Jorge Antonio Sánchez Ortega fue detenido por personal de la policía municipal de Tijuana momentos después del atentado que sufrió Luis Donaldo Colosio, “cuando corría hacia un vehículo volkswagen” y porque “su chamarra de colorblanco se encontraba manchada de sangre”. Detrás de su liberación hay una conexión entre una serie de personajes.
Ciudad de México, 1 de febrero (SinEmbargo).– Pese a haber representado una línea de investigación que en su momento no se agotó, el agente del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), Jorge Antonio Sánchez Ortega, ha vuelto a ser señalado 30 años después de ser el segundo tirador en el asesinato del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta. Este personaje ha sido protegido a lo largo de los años por una red compuesta por integrantes de inteligencia, políticos y hasta figuras vinculadas al crimen organizado.
Fue la segunda Fiscal especial del caso, Olga Islas de González Mariscal, quien señaló en su informe del 30 de noviembre de 1994, que el acuerdo de libertad de José Antonio Sánchez Ortega era inexacto, “ya que en realidad sí había imputación en contra” y “desde luego, era perseguible de oficio”.
El 3 de mayo de 1997 ministerialmente, Olga Islas de González Mariscal dijo que desde el inicio de su gestión se plantearon 31 líneas de investigación y una de ellas era respecto a Jorge Antonio Sánchez Ortega, quien fue detenido instantes después del magnicidio al huir de la escena del crimen con una chamarra manchada con sangre, que después se comprobaría era del candidato, y que dio positivo a la prueba de rodizonato de sodio, empleada para demostrar cuando alguien disparó un arma.
En declaraciones a las autoridades, el agente sostuvo que “observó que había movimientos anormales, encontrándose en esos momentos a su compañero Moisés (Aldana Pérez), quien le dijo que al parecer se trataba de una balacera, y que su radiotransmisor no funcionaba para transmitir su informe a la Central de Información Local deTijuana, dependiente de la Secretaría de Gobernación, procediendo el declarante a dirigirse a su patrulla a efecto de informar por radio lo que había ocurrido [...] al dirigirse a su vehículo vio que llegaba una Blazer, color negro con gris y se paraba delante de una ambulancia que venía atrás del vehículo antes citado, y en donde vio que descendían varias personas del vehículo cargando al licenciado Luis Donaldo Colosio, percatándose el de la voz que dicha persona venía herida, acercándose el deponente a metro y medio aproximadamente del licenciado Colosio quien venía ensangrentado en la parte del pecho, ya que traía cubriéndole el rostro su propia camisa”.
Hasta hace unos años, Jorge Antonio Sánchez Ortega fue comisionado por el Cisen en Coahuila, en donde realizó labores de espionaje a personajes como el Obispo Raúl Vera, el exgobernador Humberto Moreira y su hermano, entonces líder del PRI estatal y hoy Diputado federal, Rubén Moreira.
Su liberación del caso Colosio no se podría entender sin la participación, en un primer instante, de Jorge Tello Peón, entonces director del Cisen, quien fue señalado de intervenir directamente mediante una llamada a la representación de la Procuraduría General de la República (PGR) en el estado, un hecho que distintos personajes trataron de minimizar, pero que en realidad nadie negó, según se desprende del tomo 3 del Informe de la investigación del homicidio del licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta elaborado por la Subprocuraduría Especial para el Caso Colosio entonces a cargo del cuarto Fiscal del caso Luis Raúl González Pérez.
El propio Jorge Antonio Sánchez Ortega sostuvo en su ampliación de declaración del 7 de febrero de 1997: “no recuerdo la hora exacta cuando me llevaron a la oficina de (Arturo) Ochoa Palacios (en ese entonces Delegado de la Procuraduría General de la República en Baja California), pero sí recuerdo que fue momentos después cuando le dijo su secretario ‘le habla por teléfono Tello Peón’, desconociendo qué le hayan dicho en esa llamada”, lo cual coincide con la parte conducente del “Anexo 2” del oficio DI/126/94, suscrito por el licenciado Edmundo Salas Garza, con fecha del 17 de mayo de 1994, del que se ha hecho referencia”.
En efecto Edmundo Salas Garza, entonces director de Investigaciones del Cisen y jefe de Sánchez Ortega, sostuvo sobre la llamada de Tello Peón a la PGR:
“Salas Garza precisó que sobre una supuesta llamada que hizo el ingeniero Tello, según aparece en el anexo, los hechos ahí contenidos no le constan y son resultados de informes enviados a la Dirección de Investigación por la Subdelegación de Tijuana; señalando al respecto “...quiero mencionar que ni me acordaba de la llamada telefónica que supuestamente hizo el ingeniero Tello a la delegación de la Procuraduría General de la República, porque eso no me consta ni supe”, se lee en el informe.
