Aunque en el país vecino del norte es una de las primeras causas de muerte entre jóvenes, en México aún no existen estudios que permitan dimensionar totalmente el consumo de fentanilo a nivel nacional, pero sí se ha identificado que el país es utilizado como terreno para traficar precursores químicos para su fabricación.
Ciudad de México, 27 de enero (SinEmbargo).– El Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció una iniciativa de reforma constitucional que «prohíba» el consumo de drogas sintéticas, como el fentanilo, para inhibir el consumo de drogas en la población mexicana, a pesar de que académicos han advertido que esto estigmatiza a las personas que consumen narcóticos y dificulta el que reciban tratamiento para adicciones.
«Tendríamos que estar mucho más enfocados en pensar en cómo vamos a tratar con humanidad, con empatía, con compasión, con un sentido humano a las personas que actualmente consumen drogas; cómo les podemos ofrecer otros servicios que podrían necesitar que no tienen que ver con una sustancia, sino con calidad de vida», señaló Zara Snapp, directora del Instituto RIA que se enfoca en política de drogas. «Tendríamos que estar pensando mucho en ampliar los servicios de reducción de riesgos y daños en los lugares donde existe estos consumos».
Lo cierto es que aún no se conoce el detalle de esta iniciativa. El Presidente López Obrador anticipó que presentaría este 5 de febrero una reforma a la Constitución –junto con otras en materia de justicia y pensiones– para prohibir el consumo de drogas como el fentanilo y «otros asuntos relacionados con la drogadicción”.
Mientras esta iniciativa es presentada, en el Congreso hay una minuta «congelada» en el Senado de la República para regular el consumo de la mariguana –que se aprobó en la Cámara de Diputados desde 2021–, a pesar de que existe una sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para eliminar la prohibición absoluta del consumo lúdico o recreativo de esta sustancia.
«En Estados Unidos están sufriendo mucho por el consumo de fentanilo (…). Se habla de 100 mil jóvenes [que fallecen] al año por fentanilo y otras sustancias químicas, por sobredosis. Eso lo debemos cuidar nosotros”, dijo el Presidente López Obrador el viernes, en su conferencia matutina desde Palacio Nacional.
Snapp recordó que el contexto que existe en Estados Unidos y Canadá con respecto a las muertes por sobredosis es distinto al de México. Mientras que las cifras de consumo más actualizadas en el país se remiten a la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat) realizada en 2017, datos del Observatorio Mexicano de Salud Mental y Consumo de Drogas sugieren que en 2022 solicitaron tratamiento por adicción a fentanilo 333 personas.
En cambio, una investigación de los Servicios Médicos Forenses de Baja California encontró que el 23 por ciento de más de mil 100 cuerpos enviados a la morgue durante un año dieron positivo a fentanilo, según publicó en julio de 2023 el rotativo Los Angeles Times.
La investigadora Zara Snapp consideró que para prevenir una epidemia de sobredosis en el país, se deben de potenciar y fortalecer los programas de prevención y educación desde una temprana edad sobre los efectos del consumo de sustancias que pueden ser adictivas, tanto legales –como el tabaco, azúcar, cafeína y el alcohol– como las ilegales, de tal manera que las personas puedan tomar decisiones informadas.
«Ya había dicho que ‘Prohibido prohibir’, necesitamos mantener eso y más bien buscar cómo las personas que usan drogas pueden tener un acceso seguro, que puedan tener mayor servicios de reducción de riesgos y daños, y donde la población en general puede tener mayor información y educación sobre sustancias para poder tomar decisiones en su vida».
EL CONSUMO DE FENTANILO EN MÉXICO
En 2022, el Gobierno federal destinó 1 mil 466 millones 984 mil 173 pesos en su Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el programa «Prevención y atención contra las adicciones». Este monto, un año después, pasó a ser de 1 mil 536 millones 180 mil 743 pesos y para 2024 de 1 mil 642 millones 392 mil 309 pesos. Es decir, ha ido al alza.
La Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones dio a conocer que en el 2022, un total de 167 mil 905 personas solicitaron tratamiento por consumo de sustancias psicoactivas en la Red Nacional de Atención a las Adicciones, la cual está conformada por Centros Comunitarios de Salud Mental y Adicciones, Centros de Integración Juvenil (CIJ) y Centros No Gubernamentales que suministran información al Sistema de Vigilancia Epidemiológica en Adicciones, SISVEA.
En promedio, tenían 29 años, y cuatro de cada cinco de los solicitantes de tratamiento eran hombres.
