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Alejandro Calvillo

09/03/2024 - 12:05 am

Menos muertes por fentanilo vs. alcohol

Entre los daños provocados a las personas, las drogas que ocuparon la mayor puntuación fueron la heroína, el crack y la metanfetamina en cristal, mientras que el alcohol, la heroína y el crack estuvieron al frente de la lista de las más perjudiciales para terceros.

En los Estados Unidos, donde llevan una mejor estadística de las causas de fallecimientos, las muertes anuales por sobredosis alcanzaron la cifra de 107 mil 888 en 2022, de las cuales 73 mil 798 fueron por fentanilo. El Centro de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos recién dio a conocer que las muertes anuales por alcohol se han incrementaron en los últimos años, alcanzando 178 mil en 2023, más del doble que las causadas por el fentanilo. Escuchamos las noticias alarmantes de que en Estados Unidos mueren más de 200 personas cada día por fentanilo, pero no se menciona que mueren más del doble (488), cada día, por consumo de alcohol. Es decir, cada hora mueren 8 personas por consumo de fentanilo y más de 20 por alcohol, pero esto último no se menciona, se ha normalizado.

La normalización del consumo de alcohol, en las cantidades que se consume actualmente, ha sido para garantizar las ganancias multimillonarias de las corporaciones alcoholeras que invierten enormes cantidades en publicidad dirigida, en especial, a jóvenes y mujeres. Estas corporaciones, con su poder económico e influencia política, vuelven invisible la magnitud de sus daños catastróficos. Cuentan con un ejército de cabilderos en el Poder Legislativo para evitar cualquier legislación que les afecte y son amigos, compadres, socios en los clubes sociales de funcionarios y magistrados.

Pregunté recientemente, en un foro organizado en la Facultad de Psicología de la UNAM sobre alcohol y violencia, a los estudiantes presentes si tenían un familiar cercano con problemas en el consumo de alcohol que haya afectado a los demás miembros de su familia. Les pedí levantar la mano y que miraran a sus compañeros. Visibilizar esta situación de la que muy poco se habla, nos permite ver que se trata de una epidemia. Bastante más de la mitad levantaron la mano, algunas personas con cierta pena. Como veremos, el daño que provoca el alcohol es mayor en el entorno de quienes lo consumen de manera problemática que en ellos mismos. Y el tema es que el consumo de alcohol va en aumento por las estrategias de las corporaciones globales.

Sabemos que se trata de drogas muy diferentes, que el fentanilo hay que prohibirlo, pero el alcohol no. El alcohol ha formado parte de la historia de la sociedad humana, pero no en la proporción que está ahora, ni con su multimillonaria publicidad. No era una mercancía de corporaciones que buscaran por todos los medios vender más para obtener más ganancias, que puedan reportar en la bolsa de valores cada tres meses.

El alcohol convertido en una mercancía comercializada por grandes corporaciones globales se vuelve una amenaza para la sociedad. No hay que prohibir el alcohol, sabemos las consecuencias de esta medida. Pero lo que es urgente es establecer una política nacional sobre consumo de alcohol, reducir de manera radical sus daños, poniendo un alto a las prácticas predatorias de las corporaciones alcoholeras que inducen al alto consumo, especialmente, de las poblaciones más vulnerables.

Cada droga tiene un daño diferente y se ha tratado de evaluar considerando el daño que cada una provoca tanto en la persona que la consume como en su entorno familiar inmediato y en su entorno social. Un estudio realizado en 2007 dirigido por Nutt partió de 9 criterios que tienen que ver con el daño al consumidor y 7 con los daños causados a otros, divididos en subgrupos como daños físicos, psicológicos y sociales, estableciendo una calificación de 0 a 100.

Entre los nueve criterios de daño a la persona estuvieron: mortalidad a causa directa del consumo, mortalidad derivada del consumo, daño directo a causa del consumo, daño derivado del consumo, dependencia, discapacidad mental a causa del consumo, pérdida de capacidades de la percepción, daño a las relaciones personales y lesiones.

Entre los siete de daños a terceros: crimen, conflicto familiar, daño al entorno cercano, daño al conjunto de la sociedad, coste económico y deterioro de la cohesión comunitaria.

Entre los daños provocados a las personas, las drogas que ocuparon la mayor puntuación fueron la heroína, el crack y la metanfetamina en cristal, mientras que el alcohol, la heroína y el crack estuvieron al frente de la lista de las más perjudiciales para terceros.

Tomando los impactos a la persona y a terceros de diversas drogas, el alcohol alcanzó la puntuación de 72, la más alta, seguido de la heroína (55), el crack (54), el cristal (33), cocaína (27), tabaco (26), anfetaminas (23), cannabis (20), ácido gama-hidroxibutírico (18), benzodiazepinas (15), quetamina (15), metadona (14), mefedrona (13), butano (10), khat (9), éxtasis (9), esteroides anabolizantes (9), LSD (7), buprenorfina (6) y setas (5). De acuerdo a estos resultados el alcohol, es la droga con mayores impactos.

Se estima que más, mucho más del 50 por ciento de las ventas de alcohol se realiza a los consumidores que presentan consumo problemático de alcohol y esto lo saben bien las corporaciones. Un mercado que no están dispuestos a dejar. Algo que también saben las corporaciones y explotan es que entre más jóvenes se comience a probar el alcohol hay mayores posibilidades de que se conviertan en altos consumidores. Por lo anterior, gran parte de sus estrategias se enfoca en ésta población y para ello se convierten en patrocinadoras de los eventos cuyo público objetivo es éste. El otro objetivo son las mujeres, especialmente, las jóvenes.

El aumento de consumo de alcohol en EUA considera el CDC se debe a la alta disponibilidad del alcohol y al aumento de su consumo en las mujeres. El objetivo es aumentar la disponibilidad y su asequibilidad que en México no tiene límites.

La asociación entre el consumo de alcohol y la violencia de género y familiar, además de la comunitaria y social, es muy alta en nuestro país, un país donde las corporaciones del alcohol han estado muy ligadas al poder político, logrando normalizar esta situación.

Alejandro Calvillo
Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.

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