El carguero que perdió potencia y chocó contra un puente de Baltimore fue sometido previamente a un “mantenimiento rutinario del motor” en puerto, informó la Guardia Costera de Estados Unidos el miércoles, mientras que los buzos recuperaron los cadáveres de dos de seis trabajadores que cayeron en las aguas de la bahía cuando colapsó el puente. Los demás fueron dados por muertos y los funcionarios dijeron que se habían agotado las labores de búsqueda.
Por Claudio Escalón
AZACUALPA, Honduras (AP).— Los trabajadores de construcción que desaparecieron en el derrumbe de un puente en Baltimore llegaron a Maryland procedentes de México o Centroamérica, incluido un padre y esposo hondureño que inició un negocio de mensajería antes de que la pandemia lo obligara a buscar otro empleo, según su familia.
La policía logró cerrar el puente al tráfico segundos antes de que un buque de carga se estrellara contra uno de los pilares del puente Francis Scott Key el martes por la madrugada. El puente cayó hacia las aguas gélidas del río Patapsco sin dar tiempo a los trabajadores que reparaban baches para escapar y ponerse a salvo.
Al menos ocho personas cayeron al agua y dos fueron rescatadas. Dos cuerpos fueron recuperados el miércoles, mientras que otras cuatro personas continúan desaparecidas y se les da por muertas.
Los gobiernos de México, Guatemala, El Salvador y Honduras confirmaron que hay ciudadanos suyos entre los desaparecidos.
Maynor Yassir Suazo Sandoval, de 38 años, era el menor de ocho hermanos originarios de Azacualpa, una zona rural montañosa del noroeste de Honduras en la frontera con Guatemala.
Hace 18 años partió por su cuenta hacia Estados Unidos en busca de oportunidades. Había trabajado como técnico industrial en Honduras, reparando equipos en grandes maquiladoras, pero el salario era muy bajo para salir adelante, dijo uno de sus hermanos, Martín Suazo Sandoval, parado en el camino de tierra frente al pequeño hotel de la familia en Honduras.
”Él siempre soñaba con tener su propia empresa”, declaró.
Otro hermano, Carlos Suazo Sandoval, dijo que Maynor esperaba retirarse algún día en Guatemala.
“Era el bebé de todos nosotros. Era el menor. Era un tipo muy alegre, un tipo que siempre pensaba en el futuro, un tipo visionario”, declaró a The Associated Press el miércoles desde Dundalk, Maryland, a poca distancia del lugar del derrumbe.
Maynor entró en Estados Unidos de forma irregular y se estableció en Maryland. En un principio, trabajaba en lo que pudiera encontrar, como en construcciones y retirando matorrales. Eventualmente fundó un negocio de mensajería en la zona de Baltimore-Washington, contó Martín.
Otros hermanos y parientes lo siguieron al norte.
“Él fue un pilar fundamental, un bastión para que otras personas de la familia también pudieran viajar hacia allá y luego obtener visas y todo", dijo Martín. “Él fue prácticamente un impulsor para que la mayoría de la familia pudiera viajar”.
Maynor estaba casado y tenía dos hijos, de 17 y 5 años, agregó.
La pandemia de COVID-19 obligó a Maynor a buscar otro empleo, y entró a trabajar a Brawner Builders, la empresa que hacía trabajos de mantenimiento en el puente cuando se derrumbó.
Martín, su hermano, dijo que Maynor nunca habló de tener miedo al trabajo, a pesar de las alturas a las que trabajaba en los puentes. Él decía que no importaba la hora ni dónde estaba el trabajo, tenías que estar donde estaba el trabajo, agregó.
Hasta entonces, las cosas marchaban bien para él. Estaba haciendo los trámites para conseguir la residencia legal y planeaba regresar a Honduras este año para completar el proceso, dijo su hermano.
A pesar de que Maynor no había podido regresar a Honduras, había hecho algunos aportes financieros a varias organizaciones no gubernamentales de su localidad, así como a la liga de futbol juvenil, narró su hermano. La zona depende en gran medida de la agricultura —café y caña de azúcar— y la ganadería, agregó.
El empleador de Maynor le informó a la familia de su desaparición, lo que devastó a sus parientes, en especial a su madre, quien aún vive en Azacualpa, dijo Martín.
“Son momentos difíciles y lo único que nosotros mantenemos es la fe”, dijo. Señaló que su hermano menor sabía nadar y podría haber ido a parar a cualquier parte. Si se confirma lo peor, la familia haría las gestiones para regresar su cuerpo a Honduras.
En México, el Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que había tres mexicanos en el puente al momento del derrumbe, uno de los cuales fue rescatado con heridas, mientras que los otros dos estaban desaparecidos. Dijo que no revelaría sus nombres por respeto a la intimidad de la familia.
La tragedia ilustra los aportes que hacen los migrantes a la economía estadounidense, dijo López Obrador.
“Esto demuestra que los migrantes van a hacer trabajos a medianoche, trabajos muy riesgosos y que por eso no merecen ser tratados como suele pasar, por algunos políticos irresponsables y con poca sensibilidad, en Estados Unidos”, afirmó.
Posteriormente, el coronel Roland L. Butler Jr., superintendente de la Policía Estatal de Maryland, informó que los buzos localizaron los cuerpos de dos hombres dentro de una camioneta pickup de color rojo sumergida en unos 7.6 metros (25 pies) de agua cerca de la mitad del puente.
Uno era el guatemalteco Dorlian Ronial Castillo Cabrera, de 26 años, y el otro era Alejandro Hernández Fuentes, un mexicano de 35 años.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala había confirmado previamente que dos ciudadanos suyos estaban entre los desaparecidos. Y la Canciller salvadoreña Alexandra Hill Tinoco escribió en la red social X que un ciudadano salvadoreño de nombre Miguel Luna estaba entre los desaparecidos.
Los investigadores estatales y federales han dicho que el siniestro parece haber sido accidental.