Además de haber dirigido el Cisen, Jorge Tello Peón es conocido tanto como “el ingeniero de la seguridad” como por su papel en el diseño computarizado de la reconstrucción del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, ocurrido en el aeropuerto de Guadalajara, Jalisco, el 24 de mayo de 1993, el llamado “informe Nintendo”.
Durante los gobiernos panistas desempeñó un papel clave en las labores de seguridad, con Vicente Fox fue Subsecretario de Seguridad, es decir el segundo al mando después del entonces Secretario de Seguridad Alejandro Gertz Manero, actualmente el Fiscal General de la República. Ya en el Gobierno de Felipe Calderón, en octubre de 2008, Tello Peón fungió como asesor en materia de seguridad del panista, para después asumir al frente del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).
No solo eso, Tello Peón formó a Genaro García Luna, que actualmente está preso en Estados Unidos acusado de vínculos con el narcotráfico, tal y como lo reconoció el propio súper policía de Calderón. En entrevista para el libro Las cinco vidas de Genaro García Luna, de los académicos Guadalupe Correa-Cabrera y Tony Payán, García Luna reveló que fue Tello quien le encargó construir el modelo de seguridad en ese Gobierno. “Yo le hice el plan a Tello; él me había dicho:’“Genaro, ayúdame a escribir el proyecto para la República mexicana’”.
Pero Tello Peón no es el único integrante de esta intrincada conexión del caso Colosio.
Edmundo Salas Garza, entonces director de Investigaciones del Cisen y el jefe directo de Jorge Antonio Sánchez Ortega, también fue clave en esta trama al ser quien sostuvo que fue el propio Sánchez Ortega quien le afirmó que “ayudó al traslado del licenciado Colosio de un vehículo a otro y que ahí se manchó de sangre”, una versión que desmintió el agente del Cisen quien hoy es señalado de ser el segundo tirador.
Para ese momento Salas Garza contaba con una trayectoria burocrática que nada tenía que ver con la inteligencia, ni antes ni después de que fue designado en ese cargo. Debió ser designado por Jorge Tello Peón, quien llegó a la dirección general del Cisen a finales de 1993, como el propio Sánchez Ortega. Economista de formación, antes de su ingreso al Cisen fue director general de Financiamiento para el Desarrollo Urbano entre 1993 y 1994 en la Secretaría de Desarrollo Social, dependencia que encabezó del 8 de abril de 1992 al 28 de noviembre de 1993 y que dejó para iniciar su campaña por la presidencia del país, durante la cual fue asesinado el 23 de marzo de 1994 en Lomas Taurinas, Tijuana.
¿Pero qué hacía Sánchez Ortega en el mitin del candidato presidencial? Estaba en el lugar, según explicó Alejandro Ibarra Borbón, subdelegado del Cisen en Tijuana, para recabar “información del ambiente sociopolítico” y se le comisionó junto a los agentes Moisés Aldana Pérez y José Luis Pimentel a cubrir la gira. También se señaló que al momento de su detención tenía una credencial de reportero, profesión que había ejercido años antes en Tijuana.
El hecho de que tuviera una credencial de reportero se remonta a la conexión con otros personajes.
Al exsenador del PT por Tijuana, Marco Antonio Blásquez Salinas, y a Marco Antonio Romero Arizpe, quien conoció a Jorge Antonio Sánchez Ortega gracias a Urbano Hernández Somero, amigo y compañero de estudios de Sánchez, que fue vinculado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos al Cártel de Tijuana.
El informe del caso Colosio revela que Urbano Hernández Somero, amigo y compañero universitario de Jorge Antonio Sánchez Ortega, declaró que de 1981 a 1985 fue presidente de la Sociedad de Alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Baja California, con sus compañeros, entre los que se encontraba Sánchez Ortega, formó el “Grupo Universitario”, el cual en 1985 participó en la campaña para Gobernador de Xicoténcatl Leyva Mortera, quien en 1989 fue orillado por Carlos Salinas a solicitar licencia como Gobernador.
Por esas fechas, Marco Antonio Romero Arizpe, quien hasta hace unos años era regidor de Morena en Tijuana, le impartió clases sobre periodismo por lo que del 19 de agosto al 16 de noviembre de 1988, Sánchez Ortega se desempeñó como reportero en la Compañía Periodística Baja California, cuando era director de esa empresa el referido Romero Arizpe, quien lo aceptó por recomendación de Urbano Hernández Somero, con quien de enero de 1992 a marzo de 1993, Jorge Antonio Sánchez laboró antes de sumarse al Cisen principios de octubre de 1993.
