Para las personas, se considera que una generación dura de 20 a 30 años según los sociólogos que describen a las personas de una generación como “aquellas que nacen en un rango de fechas y comparten experiencias culturales similares”.

A partir del año 2019 el mundo todo vivió el inicio de la pandemia COVID-19. Sus efectos se extienden hasta el día de hoy sobre el planeta entero. La pandemia llegó como una nube que se entendía por todos los rincones, así como flotando en el aire y cayendo en cada una de las personas, las cuales aún sin hacer conciencia filtramos la manera en la que convivimos, viajamos, e interactuamos con otras personas e incluso como pensamos que será nuestra vida en el futuro.

El haber vivido inmersos en una pandemia nos enfrentó a miedos íntimos. Nos puso de frente a la muerte, al sufrimiento y al ver partir a personas queridas. Ante la conducta aberrante de un coronavirus que no respetaba los patrones de comportamiento de coronavirus previamente conocidos, incluso de ser un coronavirus del cual, hasta hoy no se puede señalar con precisión el caso cero, el primer paciente infectado.

No es menester de esta columna ceder el paso a ideas de conspiración y de pensamientos creativos. Estas columnas recopilan información científica publicada y revisada. Se las presento de manera entendible y así contribuir, de alguna de manera a que tomen las mejores decisiones para su salud personal.

Como una parte fundamental del impacto de la pandemia COVID-19 ahora enfrentamos las secuelas de las personas se infectaron con el virus SARS-CoV-2 o enfermaron de COVID-19.

Desde el año 2020 empezamos a ver trastornos persistentes en el sistema nervioso de las personas infectadas, se alteraron los patrones de sueño-vigilia, se hizo persistente el adormecimiento de manos, aparecieron dolores de cabeza recurrentes sin una causa aparente, iniciaron o se agravaron las oscilaciones del estado del ánimo y se presentaron recurrentes alteraciones de la funciones respiratoria, gastrointestinal y renal entre otras.

Probablemente lo más preocupante es el efecto el cual, menores de edad, niñas y niños han vivido durante la pandemia teniendo de dos a catorce años de edad. El encierro les causó ansiedad, depresión, alteraciones del ciclo sueño vigilia que hasta hoy les han dejado una marca en los patrones de conducta y de la forma en la que reaccionan a los estímulos de la vida cotidiana. Hay un vestigio de desesperanza, de tener la sensación de que algo inminentemente grave sucederá.

De manera particularmente delicada, durante la etapa en la que el confinamiento fue parte de las estrategias de contención para la transmisión comunitaria del virus, se incrementaron significativamente los casos de violencia intrafamiliar en los cuales fueron, para no variar, las mujeres y menores de edad quienes fueron afectadas mayormente.

Una parte de esa violencia a las niñas y niños es la disminución de las tasas de vacunación. Las personas adultas responsables de su cuidado han decidido interrumpir o aún peor, no iniciar los esquemas de vacunación. Esto sin duda causara enfermedades, discapacidad y muerte.

Debemos prestar mucha atención y construir un día a la vez un mejor y más seguro entorno, debemos entender que las pandemias son parte de la evolución biológica de los virus y su interacción con las personas. Esta pandemia debe ser una llamada de atención para hacer un análisis de nuestras prioridades y vivir con mejor salud biológica, psicológica y social. Este es un análisis personal y cada quien merece tener un programa de vida colmado de satisfacciones individuales y colectivas.

A todas las personas, como siempre, les deseo lo mejor cada día.

Muchas gracias.

Referencias

Al-Aly, Z., & Topol, E. (2024). Solving the puzzle of Long Covid. Science, 383(6685), 830-832.

Al-Rahamneh, H., Arafa, L., Al Orani, A., & Baqleh, R. (2021). Long-term psychological effects of COVID-19 pandemic on children in Jordan. International Journal of Environmental Research and Public Health, 18(15), 7795.

Essler, S., Christner, N., & Paulus, M. (2024). Short-term and long-term effects of the COVID-19 pandemic on child psychological well-being: a four-wave longitudinal study. European Child & Adolescent Psychiatry, 33(3), 909-922.

Green, K. H., Van De Groep, S., Sweijen, S. W., Becht, A. I., Buijzen, M., De Leeuw, R. N.,& Crone, E. A. (2021). Mood and emotional reactivity of adolescents during the COVID-19 pandemic: short-term and long-term effects and the impact of social and socioeconomic stressors. Scientific Reports, 11(1), 11563.

Lopez-Leon, S., Wegman-Ostrosky, T., Perelman, C., Sepulveda, R., Rebolledo, P. A., Cuapio, A., & Villapol, S. (2021). More than 50 long-term effects of COVID-19: a systematic review and meta-analysis. Scientific reports, 11(1), 1-12.

Héctor L. Frisbie

https://www.sinembargo.mx/author/hectorlfrisbie/

Nació en la Ciudad de México en 1965. Se graduó como Médico Cirujano en 1989 en la Ciudad de México. De la especialidad de Ginecología y Obstetricia en 1996 en la Ciudad de México. Fellow del Colegio Americano de Ginecología y Obstetricia. Se graduó en Alta Dirección en Instituciones de Salud Publica en el IPADE. Jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia del Centro Médico Dalinde en la Ciudad de Mexico. Director General del Hospital de Alta Especialidad Materno Infantil en León, Guanajuato. Es candidato al Doctorado en Salud Pública por la Universidad Walden en Minneapolis Minnesota. Desde 2010 practica medicina en EU. Participa regularmente en entrevistas de salud en las cadenas UNIVISION y TELEMUNDO. Tiene un canal educativo en YouTube en aspectos de Salud asociado a un noticiero y se transmite cada semana en la República Mexicana.

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