el momento exacto. Sin embargo, con el paso de los minutos, se nos muestra el impacto que esto tiene en Lee, su preocupación y su idea de fotografiar lo que pasa como advertencia para que no siga ocurriendo, ¿funcionará?
De acuerdo con información de Diamond Films México, Alex Garland seleccionó cuidadosamente al elenco, buscó actores que dieran autenticidad y profundidad a sus personajes. "Una de las cosas importantes sobre el personaje de Lee fue que realmente necesitaba haber vivido", apuntó Garland. "Simplemente se sintió perfecta para interpretar a una periodista que ha vivido mucho", compartió al referirse a Kirsten Dunst. Sin duda, Dunst brilla y permite entrar a su mundo, de manera íntima se puede percibir lo que le pasa, ese hartazgo y cansancio que la cobertura de conflictos ha dejado en ella, curiosamente algo que pasa para quien está fuera de la pantalla, dentro de la historia y frente a los demás se muestra fuerte, y hasta indiferente en algunos aspectos.
El personaje de Wagner Moura, Joe agrega ese aspecto relajado y un poco ligero, incluso podría decirse que de despreocupación y de no tomarse en serio nada, algo que sirve para nivelar el horror presentado, que seguramente es nada comparado con la realidad. Por su parte, Cailee Spaeny aporta ilusión, rebeldía, esa emoción que se presenta de manera inocente, por decirlo así, de quien empieza en el mundo del fotoperiodismo, con mucho por aprender, con hambre de crecer pero que está a nada de caer en ese consumismo voraz en el que la guerra se vuelve un espectáculo.
La película cuenta con un destacado manejo del sonido que lleva al espectador a sentirse ansioso y a brincar en la butaca, aquí hay que tener cuidado porque si se es de oídos sensibles, los graves sostenidos que usan en más de un par de ocasiones pueden llegar a provocar incomodidad física.
Tristemente el final parece seguir una fórmula ya mostrada y dejar un hueco e insatisfacción, no obstante, el doloroso camino para llegar ahí esta lleno de buenas actuaciones e imágenes que valen la pena verse en una IMAX.