En declaraciones a la Policía Judicial Federal, en 1997, Marco Antonio Romero Arizpe confirmó que Sánchez Ortega le pidió trabajo para desempeñarse como reportero, por lo que le dio la oportunidad ya que lo conocía desde la administración pública por lo que incluso le dio una credencial que lo acreditaba como reportero de su medio.
Romero Arizpe señaló que fue Marco Antonio Blásquez, quien sería Senador del PT y hoy Diputado local por el mismo partido, el que le llamó por teléfono y le hizo mención de lo ocurrido en Lomas Taurinas, y que habían detenido a Jorge Antonio Sánchez Ortega con una credencial del periódico donde él era el director. De esta manera, Ramos Arizpe explicó a las autoridades que Sánchez Ortega traía esta acreditación porque trabajaba con él de tiempo atrás, al tiempo que era agente del Cisen.
Algo parecido ocurrió hace unos años, cuando Sánchez Ortega fue comisionado por el Cisen en Coahuila donde se hizo pasar como periodista, como reveló Proceso, semanario que también refiere que el amigo de juventud, empleador y quien recomendó a Sánchez Ortega para entrar al Cisen, fue Urbano Hernández Somero, quien ha sido vinculado al llamado Cartel de Tijuana desde hace al menos 18 años.
El medio recuerda en un reportaje de Arturo Rodríguez García que en septiembre de 2006, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo identificó como prestanombres de Manuel Aguirre Galindo, a quien la misma dependencia identificaba como líder de la operación de lavado de dinero de la familia Arellano Félix, por lo que se le confiscaron bienes y congelaron cuentas en Estados Unidos.
El mismo informe del caso Colsoio señala que 1 de junio y 25 de julio de 1994, los padres de Mario Aburto Martínez, el único detenido por el asesinato de Colosio ocurrido hace 30 años, Rubén Aburto Cortés y María Luisa Martínez, fueron entrevistados en el Canal 33 de Tijuana en los programas Ocurrió Así de Noche y Ocurrió Así . “En el primero de ellos, Rubén Aburto aseguró que Jorge Antonio Sánchez Ortega tenía reuniones a las que asistía Mario Aburto; en el otro programa, aseveró que hubo conspiración ya que su hijo Mario días antes del atentado se reunió con Sánchez Ortega”. No obstante, las autoridades determinaron que no había pruebas de que se conocieran.
El propio Mario Aburto Martínez dijo en su ampliación de declaración rendida el 29 de abril de 1994, en el Juzgado Primero de Distrito en el Estado de México:
"Que cuando fue detenido en las instalaciones de la Procuraduría General de la República en Tijuana, fue detenida también otra persona que reunía las características del declarante, pues llevaba chamarra negra y tenía el pelo chino con un copete como de ‘rebelde’, y llevaba un bigote similar o parecido al suyo, y que la madre del declarante al entrar a la oficina donde se encontraba esta persona le preguntaron que si él era su hijo, a lo que ella se le quedó viendo y que esta persona era de ojos negros y que el declarante los tiene cafés claros, que dicha persona tenía el bigote más ancho y que no tenía el lunar que el de la voz tiene en la barbilla...”
A eso se añade que en unas notas que Mario Aburto escribió en unas servilletas de papel, durante diversas audiencias que se desahogaron en el proceso se lee lo siguiente: “...En cuanto a uno de los videos donde aparece el señor Rodolfo Mayoral platicando con una persona, esa persona ya fue identificada como un miembro de seguridad nacional, el cual fue detenido y presentaba huellas de pólvora y droga en la sangre, es de pelo chino y tiene parecido a mí, fue detenido cuando iba corriendo con la camisa manchada de sangre...”(sic);
Y en el pliego de alegatos del 15 de agosto de 1994 presentado al Juez Primero de Distrito en el Estado de México, suscrito de puño y letra por Mario Aburto Martínez, se lee:
“Por eso han borrado y ocultado pruebas que me pueden servir para el esclarecimiento del caso y poder comprobar que efectivamente fue un accidente, y que una persona tal vez compañero de ellos o de seguridad nacional hizo el segundo disparo. Han ocultado también la verdad de cómo ocurrieron los hechos, tratan de defender la conducta sospechosa de un agente de seguridad nacional que detuvieron con su camisa negra, manchada de la sangre del Lic. Colosio, sin su chamarra de piel negra y con hombreras, y tenían indicios de pólvora en sus manos, y que consumía drogas y quede lejos se parece a mi, y en los videos aparecen otras personas que se parecen a mi, por eso han caído en contradicciones hasta el Sr. Jacobo Zabludovsky, por que el Sr. Ortega de Seguridad Nacional de lejos también se parece a mi...”.