El hospital Nasser fue el más reciente de una serie de hospitales que las fuerzas israelíes asediaron y asaltaron durante la guerra bajo el argumento de que Hamás los estaba utilizando con fines militares.
Por Wafaa Shurafa y Bassem Mrque
Rafah, Franja de Gaza, 16 de febrero (AP) — Cinco pacientes en cuidados intensivos murieron tras quedarse sin oxígeno en un asalto de tropas israelíes al principal hospital del sur de Gaza, una irrupción que desató el caos entre cientos de heridos, médicos y personal del hospital, informaron autoridades sanitarias el viernes.
La incursión se produjo luego que las tropas sitiaron el hospital Nasser, en la ciudad sureña de Jan Yunis, durante casi una semana, en que el personal, pacientes y otras personas que se refugiaban en su interior hicieron frente al intenso fuego y a la escasez de suministros, incluyendo comida y agua.
Los soldados israelíes registraban el complejo donde, de acuerdo con el ejército Israel, podrían estar los restos de rehenes secuestrados por Hamás.
El ejército israelí informó el viernes que había detenido a docenas de personas en las instalaciones, entre ellas algunas que presuntamente estaban involucradas en el ataque de Hamás contra Israel del 7 de octubre.
También el viernes, un hombre abrió fuego en una parada de autobús en una concurrida intersección en el sur de Israel, matando a dos personas e hiriendo a cuatro antes de ser abatido a tiros por un transeúnte. No hubo ninguna atribución de responsabilidad inmediata.
Más tarde el viernes, las fuerzas de seguridad israelíes llegaron a la casa de un palestino en Jerusalén que previamente había sido identificado en las redes sociales como vinculado al ataque.
Las negociaciones para un alto el fuego en Gaza parecen haberse estancado y el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu rechazó el viernes la visión de Estados Unidos para después de la guerra —especialmente sus llamados a crear un Estado palestino. Tras una conversación telefónica durante la noche con el Presidente estadounidense Joe Biden, Netanyahu dijo en X, antes Twitter, que Israel no aceptará "dictados internacionales respecto a un acuerdo permanente con los palestinos".
Si otros países reconocen unilateralmente un Estado palestino, se dará "una recompensa al terrorismo", agregó Netanyahu, quien ha rechazado repetidamente su creación.
Netanyahu ha prometido continuar con la ofensiva en la Franja y ampliarla a la ciudad de Rafah, en la frontera con Egipto, hasta que Hamás sea destruido y decenas de rehenes capturados en el ataque el insurgente del 7 de octubre sean liberados.
En su conversación telefónica, Biden volvió a advertir al mandatario que no siga adelante con la operación militar en Rafah antes de trazar un "plan creíble y ejecutable" que garantice la seguridad de los civiles palestinos, indicó la Casa Blanca.
Dos ataques aéreos israelíes sobre Rafah durante la noche mataron al menos a 12 personas, nueve de ellas integrantes de una sola familia, según funcionarios del hospital.
Con la guerra sin dar visos de terminar, el riesgo de que se expanda aumentó tras el intercambio de disparos más letal entre el grupo insurgente libanés Hezbollah y el ejército israelí desde el inicio del conflicto en Gaza, Israel lanzó operaciones aéreas en el sur de Líbano por segundo día consecutivo el jueves tras matar a 10 civiles y a tres combatientes en la víspera en respuesta a un ataque con cohetes que mató a una soldado e hirió a varios más.
ESCENAS DE PÁNICO EN EL HOSPITAL
Los ataques a centros hospitalarios han destruido el sector sanitario de Gaza, que lucha por atender a un flujo constante de personas heridas en los bombardeos diarios.
El ejército indicó el jueves que tenía "inteligencia creíble" de que Hamás había mantenido rehenes allí y que los restos de los rehenes podrían estar todavía dentro. El viernes, el ejército dijo que sus tropas seguían buscando en el hospital, pero no informaron haber encontrado ningún cadáver.
Dijo que arrestaron a 20 personas bajo sospecha de participar en el ataque del 7 de octubre y que docenas más fueron interrogadas. Sostuvo que los soldados encontraron granadas y granadas de mortero, y que milicianos habían disparado morteros desde el interior del hospital hace un mes. Las afirmaciones no pudieron confirmarse de forma independiente.
Una rehén liberada dijo a The Associated Press el mes pasado que ella y más de dos docenas de cautivos habían sido retenidos en el hospital Nasser.
