Los recuerdos ya no viven aquí: una historia mágica de resiliencia y memoria

13/04/2024 - 12:00 am

Jonathan Hernández Sosa habló con SinEmbargo sobre su primera novela, una historia “que es evidencia irrefutable de la fortaleza y enorme capacidad de las mujeres por salir adelante a pesar de sus circunstancias y de sus hombres”.

Ciudad de México, 13 de abril (SinEmbargo).– Es la historia de dos mujeres. Amanda y Amelia. Una nieta, la primera, quien se enfrenta a la misión de decirle a su abuela, la segunda, que se acaba de morir su único hijo. De fondo hay un relato de resiliencia, de una memoria viva que recorre una relación quebrada entre abuela y nieta en las cual habrá encuentros y secretos.

Se trata de la primera novela de Jonathan Hernández Sosa, la cual es editada por la editorial Mariposa Negra. Una historia de realismo mágico que se desarrolla en dos planos: una, en medio de la pandemia de COVID-19, en la que Amanda visita a su abuela para decirle que su padre, el único hijo de ella, ha muerto. La otra, en Las Choapas, Veracruz, en la que una joven Amelia huye de la violencia con su pequeño Gabriel en medio del descubrimiento de saberse adoptada.

“Amanda, que casualmente es una periodista, decide ahondar en los recuerdos de la abuela. Cuando ella le cuenta el primer recuerdo que fue cuando escapó de Las Chapas eso despierta en Amanda las ganas de ahondar más en la historia de la abuela y en el camino empiezan a avanzar hacia descifrar dónde está el origen de Amelia y su verdadera madre”, compartió en entrevista el autor, Jonathan Hernández Sosa.

Además de vivir en dos tiempos, el texto está atiborrado de personajes entrañables como Serapio, un perrito, y hasta villanos de época, como El Ciego, Gabriel, el cruel esposo de Amelia. “Es una historia rompecabezas, o sea no hay una línea temporal. Hay una línea temporal base que es la de Amanda que corre digamos en la pandemia en tiempos actuales y hay una línea temporal que va brincando de un lado a otro con la abuela conforme le va contando sus recuerdos. Para poder hacer eso primero tuve que tener muy clara, la línea temporal de la abuela para no perderme al hacer brincos y que no hubiera incoherencias temporales”.

La primera novela de Jonathan Hernández. Foto: Especial.

“Mi plan era Amelia, la protagonista de la historia de la abuela y la realidad es que terminó siendo una historia paralela, de dos mujeres que están atoradas con su pasado y con sus hombres una con su Pablo en el presente y otra con Gabriel y con Manuel en el pasado de alguna manera. Y en ese camino aparecieron un sinfín de personajes. Y el villano pues es el macho de pueblo que me gustaría pensar que solo existía en 1940, 1950, donde donde está el origen de la historia, pero la tristeza es que nuestra realidad pues todavía hay mucho mucho de esas circunstancia que se cuenta en la novela de cómo las mujeres tienen que ceder a sus propios sueños y a sus propios deseos”, expresó Jonathan Hernández Sosa.

La resiliencia es uno de los aspectos que cruzan la historia y que integran el corazón del libro, comentó el autor. “Al final son dos mujeres que si bien una parece más fuerte que la otra, al final las dos son mujeres muy fuertes, que justamente están luchando en su trinchera y bajo sus propios términos y capacidades de salir adelante. Para mí es una historia sobre el perdón y el rencor”.

Con respecto al título de la novela, Jonathan Hernández Sosa explicó que evoca la idea de que somos parte de una memoria. “Muchas veces por no atrevernos o por cualquier circunstancia no conocemos esas historias que nos dieron origen y me refiero a la historia de nuestras abuelas, de nuestras bisabuelas y si vamos muy atrás, posiblemente la gran mayoría de los mexicanos tenga un origen en algún pueblo de este país con una historia parecida a esta”.

“Entonces el título va más de la mano de esta idea de que también estas memorias o esta historia que tenemos cada uno es una historia viva y que esta memoria sí se hereda y se traspasa, no vive en un ataúd, no vive en un panteón, no vive en un pueblo, es es memoria viva y mucho del tema del título viene por ese sentido los recuerdos ya no viven aquí, los recuerdos van avanzando y se vuelven una herencia viva de de las personas”.

Obed Rosas
Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM. Estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras.
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