La obra inicia y de inmediato se puede notar el rol que cada amigo tiene en su grupo: el que siempre ha tenido suerte y parece tener todo resuelto, el que ha trabajado para lograr lo que tiene y el que tiene un poco de ambas; cuando el juego comienza Mauricio, Alejandro y José Antonio parecen tener todo bajo control, mientras las horas pasan el alcohol se hace más presente, las apuestas suben y entra a escena la confusión.
Ciudad de México, 7 de abril (SinEmbargo).- En la obra El Pez Dorado la suerte y la habilidad tienen un papel clave, ¿qué será más importante en un juego de póker? ¿También aplica para la vida? La puesta en escena escrita por Santiago González, Miguel Pérez Cuesta y Andrea Rocha que se presenta en el Teatro Milán, toma como pretexto un juego de azar para contar la historia de tres amigos y cómo enfrenta la vida cada uno.
¿De que trata? El pez dorado nos lleva a conocer a Mauricio, Alejandro y José Antonio, amigos que se reunirán a jugar póker como lo hacen cada semana, pero esta vez hay algo diferente, ya que Mauricio invita a la mesa a un jugador muy importante, con mucho poder que alterará todo -y a todos- en esa noche de juego. ¿Qué secretos esconde cada uno? Todo puede cambiar en una partida.
El elenco de la puesta en escena está formado por Rubén Enríquez, Andrea de Fátima, Bruno Fuentes, Julio Herrera, Annesy Lozano, Diego Klein y José Manuel Lechuga, quienes alternan funciones en el personaje de Justino; además de Enrique Montaño y José Jaime Orozco que alternan funciones en el personaje de Alejandro, bajo la dirección de Santiago González.
La obra inicia y de inmediato se puede notar el rol que cada amigo tiene en su grupo: el que siempre ha tenido suerte y parece tener todo resuelto, el que ha trabajado para lograr lo que tiene y el que tiene un poco de ambas; cuando el juego comienza Mauricio (un «mi rey»), Alejandro (experto en póker) y José Antonio (el sensei) parecen tener todo bajo control, un plan delineado para favorecerlos y en el que puedan aprovechar «la ventaja» de su relación, aunque hay un par de elementos que han cambiado respecto a otras noches de juego, la idea es impresionar a ese Pez Dorado que puede resolverles la vida -o al menos así lo ven ellos-, mientras las horas pasan el alcohol se hace más presente, las apuestas suben y entra a escena la confusión, ansiedad, la sensación de superioridad y la venganza, hasta llegar al final como el punto más alto de tensión.
El pez dorado atrapa la atención del espectador, mantiene al público atento y hasta preocupado por lo que pueda pasar, con esa sensación de que es muy probable de que nada salga bien, además, se apoya en elementos visuales como dos pantallas a cada lado del escenario que permiten ver la jugada de los personajes que están en el escenario para poder comprender un poco más del juego o para dar una visión más completa a quienes dominan el póker.
¿Dónde ver esta obra? El Pez Dorado se presenta en el Teatro Milán (Lucerna 64, Juárez), con funciones los miércoles a las 20:45 horas; los boletos se pueden adquirir en taquilla o a través de Ticketmaster.