Mientras buscaban, los soldados ordenaron a los más de 460 miembros del personal, pacientes y sus familiares que se mudaran a un edificio más antiguo en el complejo que no está equipado para tratar a pacientes, detalló el Ministerio de Salud de Gaza. Seis pacientes quedaron en la UCI sin nadie que los cuidara, junto con tres bebés en incubadoras, afirmó el Ministerio.
El viernes, el Ministerio señaló que cinco de esos pacientes habían muerto porque se cortó la electricidad, lo que interrumpió el suministro de oxígeno para ellos.
"La ocupación israelí es responsable de las vidas de los pacientes y del personal, ya que el complejo ahora está bajo su control total", subrayó el Ministerio. Añadió que las tropas se habían instalado en la sala de maternidad del hospital y estaban llevando allí a pacientes varones, aparentemente para interrogarlos.
Raed Abed, un paciente herido que estaba entre los que se marcharon del complejo el miércoles, dijo que tras el sitio no había comida ni agua.
"Hay basura por todas partes. Las aguas residuales han inundado la sala de urgencias", relató.
Recuperándose todavía de una herida grave en el estómago, Abed contó que él y otros esperaron al aire libre durante horas ya que los soldados sólo permitían salir en grupos de cinco, arrestando a algunos y obligando a otros a quedarse en ropa interior, añadió. Finalmente, caminó los kilómetros que separan Jan Yunis de Rafah, donde ingresó en un hospital. Allí, tendido en una cama, resoplaba de dolor por su herida mientras hablaba.
Soldados, tanques y francotiradores rodearon el hospital durante al menos una semana en la que, de acuerdo con funcionarios sanitarios, los alimentos, el agua y los suministros se han ido agotando y los disparos procedentes del exterior mataron a varias personas.
Horas antes que las tropas ingresaran al hospital el jueves, el fuego israelí mató a un paciente e hirió a otros seis, dijo el personal.
Hamás, en un comunicado el viernes, negó que sus combatientes estuvieran utilizando el hospital Nasser con fines militares y calificó las acusaciones como "mentiras que circularon para justificar el crimen de guerra".
El derecho internacional prohíbe atacar centros médicos, que podrían perder su protección si se utilizan con fines militares. Pero incluso en ese caso, Israel debe tomar precauciones y seguir los principios de proporcionalidad, indicó la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas, agregando que, "como potencia ocupante", tiene el deber de mantener las instalaciones sanitarias.
MESES DE CONFLICTO SIN FINAL A LA VISTA
La guerra comenzó cuando los insurgentes de Hamás burlaron las férreas defensas israelíes el 7 de octubre e irrumpieron en varias comunidades matando a unas mil 200 personas, en su mayoría civiles, y tomando a alrededor de 250 como rehenes.
Más de 100 quedaron libres durante un alto el fuego de una semana en noviembre en un canje por 240 palestinos encarcelados por Israel.
En Gaza quedan unos 130 rehenes, de los que se cree que alrededor de una cuarta parte han muerto.
Israel respondió al ataque insurgente lanzado una de las ofensivas aéreas y terrestres más letales y destructivas de la historia reciente.
Al menos 28 mil 663 palestinos han muerto, en su mayoría mujeres y menores, y más de 68 mil 000 resultaron heridos, de acuerdo con el conteo del Ministerio de Salud de Gaza, que no distingue entre víctimas civiles y combatientes. Alrededor del 80 por ciento de los 2.3 millones de habitantes de la Franja se han visto obligados a abandonar sus hogares y la crisis humanitaria hace que más de un cuarto de la población no tenga qué comer. Grandes zonas del norte del enclave, el primer objetivo de la ofensiva, quedaron totalmente destruidas.
Los medios israelíes reportaron que el director de la CIA, William Burns, voló a Israel para discutir con Netanyahu los esfuerzos para una tregua.
Hamás ha seguido atacando a las fuerzas israelíes en todas las zonas de Gaza y dice que no entregará a más rehenes hasta que Israel ponga fin a su ofensiva y se retire del territorio. El grupo reclama además la liberación de un gran número de palestinos, incluyendo comandantes de alto rango.
Netanyahu ha rechazado esas demandas calificándolas de "delirantes" y afirma que Israel ampliará pronto su ofensiva a la ciudad más septentrional del enclave, Rafah, en la frontera con Egipto. Más de la mitad de la población gazatí se ha refugiado allí.
Durante la noche, varios ataques aéreos sobre Rafah destruyeron viviendas y mataron a al menos 11 personas, indicaron las autoridades de salud.