La muerte de civiles y militares a consecuencia de minas terrestres se ha hecho cada vez más común en México. Las organizaciones criminales no sólo emplean sofisticadas armas y carros blindados caseros, sino también explosivos y drones modificados.
Por Fabiola Sánchez
CIUDAD DE MÉXICO (AP).— Tres campesinos fallecieron el martes por la explosión de una mina terrestre en el estado de Michoacán, en el occidente de México, donde han proliferado los explosivos caseros de las organizaciones delictivas que la semana pasada ocasionaron la muerte de cuatro militares.
El incidente se registró la tarde del martes en el municipio Tumbiscatío, donde tres hombres que se trasladaban en un vehículo murieron al estallar una mina artesanal, dijo a la AP un funcionario de las fuerzas de seguridad estatal, que habló en condición de anonimato porque no está autorizado para dar declaraciones.
Un habitante de la zona reportó el hecho a las autoridades que, al llegar al lugar, encontraron un vehículo volcado completamente destruido y los cuerpos desmembrados de tres personas. Agentes de la Fiscalía General de Michoacán se trasladaron al sitio para iniciar las investigaciones.
El pasado 29 de febrero cuatro militares fallecieron tras pisar un explosivo casero en el poblado de Aguililla, vecino a Tumbiscatío.
Michoacán es uno de los seis estados del país con mayor incidencia delictiva de México, donde operan varios grupos criminales, entre ellos el poderoso Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y la Familia Michoacana.
El Gobierno federal ha enviado a Michoacán varios miles de militares y elementos de la Guardia Nacional para reforzar la seguridad, pero han resultado insuficientes para contener la violencia en esa región.