«Las sustancias cuyo consumo causó mayor demanda de tratamiento fueron los Estimulantes de Tipo Anfetamínico (ETA), que incluyen a las anfetaminas, metanfetaminas, éxtasis o estimulantes de uso médico con el 46.2 por ciento de los casos, seguidos del alcohol con el 24.6 por ciento y la marihuana con el 13.3 por ciento», especificó el Gobierno federal en su informe publicado en junio de 2023.
Con respecto al consumo de opioides, una familia de la cual forma parte el fentanilo, el reporte señaló que ha ido en aumento particularmente en ciudades fronterizas como Mexicali, Tijuana, Ciudad Juárez y San Luis Rio Colorado. Para 2022 se habían registrado 333 personas que demandaron atención terapéutica por consumo de fentanilo, y para la fecha de publicación del reporte en 2023 otros 70 casos.
Además de entidades fronterizas, habían identificado casos puntuales en 2022 en Guanajuato, Estado de México, Puebla, Querétaro, Yucatán, Ciudad de México, Oaxaca, San Luis Potosí, Sinaloa, Durango y Jalisco.
Aunque en el país vecino del norte es una de las primeras causas de muerte entre jóvenes, en México aún no existen estudios que permitan dimensionar totalmente el consumo de fentanilo a nivel nacional, pero sí se ha identificado que el país es utilizado como terreno para traficar precursores químicos para su fabricación, así como la droga ya terminada.
A lo largo de esta administración, el Gobierno federal ha identificado que ingredientes químicos arriban vía marítima a los puertos de Lázaro Cárdenas, en Michoacán; Mazatlán en Sinaloa, y Manzanillo en Colima desde Asia, particularmente desde China.
Investigadores también han dado cuenta de los hechos, como el caso de la académica anda Felbab-Brown, adscrita al Brookings Institution en Washington, D.C., quien en marzo de 2022 escribió en su reporte «China y el control de las drogas sintéticas: el fentanilo, la metanfetamina y sus precursores”: «El fentanilo y sus precursores, así como los precursores de metanfetamina de China, ingresan principalmente a México a través de los puertos de Lázaro Cárdenas en Michoacán y Manzanillo en Colima. El Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) comparten acceso a ambos puertos; también se cree que células de la mafia China operan en Lázaro Cárdenas”.
«PROHIBIDO PROHIBIR»
Angélica Ospina, analista de género para International Crisis Group, alertó que las leyes prohibicionistas en materia de drogas que se han mantenido a lo largo de los años «nos ha mostrado que prohibir no ayuda a controlar el consumo, al contrario, favorece la emergencia de mercados negros, de mercados ilegales», donde inclusivo las sustancias pueden estar contaminadas –como cocaína o heroína que tiene rastros de fentanilo, lo que genera un desconocimiento de su consumo–, o ser de calidad baja y suponen un mayor riesgo a la salud de los usuarios.
Además, su prohibición fomenta la criminalización de esta población, o que a su vez la marginaliza en la sociedad y la aleja de los servicios de salud y atención a adicciones que podría ayudarla.
«Es muy complicado el control solamente por la vía de la restricción, de la legislación para el control, entonces deberíamos de reconocer la dificultad de controlar la producción y la distribución de esas sustancias y abrirnos a complementarla. No estoy diciendo que no se controle en el mercado legal, sino que se complemente con estrategias de reducción de daño», señaló.
Un ejemplo, indicó Ospina, es el control médico que se tiene sobre la naloxona, una sustancia que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) del Gobierno estadounidense consideran «un medicamento con el poder de salvar vidas», ya que «puede revertir una sobredosis de opioides, incluidos heroína, fentanilo y medicamentos opioides recetados».
Tener un mayor acceso comunitario, sin necesidad de una receta médica y con venta generalizada en farmacias, permitiría a los usuarios y sus familias reaccionar ante un caso de sobredosis. «[Hay que reconocer] que el fentanilo está cada vez más presente en los mercados de drogas, entonces necesitaríamos tener como el antídoto listo, facilitar el acceso».
Desde el aspecto jurídico, señaló el doctor Carlos Martín, experto en Derecho, el planteamiento de elevar la prohibición de las drogas sintéticas a un nivel constitucional supondría el riesgo de recurrir a un «populismo punitivo» que más que atender a una protección de la salud, atentaría contra principios de la Constitución como el libre desarrollo de la personalidad y la libertad de decisión de las personas.
«Para regular el tema proteger la salud –que es el objetivo, o debería de ser el objetivo de la reforma– sin descuidar el tema del libre desarrollo de la personalidad, eso se puede hacer desde el ámbito administrativo: desde los lineamientos que se emiten en la materia de la Secretaría de Salud, desde las políticas en el tema de educación o en el tema de los propios consejos que el Poder Ejecutivo preside», añadió.
